Las redes sociales se han convertido en uno de los principales entretenimientos de la población en esta cuarentena, puesto que permiten mantener un contacto virtual necesario entre los ciudadanos. WhatsApp, Twitter, Instagram, Facebook... la oferta de redes es múltiple y su uso ha aumentado de manera exponencial durante estos días de confinamiento. A través de estas circulan millones de mensajes, fotos, videos y noticias a todas horas. El problema es que esta libre circulación sin filtros está destapando uno de los mayores peligros en tiempos de crisis: la desinformación y las noticias falsas.
Que si tal personalidad está contagiada, que si tal medicamento ayuda a evitar el contagio o recetas caseras para abatir la covid-19. También son comunes los ‘amigos de amigos’ que explican información sanitaria, el origen de la cual se desconoce, a través de audios o textos. El número de noticias falsas que han circulado en las redes sociales se ha disparado y las autoridades civiles advierten del peligro de difundir estas informaciones. Se tiene que comprobar siempre la fuente original para evitar entrar en la rueda de difusión y ser, involuntariamente, cómplice. Precaución y responsabilidad ciudadana.
Desde los medios de comunicación se está realizando un esfuerzo para desmentir aquellas informaciones incorrectas o que, simplemente, buscan desconcertar en la población. Incluso, hay medios que se dedican exclusivamente a detectar noticias falsas y advertir de su circulación, como es el caso de Maldita.es . Este medio investiga la veracidad de las informaciones dudosas que los llegan a través de los usuarios y publica los resultados una vez han sido comprobados.
La creación y difusión de una noticia falsa puede implicar multas y sanciones, según el tipo de información. Así, según el artículo 561 del Código Penal, afirmar falsamente o simular una situación de peligro para la comunidad que provoco la movilización de los servicios de policía, de asistencia o de salvamento puede comportar una sanción de entre tres meses y un año de prisión o una multa de tres a dieciocho meses.
A lo largo de estas semanas de confinamiento se han desmentido varias noticias falsas que circulaban en las redes. Por un lado, han aparecido muchas recomendaciones sobre como prevenir el contagio, pero, hasta el momento, no se ha comprobado que beber mucha agua, hacer gárgaras o ducharse con agua caliente ayudo a la prevención de la infección. También los políticos se han visto afectados por las mentiras propagadas: desde posibles contagios como el de Manuela Carmena hasta supuestos desplazamientos a segundas residencias en estado de alarma, como la del ministro de ciencia, Pedro Duque. Todo falso. El mundo de la educación también se ha visto afectado por esta cuestión, con un falso comunicado verdaderamente pareciendo a los oficiales en que se prometía el aprobado general a todos los alumnos si la situación se alargaba.