El espacio de reportajes de investigación de À Punt revivirá esta semana las luces y las sombras de la Ruta del Bakalao. Este circuito de discotecas valencianas nacido en la década de los ochenta nació de una forma de ocio transgresora y vanguardista, que en la década de los noventa se hizo tan popular que, quizás por eso, murió de éxito. ¿Por qué se recuerda la ruta cuarenta años después? ¿Por qué despierta tanto de interés y curiosidad? Zoom, el espacio de reportajes de investigación de À Punt, reconstruirá cómo fue este fenómeno social, que convirtió a València en la gran capital de la música.
Los DJ se convirtieron en auténticos mitos. Decidían qué se escuchaba, qué era moderno o qué había dejado de serlo, y adquirieron un papel destacado e inédito en la industria musical. Zoom, con Bérnar Giménez al frente, entrevista a Carles Simó (DJ de Barraca), José Cuenca (DJ de Chocolate) y Ximo Bayo.
La innovación musical fue fundamental. La ruta se puso de moda porque lo tenía todo: música, arte, teatro... Se convirtió en sinónimo de modernidad y vanguardia, y para muchos no tenía nada que envidiar a la movida madrileña.
La mutación llegó en la década de los noventa. Los medios de comunicación empezaron a centrar las crónicas en el consumo de drogas y dejaron aparcados otros aspectos destacados en épocas anteriores. ¿Por qué se acabó la Ruta del Bakalao? ¿Por las drogas, los accidentes de tráfico, los controles policiales...? Fuera lo que fuera, la Ruta Destroy desapareció, aunque parece volver a marcar tendencia en la actualidad.