Ayer se cumplió un año desde que el Hospital de La Ribera, en Alzira, dejara de ser privado. Fue 'pionero' en el Estado, pues se trataba en el año 2000 del primer hospital público con gestión privada. Tras años de dudosa gestión económica y rescates de las anteriores legislaturas, el 1 de abril de 2018, tras acabar el término del contrato, pasó a ser competencia única de la Generalitat Valenciana.
La Consellería de Sanidad resume estos 12 meses en unos pocos datos: 466 nuevos profesionales, la incorporación de nuevas especialidades, una inversión de más de 7,8 millones de euros y ocho días menos de espera quirúrgica.
Sólo dos años después de su inauguración el Hospital fue protagonista de un primer escándalo. Comisiones Obreras (CCOO) denunció que el presupuesto del centro, pese a tener una gestión privada, era superior al de otros que atendían a una misma cantidad de población. Resumía, de alguna manera, que una gestión privada salía más cara que una pública.
Según la Administración el aumento del número de empleados se ha traducido en una mejora de la atención a los usuarios y, además, de las condiciones laborables. Aseguran que ahora en servicios especiales como urgencias, quirófanos o la Unidad de Ciudados Intensivos (UCI) los trabajadores y trabajadoras encuentran un mejor entorno de trabajo. Esto también tiene otra consecuencia; el aumento de las especialidades. Con ello, se disminuye cada vez más el número de afectados que tienen que desplazarse hasta el Hospital de Alzira por no disponer de una atención adecuada a su dolencia.
El Hospital de la Ribera, en 2003, protagonizó de nuevo otra polémica que se repidió después en otros hospitales que imitaron el modelo. La gestora privada, pese a disponer de un presupuesto mayor que otros hospitales, se declaró en pérdidas. La Generalitat, ya entonces con Francisco Camps al frente -acababa de sustituir a Eduardo Zaplana-, canceló la adjudicación y pagó a la concesionaria 25 millones de euros como "indemnización" por el dinero que, pese a las pérdidas, iba a ganar si continuaba con su actividad. Pese al caso, la Generalitat popular inició un nuevo concurso con aún más aportación de la Administración pública y, además, finalmente fue llevada por la misma gestora.
"Criterio puramente ideológico"
La Conselleria ha detallado cómo el número de intervenciones quirúrgicas ha aumentado un 4,52% respecto al 1 de abril de 2018, hasta alcanzar las 20.319 operaciones. De aquí se desprende otro de los datos que valoran: la espera media para la intervención es de 54 días, 8 menos que los 62 de 2018.La 'reversión' del hospital es algo que, demandado por Compromís y sectores del PSPV, ya se pedía hace una década y pasó a formar parte de algunos programas electorales de cara a las elecciones de 2015. Ahora en los programas lo que figura es seguir con las reversiones, como es el caso del Hospital de Dénia. El President de la Generalitat, Ximo Puig, afirmó que la decisión sobre esta reversión "está tomada" y que, si no se llega a un acuerdo, "defenderá el interés general de los valencianos".
Además de las inversiones en personal y equipo 'rutinario', desde la Administración aseguran que también "se han asumido inversiones de urgencia para paliar graves deficiencias de la anterior gestión", también relacionado con las intervenciones: equipos de tratamiento y diagnóstico y equipos de quirófanos.
Según Carlos Rodrigo, presidente de Sanitatsolsuna, esta fecha es un "aniversario del fracaso" porque, asegura, la reversión se produjo con "un criterio puramente ideológico" pese a que se acabó el contrato. Asegura, contrario a los datos oficiales, que "las listas de espera crecen en la mayoría de especialidades quirúrgicas".
Conselleria cree que van por buen camino y así, a largo plazo, podrán ampliar el hospital y la capacidad de este para atender. Un ejemplo, más a corto plazo, es la licitación de obras para un nuevo quirófano y las 560 nuevas plazas gratuitas para Consultar Externas.