Cambio de hora: el domingo de madrugada a las dos serán las tres

El canvi d'hora de març del 2020 no serà l'últim , ja que el Parlament Europeu va proposar que l'últim any amb canvi d'hora siga el 2021

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El ya típico cambio de hora de marzo se acerca, y la verdad que este año se produce durante uno de los episodios mas duros, el confinamiento por la crisis del coronavirus. De este modo, será durante la madrugada del domingo 29, cuando los relojes deberán adelantarse una hora para entrar en el horario de verano del 2020, así pues, a las dos seran las tres-

La modificación horaria de primavera se aplica en todos los países de la Unión Europea (UE), con la intención de ajustar la jornada laboral a las horas de luz natural. A partir del domingo amanecerá y anochecerá más tarde, hasta otoño.

El comienzo de los cambios de hora se remonta a la década de los 70, con la primera crisis del petróleo, cuando algunos países adoptaron la medida de adelantar el reloj para "aprovechar mejor la luz natural del sol y consumir menos electricidad". No obstante, España introdujo el cambio horario en 1974, y fue en 1980, cuando la Comunidad Económica Europea -de la que España aún no formaba parte- publicó la primera directiva para poner orden sobre el tema en los diferentes países.

¿Cómo nos afectará el cambio de hora?

La consecuencia más inmediata y visible a primera vista del cambio de hora es que amanecerá y anochecerá una hora después, de esta manera, podemos decir que dispondremos de más tiempo de luz solar por las tardes. Según varios expertos, esto, suele beneficiar a los negocios de ocio como la restauración, "ya que la gente tiende a alargar los paseos y a regresar a casa más tarde", pero debido a la situación de confinamiento en la que vivimos actualmente, este efecto no se cumplirá.

¿Será el último cambio de hora?

Varias han sido ya las propuestas de poner fin a estos cambios de hora, y ya se hablaba que este cambio de hora de marzo seria el ultimo. No obstante,  el cambio de hora de marzo del 2020 no será el último, ya que la Comisión Europea se había fijado en principio el objetivo de poner fin a los cambios en el 2019, pero el plan era demasiado ambicioso y el Parlamento Europeo propuso después que el último año con cambio de hora sea el 2021 (algo que también está por ver). La voluntad de los eurodiputados es que los países que se queden con el horario de verano hagan el último cambio en marzo de ese año, y los que opten por el de invierno, en octubre.

¿Realmente se ahorra con el cambio de hora?

Uno de los argumentos que avalan el cambio al horario de verano son los datos que aporta el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), que estima que "el ahorro energético potencial es de un 5% solo en España". Este porcentaje representa, aproximadamente, unos 300 millones de euros, de los cuales, 90 millones corresponderían al consumo doméstico, lo que corresponde a unos 6 euros por hogar, siendo el resto respectivo a la industria o a la iluminación de edificios de servicios.

La verdad es que el ahorro doméstico en muchos casos es algo relativo, ya que la luz que no usamos a primeras horas del día al final la gastamos, al menos en parte, con esos atardeceres más tempranos y quizás habría que cuantificar un posible gasto extra en calefacción, ya que en muchos hogares se vive más bien durante la tarde. De esta manera, ante la situación extraordinaria generada por el coronavirus, este cambio de hora no supondrá un ahorro de energia, pues ahora, el confinamiento ha hecho que toda la población española esté dentro de sus hogares y utilicen los electrodomésticos, los dispositivos como la televisión y otras formas de entretenimiento a todas horas, ya que el hecho de no salir a la calle produce, en muchas personas, un mínimo agotamiento físico que afecta al insomnio y a los problemas relacionados con el sueño.

¿Qué efectos tiene el cambio en la salud?

El cambio al horario de verano suele tener efectos molestos en las personas, estos varían y "pueden presentarse en forma de insomnio, somnolencia, irritabilidad o incluso constantes mareos, sobre todo en niños y ancianos", según confirman muchos estudios acerca de sus consecuencias, aunque ninguno de ellos ha aportado resultados concluyentes.

Lo que sí es un hecho real y visible es la alteración del sueño debido al cambio de hora, ya que el horario de trabajo sigue siendo el mismo aun habiendo dormido una hora menos. La ruptura de la rutina del sueño produce un efecto similar al del jet-lag, o un aumento de migrañas. Según una investigación elaborada por científicos españoles, el cambio de hora puede producir "un aumento de la mortalidad en las carreteras de 1,5 vidas perdidas al año por razón de la fatiga, debido a la acumulación de una hora de sueño".

Otra eventual consecuencia de la alteración del sueño sería un incremento en el número de infartos agudos del miocardio de entre un 4% y un 29%, de esta manera, "la tasa de ataques cardíacos durante los primeros tres días de la semana después del cambio al horario de verano aumenta aproximadamente un 5%", según el European Review for Medical and Pharmacological Sciences.

 

 

 

 

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