La calidad del aire en la Comunitat Valenciana se ha convertido en una preocupación creciente debido al aumento de los niveles de contaminación atmosférica en diversas zonas de la región. Factores como el tráfico rodado, las emisiones industriales y episodios de contaminación puntual han provocado un deterioro en los índices de calidad del aire, afectando directamente la salud de los ciudadanos y el medio ambiente. Ante esta situación, expertos y organizaciones ambientales han pedido medidas urgentes para reducir la polución y promover políticas más sostenibles.
Según el informe ‘Recopilación y análisis de medidas correctoras óptimas para la mitigación de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y otros contaminantes en la ciudad de València’ elaborado por la Universitat Politècnica de València (UPV), aquellas zonas en las que se han observado peores condiciones de la calidad del aire son las cercanas a las entradas oeste y norte de la capital, en las que existe un gran volumen de tráfico.
Por tanto, tal y como indica Edgar Lorenzo, investigador del grupo Tecnologías de Información contra el Cambio Climático de la UPV, se puede afirmar que los niveles de contaminación han aumentado en algunas partes de la capital como consecuencia del incremento del tráfico por carretera. Es alarmante conocer el dato de que, en 2023, el 34% de los habitantes de la ciudad vivía en barrios donde la calidad del aire suponía un riesgo para la salud.
Siguiendo con esta línea, el docente indica que hay distritos de la capital que concentran hospitales, colegios e incluso guarderías y, junto a ellas, se sitúan avenidas por las que circula un alto número de vehículos que emiten gases residuales. “Estas zonas tendrán una mala calidad del aire, pero no solo en la calle, sino también en estos centros, porque cuando abran las ventanas la contaminación será la misma dentro que fuera”, sentencia Lorenzo.
La DANA agrava la situación
El pasado lunes 2 de diciembre el Ayuntamiento de València activó el protocolo por contaminación en episodio de tipo 1 tras haber detectado la presencia de partículas en suspensión en el aire. Estas se encontraban en el entorno por la nube de polvo que levantó el lodo seco de la DANA del 29 de octubre.
Pero las consecuencias de la riada en la calidad del aire no solo inciden a través del barro. De hecho, el aumento de vehículos personales y autobuses en la ciudad debido a la ausencia de los servicios de Metrovalencia y Cercanías – que están, poco a poco, retomando su normalidad – ha provocado que la situación del entorno en el centro de València, el barrio de Patraix y la pista de Silla se describiese como “muy desfavorable”.
De hecho, en municipios como Paiporta o Picanya, a pesar de que el jueves día 5 de diciembre, se desactivó la medida, los vecinos han empezado a notar los síntomas de la contaminación. Y es que muchos han reportado sufrir de tos, mocos, picor de ojos y dolor de garganta. Para tratar de preservar la salud pública de los residentes de las zonas afectadas, el consorcio municipal ha recomendado el uso de mascarilla FFP2 para salir a la calle y ha aconsejado a la población vulnerable que no participe en las tareas de limpieza.
Además de estos, el Ayuntamiento de València también publicó una serie de sugerencias para evitar riesgos por contaminación. Estas son, en primer lugar, evitar realizar ejercicio intenso al aire libre. Por otro lado, utilizar el transporte público o, en su defecto, compartir vehículo, ya que esto no solo reduce el tráfico, sino también las emisiones. También, se hizo hincapié en hacer un uso responsable de la calefacción así como en la prohibición de la quema de restos vegetales para prevenir la emisión de C02 y la contaminación por humo y cenizas.
Respuesta institucional
Lorenzo apunta que el hecho de que València cuente con zonas más saturadas de tráfico que otras se explica porque “su diseño urbanístico y sus condiciones climatológicas favorecen una mayor concentración de las emisiones contaminantes”. No obstante, el investigador de la UPV opina que “las políticas actuales han frenado el proceso de descarbonización impulsado por el anterior gobierno autonómico” y demanda al actual que tome medidas.
Y es que, según datos del consorcio municipal, que se recabaron cuando aún tenía el mandato Compromís, en los primeros siete meses de 2024, se han reportado 700.000 vehículos más en entradas a la ciudad respecto al mismo periodo el año anterior. Este incremento se ha dado, con mayor medida, en las entradas a València a través de la V-21, la Avenida del Cid y la Avenida de les Corts Valencianes.
Para tratar de paliar la contaminación causada por el tráfico, el Partido Popular y VOX han aprobado, para 2028, la creación de una Zona de Bajas Emisiones (ZBE). Con ella, se prohibirá la circulación por la capital a los vehículos considerados más contaminantes, es decir, los turismos, motos y ciclomotores con el distintivo A. Así, estos vehículos podrán circunvalar la ciudad a través de las rondas Nord y Sud y las avenidas de Serrería y Tarongers, pero no podrán adentrarse.
Si bien esta medida es positiva a largo plazo, pues sin duda ayudará a descender el número y el volumen de emisiones contaminantes, es necesario que las instituciones adopten cuanto antes medidas de urgencia que busque soluciones en el presente y un futuro más próximo.