Opinión

17 de diciembre de 1999, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

Marisa Sánchez del Pozo

El 17 de diciembre de 1999 Naciones Unidas declaró el 25 de noviembre Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una jornada que debe servir para visibilizar que la violencia contra las mujeres sigue siendo un obstáculo para alcanzar la igualdad, el desarrollo, la paz y el respeto de los derechos humanos de mujeres y niñas.

La violencia machista es un problema que sufren millones de mujeres en el mundo. Se trata de un tipo de violencia dirigido exclusivamente hacia las mujeres simplemente por el mero hecho de ser mujer, sin distinción de clases, creencias, orientación sexual o edad.

El origen se encuentra en las históricas relaciones de poder del hombre sobre la mujer, en el modelo social patriarcal generador de relaciones de dominio de éste sobre ella.

Como sociedad tenemos que saber reconocer las situaciones de violencia que se dan contra las mujeres y denunciar todo lo que niegue el derecho a vivir una vida libre.  La lucha para acabar con las violencias y discriminaciones contra mujeres durante el último siglo ha sido incesante, enérgica y esperanzadora, pero también ha sido una lucha llena de obstáculos. Aunque han habido avances significativos, lo cierto es que en el presente año 2021, 37 mujeres han sido asesinadas en España a manos de sus parejas. Por esto no se puede bajar la guardia. Es necesario fortalecer la estrategia y el compromiso común para acabar con todas las formas de violencia machista: las que se producen en el ámbito de la pareja y expareja o en el ámbito familiar y que, durante muchos años, se han considerado un problema privado, pero también aquellas que se producen en el ámbito laboral o social y comunitario y que han sido menos visibles, como el acoso sexual, los matrimonios forzados, la trata de niñas y mujeres con fines de explotación sexual y otros.

Por ello resulta imprescindible que los partidos políticos y las instituciones públicas manifestemos, con una sola voz, nuestro total rechazo a la violencia sobre las mujeres, y que de forma contundente se realicen políticas y acciones para educar en igualdad, para prevenir violencias machistas, así como para proteger, asistir y prestar las herramientas necesarias a las víctimas para su recuperación y reparación de los daños producidos. Para recuperar su libertad e independencia.

A todas aquellas mujeres que han sufrido o están sufriendo algún tipo de violencia machista les decimos que no están solas. Que existen mecanismos que les van a ayudar a salir de esta angustia. A los compañeros y compañeras de trabajo, a las amistades, a las personas con quienes compartimos actividades diversas y que conocen la situación de violencia por la que está pasando su amiga, vecina, compañera de trabajo, familiar, que no se callen. Callando se convierten en cómplice de los agresores.

En una sociedad responsable no se puede permanecer impasible si somos testigos de una agresión. No podemos considerarnos una sociedad libre si permitimos el ejercicio de la violencia. Las violencias machistas solo se pueden eliminar de raíz, desde las transversalidad y en unidad.