Marc Ribas: “En la cocina me considero un artesano, no un artista”

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Con su imitación en Polonia no lo tuvieron muy complicado. Barba espesa, tupé alto y complexión fuerte. Y una palabra recurrente que ya se ha hecho suya para terminar cada receta: brutal. Marc Ribas es actualmente el cocinero mediático de Cocinas, en Tv3, y también el presentador de Juego de Cartas, el programa-concurso en el cual cuatro restauradores compiten con sus restaurantes para ser el mejor según la temática del capítulo. Estos días, además de los rodajes, se ha descubierto como presentador de actos como la Cantada de Habaneras de Calella de Palafrugell o haciendo de pregonero de la Fiesta Mayor de Terrassa, su ciudad. Allí está el Capritx, el restaurante donde se refugia y cocina cada fin de semana.

¿Por qué crees que ha funcionado el programa 'Juego de Cartas' ante tanta propuesta televisiva de cocina?La clave es esta mezcla de mostrar el territorio y de programa "reality", la parte de conocer la vida de una persona hasta entonces desconocida. Y también la gastronomía, está claro. Cualquier cosa en la cual haya que comer, en este país, interesa ¡y mucho! Y el humor porque todo se ha acabado haciendo en clave de humor, somos todos un poco payasos.

¿Te gusta el tratamiento que recibe el mundo de la cocina en los programas de televisión?A mí me gusta que la cocina se presente en la televisión, siempre, porque lo encuentro muy interesante. Es una cosa muy catalana! Piensa que el primer recetario de Europa, manuscrito, se hizo en Cataluña, es el Libro de Santo Soví. Más tarde, vino el Libro del Coch. Es decir, esto nos ha interesado siempre y tiene que ser siempre en la televisión. Hay formatos que me gustarán más o menos, a nivel personal, pero es fabuloso que estén y que haya mucha difusión de la gastronomía, de los cocineros, de los restaurantes...

Tu presencia en televisión ya va más allá de las recetas, haces de presentador. ¿Cómo te ves?Es muy "chulo" porque soy un aprendiz. No me valoro, todavía, como comunicador. No me evalúo porque considero que estoy en un proceso de aprendizaje. Seguramente será un proceso que durará tanto como dure la experiencia de la televisión. De momento no me juzgo mucho. Lo que sí que hago es preguntar a los que saben y me dejo guiar.

Al casting del 'Cocinas' llegaste el último día, eras prácticamente el último candidato que valoraron...Todo perdido. Fui con todo perdido porque ya tenían escogido el presentador. Fui a pasármelo bien con toda aquella pobre gente que llevaba horas haciendo castings. Se lo pasaron bien, se rieron, comieron el plato que cociné... No me lo había planteado nunca antes pero no me daba ningún tipo de vergüenza ponerme ante la cámara, soy un sinvergüenza.Lo que no me sale, es que no sé interpretar nada. Si caes en gracia, es mucho mejor que ser gracioso y, todo te viene un poco rodado.

Y más allá de caer en gracia, con carisma ya venías de casa, ¿en qué ves que has mejorado?He aprendido muchas cosas. Primero, los "tiempos" en  la televisión. También cómo se tiene que enseñar todo a cámara, cómo tengo que cortar para que se vea que estoy cortando. Cómo se tiene que mostrar para que haya el momento "porno" de la comida, para que se pueda apreciar bien. También cómo acabar las frases, antes las dejaba a medias. Todo esto me lo van corrigiendo.

Y los espectadores, ¿qué crees que empezamos a hacer bien, en cuestión de cocina más cotidiana? ¿ Y qué asignaturas tenemos pendientes?Creo que a todos nos queda aprender a comer menos, a digerir bien y a comer mejor. Durando mucho tiempo se ha comido en exceso y hemos consumido productos que no tenían nombre y apellido como el del productor, el agricultor o el ganadero. Lo que es más interesante es apreciar lo que comemos, no por la cantidad, sino por la calidad. Esto es lo que nos falta aprender a todos.

Los fines de semana trabajas en el restaurante Capritx, de Terrassa. ¿Qué sensación te da hacer un servicio, una jornada en una cocina real?Antes que nada, cocino con mi amigo, con Artur, y esto es agradable. Y con esto no pierdo la realidad de la cocina. Si te paras, pasan cosas cuando tú no estás y después no tienes nada más que explicar, aportar o a experimentar. También es un poco un refugio. Estoy cortando cosas y no hace falta que explique como lo corto, a pesar de que con esto Artur hace muchas bromas. Es un refugio donde estamos la cocina y yo, es un momento de intimidad.

¿Cómo encaja la locura y la intensidad de hacer un servicio con tu personalidad?Soy un nervio, supongo que se nota, tengo un exceso de energía. La canalizo a la cocina. Con los años he aprendido a mantener la calma. Si estás liderando una cocina con un estrés muy grande y estás agobiado, lo que transmites al equipo, a tus compañeros, es precisamente nerviosismo. Los tienes que dar es tranquilidad y el mensaje de "no pasa nada, nos salimos".

Pero tú no has estudiado hoteleria, así que tanto técnica como actitud lo has tenido que aprender en base de...A palos.

El restaurando Capritx, además de tener una Estrella Michelin, tiene el distintivo Slow Food. ¿Cuál es la esencia?La esencia de la Slow Food es encontrar el mejor producto, con la mejor calidad, lo máximo cerca posible. Y también manteniendo unas normas éticas. Que los animales tengan una crianza que sea ecológica, que estén muy cuidados. O que las hortalizas, verduras y legumbres también tengan este tratamiento ecológico. También usar los productos propios. Como identidad, el Capritx es Vallés Occidental, es Terrassa. Se tienen que usar los productos de aquí porque es lo que también lo hace diferente y no te lo podrías encontrar en Tarragona porque allí no hay judía de la aguja de gancho.

Apostar tanto por la proximidad, ¿acaba limitando la innovación a la cocina?Esta es la gran gracia. Las limitaciones hacen que tengas que dar muchas vueltas y no te cansas nunca.

Eres licenciado en Bellas artes. ¿Queda algo de esta faceta, ligada a la cocina?Con la cocina, no. Me considero un artesano más que un artista. Lo que sí que queda es que continúo haciendo dibujos cuando estoy reunido. De vez en cuando, pinto. De hecho,en el "Cocinas" hay un cuadro mío, aparecen unas cazuelas montadas unas sobre las otras. Si puedo, pinto cazuelas y comida, hago "gastropintura". Seguramente hay algo que he aprendido y que se ha quedado que no sabes por qué ni cuando lo usas.

Tienes el proyecto de abrir un restaurante en Barcelona antes de final de año. ¿Hay algunas ideas imprescindibles?Lo que queremos conseguir va en dos líneas. La primera, más gastronómica, es continuar el mensaje del Capritx, intentar dar un paso más allá, subir el nivel. Después hay una línea más popular, que es la cocina que más me estimula. Que por menos precio puedas comer, que sea divertido, que sea bueno, que tenga sabor, que tenga carácter. Y que la base sea la cocina catalana, no tiene más premisas.

¿Buscaréis la excelencia?En el proyecto más sencillo no buscamos ni una, de Estrella! Buscamos vender comida y disfrutar haciéndolo. Cuanto más "normal" sea todo, mejor.

¿El espacio estéticamente, te preocupa?Esto me da igual. Yo puedo comer en el lugar más horroroso del mundo, si quieres. No me fijo en cómo es el suelo, ni la silla, ni la mesa... Me da igual. Lo que quiero es comer.

Pero en "Juego de Cartas" sí que valoráis el espacio...Para mí, todo me parece bien, más o menos. No me había puesto a valorarlo nunca. Sí que lo evalúo según la distribución, que sea práctica a la hora de trabajar, según cómo están los empleados. Intento ponerme en la piel de todo el mundo y de usar esta empatía. ¿trabajarías a gusto, aquí? ¿Tienen todo lo que necesitan? ¿Es fácil trabajar? Igual que en la cocina, no miro sólo el instrumental que tienen. Miro si es práctico, si está muy pensado. El servicio casi siempre me parece fabuloso. El simple hecho que no te lo tengas que hacer tú...Que te lo traen a la mesa, te lo recogen, te lo limpian. Es cojonudo.

"En la tele no me moriré pero en la cocina, sí", esta frase es tuya. ¿Es así como te imaginas el futuro?Yo entiendo que en la televisión estoy de paso, lo tengo que aprovechar y lo tengo que disfrutar. No tenemos que negar que da una visibilidad mediática que me favorece mucho. Me lo estoy pasando muy bien, me dejan ser yo mismo, no tengo que hacer nada que me haga sentir incómodo. Simplemente que tenga una cosita para explicar a mis nietos: "yo salí en la tele". Mi vida profesional es a la cocina y así creo que tiene que ser.

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