Una semana ha pasado desde la manifestación mundial por el clima que tuvo lugar, el pasado viernes, 27 de septiembre, en 150 países de todo el mundo. En València, más de 4.000 personas, según datos de la Policía Local, se manifestaron por el centro de la ciudad para exigir, por un lado, una mayor concienciación de la ciudadanía y un consumo responsable, así como medidas políticas más contundentes para luchar contra el cambio climático que ya estamos sufriendo, como demuestran las inundaciones o los incendios intensos de los últimos meses.
De hecho, de acuerdo con los informes de la biodiversidad del IPBES y sobre el calentamiento global del IPCC, se está al borde “de un punto de no retorno frente al cambio climático que lleva al deterioro de un gran número de ecosistemas, tanto terrestres como marinos, y a la extinción de un millón de especies que ya se encuentran amenazadas por la actividad humana”.
Desde las administraciones valencianas ya se han puesto a trabajar para dar respuesta a las reivindicaciones de tantos jóvenes que, a través de sus redes sociales, o bien a través de las concentraciones que, cada viernes, la plataforma Fridays For Future València convoca en la Plaza de la Virgen, reclaman políticas que ayuden a preservar nuestro planeta.
Manifestación 27 de septiembre / @fridaysforfuturevalencia
En este sentido, el pasado 6 de septiembre, el Consell aprobaba la Declaración de Emergencia Climática en la Comunidad Valenciana, que acelera los acuerdos del Govern del Botànic para esta legislatura. Así, uno de los avances más significativos será la futura Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica que, aunque no verá la luz hasta 2021, sí que se está trabajando en su puesta en marcha.
Para ello, la consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, Mireia Mollà, ha avanzado diferentes aspectos que contendrá esta futura ley valenciana, como beneficios para las personas o empresas que más se impliquen en la lucha contra el cambio climático, así como sanciones para quienes no lo hagan.
Mientras tanto, el Consell no se detiene y, como adelanta Mollà, se irá poniendo en práctica la Estrategia de Cambio Climático, que incluye compromisos específicos como contar con una administración pública eficiente para 2025 para “predicar con el ejemplo”, y poder transportar, a largo plazo, ese nuevo modelo a las grandes empresas. “Debemos asumir ya que les hemos recortado márgenes vitales a nuestros hijos e hijas. Lo que hemos hecho hasta ahora les va a repercutir”.
Sin embargo, también se han puesto encima de la mesa nuevas acciones como el sistema de devolución de envases con el objetivo de generar menos residuos; la creación de un centro de contaminación atmosférica; o un nuevo plan de protección a los bosques valencianos no solo frente a los incendios, sino con la finalidad de crear una gestión mucho más sostenible.