La vicepresidenta y portavoz del Consell, Mónica Oltra, ha afirmado este viernes que el Ejecutivo valenciano tiene "una posición única" respecto a la regeneración de la costa tras el temporal y la planificación territorial a medio y largo plazo, en la que debe garantizarse en primer término la seguridad de las personas.
Así se ha pronunciado Oltra en la rueda de prensa posterior al pleno del Consell al ser preguntada sobre si existen diferencias en torno a la política de recuperación de las infraestructuras que han sido dañadas por la borrasca 'Gloria' a su paso por la Comunitat Valenciana después de que el vicepresidente segundo, Rubén Martínez Dalmau, abogara por "repensar" la situación de aunque "esto no quiere decir acabar con todos los paseos marítimos".
"Estamos diciendo todos lo mismo, hay una posición única en el Consell", ha dicho Oltra, que ha asegurado estar de acuerdo en que "sería una barbaridad deconstruir todos los paseos marítimos" y "nadie ha dicho eso".
En todo caso, ha aseverado que es compatible con el planteamiento que ella expresó de que "había que hacer un pensamiento a largo plazo".
"Ahora estamos atendiendo la emergencia, la reconstrucción de las zonas que han sido dañadas y deben volver a la normalidad, atendiendo además que somos un territorio turístico y que la campaña de Semana Santa está prácticamente comenzada", ha subrayado, y eso requiere "una actuación inminente".
No obstante, ha agregado la vicepresidenta, "hay otra parte, la de reflexionar y estudiar a medio y largo plazo". Sobre esta cuestión, ha apostado por "evaluar muy bien cuáles son los puntos" que podrían necesitar "soluciones a largo plazo y más permanentes" ante temporales que pueden producirse cada 4, 5 o 6 meses.
"Debemos mirar los puntos donde determinadas infraestructuras de construcción que se hicieron en la época del boom inmobiliario suponen, por ejemplo, una barrera a escorrentías naturales del agua, identificarlos y qué solución se da a largo plazo", ha apuntado, siempre primando la seguridad de las personas.
A su juicio, hay que "analizar en qué puntos los posibles temporales cada vez más virulentos consecuencia de la emergencia climática podrían poner en peligro la vida de las personas y actuar en función de eso", causando "el menor impacto posible en esas personas".