Otzi almorzó fuerte antes de morir, hace 5.300 años

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El primer análisis en profundidad del contenido estomacal de Otzi, el cadáver momificat por el frío durante 5.300 años, encontrado en 1991 en un glaciar alpino, comió por última vez alimentos ricos en grasa.

Los resultados, publicados en la revista 'Current Biology', ofrecen importantes conocimientos sobre los hábitos nutricionales de las personas europeas, que se remontan además de 5.000 años hasta la Edad del Cobre. También aportan pistas sobre como nuestros antiguos antepasados manejaban la preparación de alimentos.

Maixner y sus colegas, incluido Albert Zink, explican que el análisis no se había realizado antes porque los científicos inicialmente no pudieron identificar el estómago del Hombre de Hielo a causa de que se movió hacia arriba durante el proceso de momificación. En 2009, su estómago fue detectado durante una nueva investigación de tomografías computada, y se lanzó un esfuerzo para analizar sus contenidos.

"El material del estómago estaba, en comparación con muestras del intestino delgado analizadas anteriormente, extraordinariamente muy conservado, y también contendía grandes cantidades de biomoléculas únicas como lípidos, lo cual abrió nuevas oportunidades metodológicas para abordar nuestras preguntas sobre la dieta de Otzi", dice Maixner.

GRASA PARA HACER FRENTE Al FRÍO

Los investigadores combinaron enfoques moleculares clásicos microscópicos y modernos para determinar la composición exacta de la dieta del Hombre de Hielo antes de su muerte. El enfoque de amplio espectro los permitió hacer inferencias basadas en ADN antiguo, proteínas, metabolitos y lípidos.

El análisis identificó tejido adiposo de cabra como la fuente de grasa más probable. De hecho, aproximadamente la mitad del contenido estomacal estaba compuesto de grasa adiposa. Aunque la dieta alta en grasas fue inesperada, los investigadores dicen que tiene sentido teniendo en cuenta el entorno alpino extremo en el cual vivió el Hombre de Hielo y donde fue opuesto.

"El ambiente alto y frío es particularmente desafiante para la fisiología humana y requiere un suministro de nutrientes óptimo para evitar el rápido ayuno y la pérdida de energía", dice Albert Zink, también del Instituto Eurac. "El Hombre de Hielo parecía haber sido plenamente consciente que la grasa representa una excelente fuente de energía".

El análisis indicó que la carne silvestre se comía fresca o tal vez seca. Aunque la presencia de partículas  tóxicas es más difícil de explicar, los científicos dicen que es posible que el Hombre de Hielo sufriera problemas intestinales relacionados con parásitos opuestos anteriormente en su intestino y tomó las falagueras como medicamento. Por otro lado, puede haber usado las hojas de la falaguera para envolver alimentos e ingerir esporas tóxicas involuntariamente.

Su análisis también reveló rastros de la comunidad bacteriana intestinal original presente en los contenidos intestinales del Hombre de Hielo. Los investigadores avanzan que planean llevar a cabo más estudios destinados a reconstruir los antiguos microbiomas intestinales del Hombre de Hielo y otros restos humanos momificados.

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