Mónica Álvaro, sobre el 9 de Octubre: "Sufrí por nuestra integridad física"

Entrevistem a la portaveu adjunta de Compromís a les Corts, que exigeix la dimissió del delegat del Govern, Juan Carlos Moragues, per fer "perillar la integritat de centenars de persones"

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Mónica Álvaro lo reconoce. Ha recibido amenazas. La portavoz adjunta de la coalición Compromís en les Corts Valencianes recuerda el Congreso de Zaragoza como una de las primeras veces donde se sintió agredida. "Un grupo de amables ciudadanos nos impedían salir. Había niños que el primer contacto que tuvieron con un político fue ver cómo su padre le llamaba «hija de puta» con toda la impunidad". Y esto, a Mónica, le aterró, porque ella también es madre.

Y sobre las redes sociales, la portavoz también se queja. "Subí un vídeo para hacer un llamamiento al 9 de octubre y lo más dulce que escuché de un sector radical fue boba o tonta", se lamenta. Pero a ella no le afecta. No en lo referido a ella. "Me afecta en el momento en el que ves lo enferma que está la sociedad", y se queja de que esta es "incapaz de dialogar".

 

P: Vamos a centrarnos en la manifestación de la tarde del 9-O. ¿Dónde te encontrabas?

R: Yo soy miembro de Compromís. Unas cuantas personas de la corriente interna "Bloc y Pais" habíamos quedado allí. Pero yo tengo la mala suerte de llegar tarde, a las 18:15, e ir directamente a (la Plaza de) San Agustín. Mis compañeros habían salido pero yo no lo sabía. Se juntó la manifestación convocada por Acció Cultural, Intersindical, Compromís, los Iaioflautas, Podemos y otros partidos políticos; con otra manifestación convocada por la CUP y Arran, con una proclama diferente por la independencia de Cataluña.

 

¿La Delegación había dado permiso a ambas manifestaciones?

La CUP y Arran tenían permiso de manifestación también. Pero la Delegación del Gobierno los autorizó el mismo día y a la misma hora que nuestra manifestación. No tienes por qué convocarla el mismo día, a la misma hora y en el mismo lugar donde ya hay una convocada anteriormente que hace 40 años que se hace. Desde Delegación de Gobierno se autoriza esa manifestación, que no tenía por qué confluir con la que ya está convocada.

 

9 octubre¿Y cómo viviste los disturbios?

La manifestación del 9 de Octubre iba delante y cuando yo llego, habían aparecido allí un grupo de violentos, entre los cuales se han reconocido a neonazis, a gente de los Yomus, a gente violenta de extrema derecha. Y allí se estaban repartiendo golpes a diestro y siniestro. Y también había gente normal que se vio envuelta en una pelea en la que no tenía nada que ver.

Yo pude salir de ahí y vi que personas mayores también huían. La Policía tardó un tiempo en reaccionar, cuando ya se habían producido peleas. Lo que hizo la Policía fue separar las dos manifestaciones mediante una decena de furgones. Pero en la calle Colón, las juntaron, de forma que por detrás estaban los violentos y por los lados también nos encontrábamos acorralados. De hecho, algunos se introdujeron dentro de la manifestación.

 

Otro punto de conflicto fue el final de la concentración.

Sí, el problema fue cuando nos paramos porque en el Parterre había gente de España 2000 concentrada con ninguna buena intención. España 2000 no había pedido ninguna autorización para concentrarse. Pero de esa manera vimos que no podíamos avanzar por delante y estábamos recibiendo golpes por detrás. Iba con compañeras que traían a sus hijos y recuerdo haberles dicho que se los llevaran, porque yo no podía pensar en ponerlos en peligro. Llegamos a sufrir por nuestra integridad física. De hecho, la vergüenza es que el manifiesto final acaba leyéndose desde arriba de un furgón. La Policía nos deja un megáfono. No disuelve a los que se encuentran en el Parterre y a nosotros nos cambia la trayectoria de una manifestación pacífica.

 

¿Cómo ves la actuación del delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, y de la Policía antes, mientras y después de los hechos?

Cuando empiezan a circular vídeos que demuestran que es la Policía Nacional, bajo las órdenes del delegado del Gobierno, la que acompaña al grupo de violentos hasta la Plaza de San Agustín, yo pido la dimisión de Moragues.

Y esto es el que no puedo entender. No puedo entender que permitas dos convocatorias de manifestación en mismo lugar y a la misma hora con dos temáticas diferentes. Y lo que no me entra dentro de la cabeza y es inconcebible, por lo que este señor [Moragues] no debería seguir en la Delegación del Gobierno, es que además acompañas a esos grupos violentos al mismo lugar, en lugar de disolverlos. Lo que pasó era previsible, porque además ya estábamos advertidos. Desde por la mañana nos decían: "esta tarde os vais a enterar".

Yo cada vez que lo recuerdo tengo más claro que este personaje, Moragues, no puede ostentar su cargo cuando ha hecho peligrar la integridad de centenares de personas que acudimos año tras año a una manifestación pacífica.

 

Pero después inició una investigación y remitió un informe a la Fiscalía, ¿no?

Yo me acuerdo del día siguiente, escuchando las noticias: cero identificados, cero detenidos, cero heridos. Las dos primeras cifras son muestra total de la incompetencia del señor Moragues, y la tercera, de su parcialidad en el tema. No puedo decir que las fuerzas de la orden actuaron mal, porque creo que estaban mal dirigidas. Me niego a pensar que no hubieran actuado si hubieran tenido una buena dirección. El error es de la dirección.

Al cabo de unos días, el delegado se vio presionado y tuvo que empezar una investigación. Nosotros pedimos incluso la comparecencia del ministro de Interior en el Parlamento. Pero la mala acción está ahí, al acompañar a los violentos hasta la plaza cuando sabían que iban a salir dos manifestaciones. La mala acción es no actuar desde el principio. No me valen las investigaciones. Prefiero que se hagan a que no se hagan, pero no me valen. Hoy los detenidos están en la calle.

 

9 octubre

 

¿Sentiste miedo?

Sí. Me vi atemorizada, me vi totalmente dejada ante unos violentos. ¿Miedo? Miedo por mis compañeros y la gente más mayor que vino. Miedo por los niños. Por mí no. A lo mejor es inconsciencia. A lo mejor es que confío mucho en mis posibilidades a la hora de correr (ríe).

 

Se ha sabido que estaba allí el vicepresidente de la Interagrupación de Fallas.

Eso dicen. No tengo el gusto ni el disgusto de conocerlo, no lo vi. Para mí, los grupos de extrema derecha son unos grandes desconocidos.

 

No sé si formaba parte de la ultraderecha, pero sí que estaba en la Plaza. ¿Qué piensas de que no dimita de su cargo?

Creo que tendría que dimitir porque está suficientemente probado que una persona que diga las perrerías que se dijeron no merece representar a una cosa tan diversa, cultural y bonita como son las Fallas. Creo que no es el espíritu de las Fallas ni lo que merecen .

 

Y también estaba allí el grupo de los Yomus. ¿El Valencia CF tendría que tomar alguna medida?

A alguien que sea valencianista -yo soy más del Villlarreal, qué quieres que te diga… (ríe)-. Yo me pongo en la situación de un valencianista, y no me gustaría compartir estadio con esta gente. No me gustaría que mis hijos o hijas, que podrían ser aficionados al Valencia o al Levante, tuvieran que compartir espacio con este tipo de gente que ha demostrado que, a lo mejor, no es el fútbol lo que busca, sino una excusa para sacar fuera sus más bajos instintos animales.

 

¿Crees que el fascismo se encuentra en un momento de expansión?

No. Creo que es residual. Creo que se han visto legitimados y fuertes porque no se ha actuado bien por algunos dirigentes como Moragues. No quiero pensar que la sociedad está enferma.

 

Pero la normalización de estos hechos y actitudes puede hacer que gente joven no lo vea desde una perspectiva negativa.

Es que no vamos a permitir que se normalice. No vamos a consentirlo. No podemos consentirlo. Ni nosotros como partido político, ni el resto de la sociedad. La sociedad lo rechaza totalmente. No creo que permita que esto vaya a más.

 

9 octubre

 

¿Qué medidas crees que se tienen que tomar para combatir esta situación desde las instituciones o desde la sociedad en general?

Yo creo que ha venido todo provocado por un problema que no es nuevo, es de hace 40 años. Rajoy ha estado los seis últimos años dándole patadas. Y finalmente se ha creado un sentimiento entre la ciudadanía que no es el deseable.

Hay una catalanofobia creciente. Y esto no es bueno para nadie. Considero que cuando se abra el diálogo y razonemos todos, este sentimiento va a desaparecer. Creo que las cosas volverán a su ritmo normal pero sí que me gustaría que se aprovechara y se hiciera una reflexión sobre si la manifestación del 9 de octubre tiene que continuar así.

Yo estoy dispuesta a denunciar lo que haya que denunciar porque yo sentí muchísima empatía con algunos que aplaudían junto a los violentos. Y yo sufría por su integridad. Creo que se tiene que tomar algún tipo de acción al respeto porque no quiero ver ciudadanos corriendo peligro. No digo que no gesticulen o discrepen. Pero no quiero que se llegue a esos insultos machistas de los que nos asediaban. Algo hay que hacer.

 

Mónica Oltra dijo que había un partido político concreto en la procesión cívica de la mañana que "agitaba las banderitas mientras insultaba". ¿A qué grupo se refería?

Imagino que se refería a Ciudadanos, porque son las únicas banderas que vi. Yo no iba en el Govern, yo iba detrás como miembro de les Corts. A la vicepresidenta casi no la vi pero imagino que se refería a ellos. La gente de Ciudadanos insultaba y mucho (ríe). No creo que sean buenas estas actitudes.

 

Y, para acabar, y olvidándonos de los radicales violentos; también había gente que gritaba con mucha intensidad, digamos. Ya no son actitudes propiamente fascistas, sino que podemos hablar de catalanofobia o blaverismo, ¿no?

Exactamente. Pero es que en ningún otro pueblo se ve esto. El Día de Andalucía salen con su bandera y no pasa nada. No pasa en Extremadura. No pasa en Galicia. No pasa en la Diada. Tú puedes pensar una cosa y yo otra pero no pasa nada. No pasa en Mallorca. No pasa en Euskal Herria. No pasa en el Día de la Comunidad de Madrid. Sólo pasa aquí. Tenemos un problema. Un grave problema.

 

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