Los distintos países que tenían intención de llegar a acuerdos más ambiciosos ya han dado cuenta del 'pobre' resultado de la Cumbre del Clima. También en clave autonómica; Mireia Mollà, la Consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica de la Generalitat Valenciana, aseguraba que es una "innegable decepción". La consellera afeas la "manifiesta imposibilidad de llegar a acuerdos ambiciosos"; el resultado de la Cumbre se queda atrás, incluso, de las políticas y proyectos de la Comunitat Valenciana contra el cambio climático.
Aunque durante la semana de negociaciones se tildaron las largas negociaciones de "normales", eran un aviso del posible resultado. Un acuerdo 'light' en el que no se ha desarrollado, ni si quiera, uno de los principales cometidos de la Cumbre. No se ha desarrollado el Artículo 6 del Acuerdo de París de 2015, que se supone debía salir 'listo' este año: el Mercado de Carbono. Un nuevo sistema para que los países pudieran comercializar con cuotas de emisiones; se incentivaría el emitir menos para poder vender dichas cuotas.
Finalmente, la firma de los países va de la mano con un "mayor compromiso" para que el aumento medio de la temperatura quede, como mucho, en 1,5º centígrados. Se trata de la temperatura 'mínima', señalada por los expertos, para evitar las consecuencias más extremas del aumento del nivel del mar y eventos climatológicos -una mitigación, es imposible pararlo-. Sin embargo, no ha salido ningún compromiso sobre como realizarlo.
“Ante la manifiesta imposibilidad de llegar a acuerdos ambiciosos en el ámbito internacional, debemos ser los territorios concienciados los que tomemos el liderazgo para no demorar la acción de lucha contra el cambio climático”, ha argumentado Mollà. La Comunitat Valenciana, como región mediterránea costera y en latitudes media, es una de las regiones europeas que más puede sufrir la consecuencia de un cambio climático cuyos responsables se reparten por el mundo. Un aumento del nivel del mar correspondiente a una falta de compromiso para mantenerse por debajo del grado y medio, puede suponer el fin, entre otros parajes, de la Albufera -por inundación de agua del mar-.
Administración neutra
Ya en la pasada legislatura, los partidos del Botànic sacaron adelante la Estrategia Valenciana de Cambio Climático y Energía 2030, muchas veces referida como la 'Agenda 20-30 valenciana'. Se trata de un documento que recopila, de forma fundamentada, repasa los problemas del cambio climático para la región y formas de tomar parte desde la Administración valenciana. Unas 150 páginas que recogen medidas de mitigación, adaptación y transición energética de acuerdo al Protocolo de Kyoto y el Acuerdo de París. Unas propuestas que, ahora, tras la poca ambición de la COP25, quedan por delante de las propuestas globales.Desde el sector público, se abordan cuestiones como avanzar en un ahorro energético y ampliar el uso de las energías renovables. Esto, respaldado en el documento de 2018, fue ampliado la semana pasada por el President de la Generalitat, Ximo Puig: el plan es conseguir una Administración Neutra de aquí a 2015, es decir, con suficiente producción propia de energía como para autoabastecerse o compensar las emisiones. Principalmente, mediante placas solares en los edificios públicos, incluso hospitales y centros escolares.
También se aborda la intención de renovar, a medida que sea necesario, el parque móvil de la Generalitat por vehículos eléctricos o híbridos, según la necesidad, y la incorporación de directrices medioambientales para el ahorro energético y buen uso en las distintas instalaciones.
Nueva legislación
A raíz de este documento nacen, también, iniciativas legislativas. Está ahora mismo en proyecto la futura Ley de Economía Circular, que "interpelará a todos", según Mollà. Una nueva norma que aborde todo el sistema de producción, uso y gestión de residuos, para buscar al máximo posible la reutilización o incentivar la compra de productos de diseño ecológico.Esta Ley, añadió la Consellera hace unas semanas, se desarrolla de forma 'cercana' a la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que recoge las demandas de la Agenda 20-30, cuya intención principal será la reducción ambiciosa de la emisión de gases de efecto invernadero, tal y como no se ha podido cerrar en la Cumbre. El objetivo es una reducción del 40% de las emisiones para 2030, y que la energía sea 100% renovable para 2050.
Mollà reclamó ayer, en sintonía con esta futura norma, que el Gobierno Central no caiga en "parálisis" y ponga en marcha su Ley de Cambio Climático, para así dotar de seguridad jurídica la futura norma autonómica.