"No se han tenido en cuenta las propuestas de Compromís ni de nadie", señala Joan Baldoví, diputado de la formación en Madrid. El proyecto de ampliación del último tramo de la autovía V-21 empezó a rodar en 2017. Por el camino, reuniones con afectados de las expropiaciones y diferentes propuestas para minimizar el impacto ambiental. La semana pasada Fomento aprobaba el proyecto definitivo, que contempla la destrucción de 62.000 metros cuadrados de Horta.
"El Secretario de Estado se reunió con nosotros, con afectados, con el colectivo Per l'Horta, diputados... Y no se ha tenido en cuenta nada", asegura tajante Baldoví. Asegura, además, que el problema que se pretende solucionar no lo es como tal, por lo que es "una ampliación innecesaria".
Así lo creen también desde Per l'Horta, colectivo centrado en la protección de la Horta valenciana, que aseguran que la entrada de la V-21 a la ciudad funciona "como debe funcionar". Según afirmó Josep Gavaldà, miembro de la asociación, cuando el plan aún no tenía el sello de "definitivo", los atascos que se producen en dicha entrada no son lo suficiente grandes como para considerar la vía "colapsada". Una opinión compartida, además, por el Servicio de Tránsito de València.
Según este servicio municipal, a la salida de la ciudad -se amplía un carril en ambos sentidos-, no se producen atascos "ni siquiera los días que juega el València". A la entrada, como recuerda Baldoví, sí que se producen "embozos puntuales", pero dentro de la función de la misma entrada para dosificar el tráfico que entra a la ciudad.
Ni un tercio ni un cuarto
El proyecto inicial de la ampliación contemplaba la expropiación de 80.000 metros cuadrados de la tradicional huerta valenciana. Tras las quejas de diversos colectivos y diputados, desde Fomento se prometió reducir un tercio esas reducciones, es decir, alrededor de los 53.300 metros. Sin embargo, finalmente son 62.000, menos de un cuarto.Baldoví asegura que "nada es definitivo hasta que se asfalta", por lo que seguirán con el intento de "hacer razonar" al ministerio del valenciano Ábalos. Señala que "por un lado" está "el Ministerio de Transición Ecológica", que apuesta por reducir la contaminación pero, "por otro, se amplían las autopistas": "A más capacidad, más tránsito y más contaminación. Entran en contradicción", señala.
La solución planteada por Compromís consistía en diseminar el tráfico por otra vía que discurría paralela a la playa, que ya dispone de algunas infraestructuras útiles para el caso y "minimizaría en gran parte" las afectaciones a la huerta.
Una de las parcelas afectadas, en las que se demolerá una construcción, es precisamente aquella donde el colectivo Per l'Horta encargó pintar el mensaje "L'Horta és vida", visible por aquellos vehículos que se dirigen a la sociedad. "Están en una política de adelante, adelante, adelante, sin ver la afectación que genera", señala Baldoví.