La lucha feminista vuelve a parar València

Desenes de milers de dones paralitzen la ciutat per a reivindicar una igualtat "universal"

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El machismo, de nuevo, acorralado. Ha vuelto el motor que lleva el feminismo a los medios, la opinión pública  y consigue que el machismo, año tras año, encuentre menos comodidades en la sociedad. Se dan pasos, se consiguen algunas mejoras, pero también se repasa todo aquello por conquistar; se visibiliza y extiende que el feminismo es algo transversal, es la igualdad real que pretende que todos sean considerados por ser personas, con indiferencia de su sexo, género u origen.

La hora oficial para iniciar son las 18h, pero una hora antes el color morado ya teñía la zona. A tres cuartos de hora ya se escucha desde algunos de los grupos que se acercan a Xàtiva la consigna del 8M 2019: "Frente a la barbarie, lucha feminista". La manifestación es la cara más visible de la movilización, pero todo empezaba de madrugada: una huelga general feminista de consumo, cuidados y laboral.

"Nos sobran razones", se puede leer en alguna pancarta. A 15 minutos de la hora oficial, frente a la Estació del Nord, es casi imposible moverse. Es el punto de encuentro no mixto para la movilización. Desde un punto alto puede verse, además, el goteo constante de personas hacia la Glorieta, el punto de encuentro mixto.

Ya pasan unos minutos de la hora de salida. Cuesta distinguir los cortijos de ONGs, amigas o incluso partidos, pero poco a poco se dan los primeros pasos hacia las Torres dels Serrans. "Visca, visca visca, la lluita feminista!" se turna con "se va a acabar el terrorismo patriarcal" o "València será la tumba del machismo".

Un 1349% más que los hombres

Aunque la gran movilización es hoy, diferentes colectivos y asociaciones feministas han realizado actividades desde mucho antes. En València el 1 de marzo no fue sólo la primera mascletà, también fue el primer día de '8 dies de revolta'. Ocho días de actividades para tratar diferentes aspectos, como la violencia estructural contra la mujer o los problemas a los que se enfrentan las mujeres migrantes, que culminan esta tarde. El feminismo no entiende de fronteras.

Decenas de miles de mujeres y algunos hombres han 'sitiado' el casco antiguo. Desde la Glorieta hasta las Torres dels Serrans, a su paso por la Estació del Nord y las Torres de Quart, una marea morada ha desplazado al machismo. Desde Xàtiva hasta Serrans el lleno es indiscutible.

Esta gran movilización, respecto a las anteriores, hace especial hincapié en la "economía invisible". Se trata de los trabajos de cuidados de hijos, hijas y personas dependientes, que recae casi en su totalidad en las mujeres. Tanto es así que, según el Anuario del Ministerio de Trabajo, entre 2005 y 2017 las mujeres pidieron 495.732 excedencias para realizar cuidados, frente a 36.750 de los hombres. En proporción: las mujeres han cogido un 1349% más de excedencias que los hombres.

Las muixerangas y las batukadas se suceden a lo largo de la manifestación. En un parón a la altura del Museo de Prehistoria los tambores sirven, por ejemplo, para amenizar y convertir la espera en una fiesta llena de reivindicaciones. También son el sonido de fondo, poco después de la hora de salida, de las declaraciones de las políticas. La Vicepresidenta Mónica Oltra, de Compromís, ya anunció que asistiría a la huelga y que donaría el sueldo que se le descontaría a una mujer trabajadora a distintas asociaciones feministas. Esta mañana, en el Pleno del Consell semanal, sólo estaban presentes los 5 hombres del Govern. La política ha aprovechado la ocasión para recordar a Pablo Casado, que está en València, que "hay muchos días para ir a ver la Exposición del Ninot". "Este es el mundo real, aquí las mujeres estamos diciendo que sin la mitad del mundo el mundo se para, y lo que queremos es un mundo de igualdad de oportunidades", ha añadido junto a Ribó y Puig.

"No acaba aquí ni hoy"

La desembocadura de la manifestación es en las Torres dels Serrans. Aunque a las 19h la cabecera de la manifestación ya ha llegado, media hora después el aforo no da más de sí y cientos de personas siguen aproximándose desde Blanqueríes. Al pie de las dos torres, justo frente al paso inferior, hay preparado un escenario. Aunque es imposible que todas las asistentes puedan escuchar el manifiesto final, la gran cantidad de prensa dará opción para acceder a él después.

Para Alba Villanueva, psicóloga social especializada en violencia de género, asegura que salen por estar "hartas" de que no se las tome "en serio". "Creemos en el feminismo, que no es más que la igualdad entre el hombre y la mujer. No vamos a dudar en salir a la calle las veces que haga falta. A gritar y a pedir que se nos escuche, que se nos respete", recalca.

A 15 minutos en la dirección contraria a la llegada de la cabecera está el inicio de la manifestación mixta, y parece que algunas personas han decidido tomar el atajo ante la lentitud de la marcha. El casco antiguo está, literalmente, rodeado por el color violeta.

Desde el escenario hacen unos alegatos finales. Han salido a la calle para acabar con la violencia machista, contra la justicia patriarcal, por el aborto libre, contra el racismo, por la dignidad y reconocimiento del trabajo doméstico y de cuidados, contra la discriminación y precariedad de las mujeres... Motivos sobras, hay muchos, pero los tienen muy claros. El 8M es un día especial de movilización y reivindicación, pero sirve para la batalla diario de hacer del feminismo algo transversal en toda la sociedad: "Esto no acaba aquí ni hoy", aseguran.

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