La música con la que València transporta sentimientos y cultura

La tradición musical popular valenciana, declarada Bien de Interés Cultural Inmaterial, es una de las principales señas identitarias del territ

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Si hay un rasgo distintivo de la Comunidad Valenciana es, sin duda, su tradición popular musical. Con 550 sociedades musicales y 857 bandas, la comunidad autónoma consigue mantener e impulsar su calidad gracias a intérpretes que han nacido y crecido en un mundo rodeado de valores, esfuerzo y resultados que dejan huella en los escenarios locales, nacionales e internacionales por los que pasan.

Daniel Belloví: "“Desde pequeños nos afianzamos en este mundo y eso hace que la gente valore más la música en València”

Las sociedades musicales de la Comunidad Valenciana son un modelo único en España. Y es que, tal y como explica el presidente de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana (FSMCV), Pedro Rodríguez, lo que las hace especiales es su apoyo social, el sistema de formación, la vertebración del territorio y que son asociaciones sin ánimo de lucro gestionadas por voluntarios. De hecho, suponen el 50% del conjunto nacional.

Daniel Belloví, miembro del comité organizador del Certamen Internacional de Bandas de Música Ciutat de València (CIBM), coincide con Rodríguez y explica que tienen un apartado social muy importante precisamente porque tienen sus propias escuelas de música, a diferencia de las extranjeras, que se educan en el conservatorio. “Desde pequeños nos afianzamos en este mundo y esto hace que la gente valore más la música en València”, añade.

Societat Unió Musical Artística de Sax. 1956

Esta es la idea que también comparte Juan Palomares, presidente de una de las sociedades musicales más antiguas de España, la Sociedad Ateneu Musical de Cullera. Además, destaca otro de los rasgos que definen estos conjuntos culturales: “muchos músicos no tienen vocación profesional, pero quieren mantener las tradiciones de su pueblo. Con la música llegamos a otros lados y transportamos cultura y sentimientos”, indica.

A pesar de ser un rasgo identitario de Alicante, Castellón y València, lo cierto es que el origen aún es desconocido. Según Rodríguez, algunos investigadores sostienen que antiguos ex-militares músicos fundaron las primeras bandas de música de la comunidad a principios del siglo XIX o que pudieron surgir a partir de la música eclesiástica. Otros, en cambio, consideran que se debe al gran calendario festivo valenciano, pero todavía no se ha descubierto cuál es el aspecto que desencadenó esta tradición.

Un eje de vertebración territorial y cultural

La banda de música ha sido la gran actividad del pueblo. En todas las fiestas, ya sean paganas o religiosas, van a estar presentes, sobre todo en nuestra comunidad”, añade Belloví. En este sentido, el presidente de la FSMCV añade que “si un pueblo de Castellón quiere unirse a uno de Alicante, lo más fácil para entender que son de la misma tierra es que tienen bandas de música”. Las cifras lo confirman: según el Instituto Nacional de Estadística (INE), existen 542 municipios en la autonomía, mientras que la FSMCV registra 550 sociedades musicales.

Como resultado, son las principales invitadas en festividades y actos tradicionales locales, en las Fallas, Hogueras de San Juan, La Magdalena, en Moros y Cristianos y en todo tipo de actos religiosos. Actos en los que tampoco faltan la “dolçaina” y el “tabalet” para acercarse aún más a la tradición.

En la Comunidad Valenciana existen 542 municipios y 550 sociedades musicales, el 50% del conjunto nacional

Sin embargo, Belloví va un paso más allá y aclara que el principal emblema de las sociedades musicales, la banda de música, no solo se enmarca en el ámbito local. “Cuando se creó el CIBM Ciutat de València hace 132 años, el objetivo era demostrar que no solo están para acompañar las fiestas de los pueblos, sino que pueden pasar por un examen como el de este certamen y demostrar un gran nivel”, explica.

Por ello, cada año decenas de bandas no profesionales de la Comunidad Valenciana, nacionales y extranjeras ensayan durante meses obras de gran nivel para conseguir el premio de uno de los acontecimientos musicales más importantes de España. En una ocasión como esta, y con el gran público que reúne, es donde pueden demostrar que su calidad y esfuerzo puede ser tan alto como el de las orquestas sinfónicas, más allá de su localidad.

“Si somos los mejores, deben demostrárnoslo”

Según el miembro de la organización, Belloví, el reconocimiento simbólico de ganar un premio en el CIBM Ciutat de València es muy satisfactorio, ya que supone mucho esfuerzo personal y económico para los músicos y las sociedades. Por este motivo, el festival musical valenciano, desde las últimas tres décadas, también dota de premios económicos a las bandas participantes y ganadoras, que se destinan principalmente a comprar o arreglar instrumentación y a cubrir los gastos de gestión.

En esta línea, el presidente del Ateneu Musical de Cullera considera que es fundamental que las sociedades musicales valencianas tengan apoyo económico de las socias y socios, pero sobre todo, de la Administración Pública. “Somos muy importantes a nivel nacional e internacional y deben demostrárnoslo”, concluye Juan Palomares.

Jove Banda Simfòmica de la Federació de Societats Musicals de la Comunitat Valenciana (FSMCV)

El 2018, sin embargo, ha sido importante para el reconocimiento de su función. La FSMCV ha celebrado su 50 aniversario con las sociedades, alumnado e intérpretes de las tres provincias y el pasado 7 de septiembre recibió el Premio Nacional Cultura Viva por la Defensa de las Tradiciones Culturales. Y de forma aún más cercana, la Conselleria de Educación, Cultura y Deportes el 25 de mayo declaró a la tradición musical popular valenciana como Bien de Interés Cultural Inmaterial. "Era y es necesario este reconocimiento y es muy satisfactorio haberlo conseguido justo cuando la Federación cumple 50 años", explica el conseller Vicent Marzà.

Entre otros aspectos, este reconocimiento supone que el Consell velará por la protección, salvaguarda, investigación y estudio de la música para que perviva en el tiempo, una reivindicación histórica de la FSMCV, asegura su presidente. No obstante, reconoce que era difícil conseguirlo al tratarse de una expresión inmaterial y que gracias a la otorgación de Bien Inmaterial de Relevancia Local el 23 de julio de 2011, se pudo dar el primer paso para conseguirlo.

El 25 de mayo, el Consell declaró Bien de Interés Cultural Inmaterial a la tradición musical popular valenciana

Ante ello, ayuntamientos, diputaciones y Generalitat, destinan parte de su presupuesto al patrocinio de acontecimientos musicales, como es el caso del CIMB Ciutat de València, el Certamen Nacional de Bandas Ciudad de Cullera o el Certamen Nacional de Bandas Vila de Catarroja.

También hay soporte de entidades privadas que, con relación o ajenas a la música, destinan ayudas económicas para la organización y fomento de estos eventos. Un ejemplo que se ha consolidado en los últimos años es el de Bankia, que destina 700.000 euros para desarrollar la cultura musical valenciana, ampliar la oferta educativa y cultural y promocionar su actividad a nivel autonómico, nacional e internacional.

Gracias a esta mano, y sobre todo, a la labor de las sociedades musicales, la Comunidad Valenciana se coloca en el mapa internacional como una de las mayores precursoras de la tradición musical popular y ahora, con la declaración de Bien de Interés Cultural Inmaterial comenzará una nueva etapa en la que el reconocimiento y la investigación sean sus metas.

Associació Musical Canalense

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