El parque natural de l’Albufera supone uno de los humedales más importantes en España. Este cuenta con más de 15.000 hectáreas de arrozales, un producto crucial en la gastronomía de la Comunitat Valenciana. Sin embargo, este enclave se ha visto afectado gravemente, como muchos otros, por las inundaciones derivadas de la DANA del pasado 29 de octubre.
Y es que el lago recibió una masiva afluencia de agua a través del barranco del Poyo y el Río Magro, dos cauces que se desbordaron por la fuerza y la acumulación de las lluvias torrenciales. El líquido penetró a los campos de arroz a través de la zona sur, y se vertió el agua mediante los canales de riego. La saturación del caudal y la acumulación de residuos en la zona de l’Albufera ha traído consigo duras consecuencias al lugar, en las cuales se está trabajando para poder paliar cuanto antes.
Pese a que el humedal se ha llevado una de las peores partes del temporal -puesto que no solo está alberga residuos materiales, sino que también se han encontrado víctimas fallecidas-, Raúl Mérida, secretario autonómico de Medio Ambiente, asegura en una entrevista concedida a València Extra que l’Albufera ha salvado muchas vidas. “El enclave ha actuado como una esponja, evitando así que la DANA haya afectado a municipios de su entorno más cercano”, declara.
Plan de choque
Asimismo, Mérida ha explicado que, para minimizar el impacto de la riada en el parque natural, se ha activado un plan de choque que consta de tres fases. La primera, que ya está en marcha, consiste en la colocación de barreras cerco, junto con la desobstrucción de compuertas y acequias en la zona próxima a la Pista de Silla y la retirada de elementos de los márgenes de la acequia de Ravisanxó.
Una segunda etapa, que se estima que comience la próxima semana, se centrará en la eliminación de restos flotantes en el lago y en la posterior evaluación de los materiales extraídos. La tercera fase, no obstante, no se prevé hasta el próximo mes de diciembre. Esta estará marcada por la redacción de proyectos de adecuación de las reservas de la Generalitat Valenciana al territorio afectado, la retirada de residuos y lodos en la zona cerca al barranco de Catarroja y, por último, el seguimiento de la calidad del agua.
Cabe destacar, sin embargo, que el pasado 11 de noviembre ya se realizó un examen preliminar de la situación del lago, del cual se extrajo la conclusión de que se había producido una reducción de la concentración de sales disueltas y oxígeno en el agua. Además de esta consecuencia, Miguel Rodilla, biólogo de la Universitat Politècnica de València (UPV), indica que l’Albufera sufrirá una pérdida de tamaño de forma progresiva debido a la destrucción de bancales por la corriente y al gran aporte de lodo que se ha dado en el humedal.
Así, Ana Blázquez, doctora en Geografía Física y profesora del Grado de Ciencias del Mar en la Universidad Católica de València (UCV), explica que una capa de arcilla se irá depositando poco a poco al fondo del lago, formando un sedimento que se quedará flotando durante un tiempo para finalmente compactarse y provocar que l’Albufera tenga menos profundidad.
Impactos de la DANA en el parque natural
Son numerosas las consecuencias negativas que ha tenido la riada en el humedal de València. En primer lugar, destaca la alteración de la configuración del paisaje -algo que se ha podido confirmar mediante fotos realizadas vía satélite- a causa del arrastre de residuos sólidos como cañas, ropa y mobiliario doméstico y urbano. Esto ha derivado en la creación de varias islas de residuos y en la modificación de la zona litoral del lago. Esta acumulación de enseres es especialmente notable en las localidades de Massanassa y Alfafar, debido sin duda al aporte de agua del barranco del Poyo y a la fuerza del viento de levante que soplaba durante el temporal.
Por otra parte, en la zona norte del parque, se puede apreciar una capa de sedimento de color gris oscuro, resultado de la decantación del lodo y los sólidos. Asimismo, en las zonas agrícolas que han quedado anegadas se han encontrado grandes fardos de plástico prensado, así como otros microplásticos. Además, los envases encontrados a los márgenes del lago dejan ver que se produjo una movilización de residuos tóxicos como fertilizantes, plaguicidas, medicamentos, pinturas, disolventes y combustibles.
Eva Tudela, miembro de la organización Acció Ecologista, ha estipulado que el desborde del barranco del Poyo ha supuesto el arrastre de millones de kilos de plásticos que ahora se encuentran esparcidos por los arrozales y las aguas de l’Albufera. La portavoz de la asociación ha trasladado la preocupación del colectivo agrícola ante la contaminación del humedal. “Aquí se va a cultivar nuestro arroz el año que viene. ¿Vamos a estar 50 años comiendo arroz intoxicado de plástico?”, ha sentenciado.
Pero los agricultores no son los únicos trabajadores preocupados por el estado actual del parque natural. Y es que los pescadores del Palmar también están sufriendo la incertidumbre de no saber cuándo van a ver retomada una actividad que da de comer a muchas familias de la zona. Ante esta incapacidad de realizar su labor habitual, estos han estado colaborando con los servicios de emergencia en la búsqueda de posibles víctimas. No obstante, demandan a la Generalitat que se estudien posibles planes para rehabilitar la pesca cuanto antes en el enclave y que se realice una inspección para valorar el impacto de la DANA en la fauna de l’Albufera.