Las cuatro calas secretas de la Comunitat Valenciana para disfrutar este verano

Te proponemos una selección de calas escondidas en la Comunitat Valenciana para disfrutar este verano de un modo más tranquilo

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Calas secretas en la Comunitat Valenciana. Imagen de Ana del Castillo para GettyImages
Calas secretas en la Comunitat Valenciana. Imagen de Ana del Castillo para GettyImages

Cuando soñamos con las vacaciones, nos imaginamos tumbados en la arena, disfrutando del sol y la belleza del mar sin nada más que nuestra propia compañía. Sin embargo, encontrar una playa secreta y alejada de las masificaciones turísticas es una tarea difícil durante la temporada alta.

Aunque el fenómeno de las redes sociales ha popularizado los sitios más recónditos, todavía existen espacios que se libran de las aglomeraciones en verano. Y muchas de estas playas y calas se encuentran en la Comunitat Valenciana. Al ser lugares de difícil acceso, estas aguas se convierten en un remanso de paz para cualquier bañista. Por eso, se presentan como lugares paradisíacos y vírgenes, ya que se encuentran alejados de la civilización.

Otro de los atractivos de estas playas y calas es que, normalmente, están rodeados de espacios protegidos como la Serra Gelada, el Montgó o el Penyal d’Ifach. De esta manera, la zona de la Marina Alta, en Alicante, se presenta como uno de los principales enclaves turísticos, aunque también hay otros muy importantes en la provincia de Castellón. En València , también es fácil encontrar playas solitarias y de agua limpia, sobre todo en Puzol o el Saler.

Por tanto, se trata de espacios que poseen un gran valor ambiental y fauna marina. Dos elementos que se convierten en un reclamo para aquellos amantes de los deportes acuáticos como el paddle surf o el snorkel. Aunque no hace falta ser experto en estas disciplinas para disfrutar de la cala o playa, ya que son también lugares idóneos para darse un baño en plena naturaleza y con una mayor tranquilidad.

La Cala del Francés, en Jávea

Si hablamos de belleza marina, Jávea aparece en seguida en nuestro pensamiento. Y es que este municipio de la Costa Blanca goza de un litoral con más de 25 kilómetros en los que esconde joyas paisajísticas envidiables como la Cala del Francés. Este espacio, que se sitúa entre la Cala Blanca y el Cabo de San Martín, pertenecía a la familia suiza de los Lambert, que construyeron su casa justo encima de esta playa.

Con el paso del tiempo, el acceso a la cala se ha vuelto público, por lo que los bañistas deben realizar una pequeña ruta de 10-15 minutos desde el Mirador de Les Caletes, a escasos metros de la Cruz del Portixol. Siguiendo ese sendero se baja hacia la Cala del Francés, cuya entrada siempre está abierta. También se puede acceder por mar desde la segunda caleta de la Cala Blanca, aunque es una opción algo más peligrosa por la orografía de la costa.

Cala del Francés, en Jávea (Imagen: Redes Sociales)
Cala del Francés, en Jávea (Imagen: Redes Sociales)

Allí, encontrarás un espacio idílico de aguas turquesas y frescas, perfecto para practicar cualquier actividad náutica. Rebosante de vida marina, es una cala ideal para los amantes del snorkel, que podrán disfrutar de sus profundidades y pasar un día inolvidable en sus aguas.

La Cala del Racó del Corb, en Altea

Bajo la protección de los impresionantes acantilados del Morro de Toix un saliente natural que delimita la bahía de Altea, se esconde una de las calas más bonitas de la provincia de Alicante: la Cala del Racó del Corb. Se trata de una pequeña playa de apenas 200 metros de largo y 19 metros de ancho, con un acceso complicado por tierra.

Durante años, ha sido un lugar frecuentado por practicantes de psicobloc y paddle surf, aunque también es un espacio ideal para nadar en sus aguas cristalinas y fondos marinos realizando snorkel. Aunque se debe tener cuidado con las actividades que se lleven a cabo, ya que la cala forma parte del Parque Natural de la Serra Gelada. Su baja afluencia la convierte en un destino ideal cuando se quiere huir de las aglomeraciones.

Cala del Racó del Corb, en Altea (Imagen: Paula Picher)
Cala del Racó del Corb, en Altea (Imagen: Paula Picher)

Para acceder a esta playa, se debe bajar por una senda entre pinos con pendiente bastante pronunciada, por lo que es recomendable llevar un calzado adecuado. Por tanto, no es buena idea cargar con nevera, sombrilla o cualquier objeto similar, ya que el peso puede desestabilizarnos y hacernos caer por la ladera. El recorrido merece la pena, ya que, una vez abajo, encontrarás unas aguas turquesas y limpias de incomparable belleza.

La Cala de Agua Dulce, en Dénia

El final de les Rotes de Dénia esconde uno de los rincones más espectaculares de la costa alicantina. Tradicionalmente naturista, la Cala De Agua Dulce es un espacio perfecto para hacer snorkel y disfrutar de la belleza de su paisaje mientras se toma un baño refrescante. Para acceder a estos 180 metros de playa, se debe bajar una escalera pronunciada hasta su base.

Este lugar es una de las zonas más bonitas de la Costa Blanca por sus aguas de color turquesa y cristalinas. Además de una gran oferta para practicar actividades submarinas, en su parte izquierda, la cala está repleta de fauna: erizos, nécoras y tomates de mar se adhieren a las paredes de las diversas cuevas que forman la playa.

Cala de Agua Dulce, en Dénia (Imagen: Federación Nacional de Turismo)
Cala de Agua Dulce, en Dénia (Imagen: Federación Nacional de Turismo)

Si se desea practicar buceo o cualquier otro deporte similar en esta cala, se debe solicitar un permiso previo a la Dirección Territorial de Agricultura, Pesca, Alimentación y Agua de Alicante. Este hecho se debe a que el espacio está protegido por limitar con el Parque Natural de El Montgó y  la Reserva Marina del Cabo de San Antonio.

Las calas de La Renegà, en Castellón

Entre las poblaciones de Benicàssim y Oropesa del Mar se encuentran un conjunto de pequeñas calas, en las que pasar una jornada de verano distinta cerca del mar y rodeados de naturaleza. Se trata de las calas de La Renegà que, separadas por unos metros, forman un conglomerado de belleza exótica y salvaje.

La playa de La Renegà ha sido esculpida de forma natural, a golpe de viento y mar, agentes naturales que a lo largo del tiempo han erosionado las rocas de este espacio tan único. Además, al encontrarse rodeada de pinos, es uno de los rincones marítimos más poco frecuentados en la provincia de Castellón. Pero lo que realmente llama la atención de este lugar es el fondo marino de la zona, una parada obligatoria para los amantes del snorkel.

Calas de La Renegà, en Castellón (Imagen: Turisme Comunitat Valenciana)
Calas de La Renegà, en Castellón (Imagen: Turisme Comunitat Valenciana)

Para llegar hasta La Renegà, se presentan varias opciones. Una de ellas es acceder en vehículo y, otra, a través de la Vía Verde que recorre el término municipal. Si se escoge el coche, existen varias zonas de estacionamiento en la pinada, cuyos árboles protegerán del sol a los automóviles.

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