La Ley de la Infancia apuesta por la reducción de deberes fuera del horario lectivo

La futura Llei de la Infància també reconeixerà el dret d'identitat i expressió de gènere dels menors

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Mucho se ha debatido, en los últimos años, acerca de la función de los deberes escolares. Así, mientras un sector de la sociedad ha defendido su importancia para reforzar los conocimientos aprendidos, y crear un hábito de estudio entre los niños, otros han considerado la importancia de que los menores dispongan de tiempo libre para poder disfrutar. Y es que España es uno de los países que más deberes manda a sus estudiantes.

Sin embargo, este debate podría llegar a su fin. El anteproyecto de Ley de la Generalitat de Infancia y Adolescencia que, además de reconocer el ejercicio de sus derechos a niños y adolescentes, se ha realizado teniendo en cuenta las aportaciones recibidas desde los consejos de infancia, se ha propuesto favorecer el empoderamiento de los menores, y asegurarles momentos de ocio.

En este sentido, este proyecto de ley refleja uno de los puntos más aplaudidos: 'Durante la educación primaria, se procurará que las actividades de aprendizaje programadas puedan realizarse dentro de la jornada lectiva, de manera que no menoscaben el derecho del alumnado al ocio, al deporte y a la participación en la vida social y familiar'.

De hecho, la Vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, hizo hincapié en este punto para recalcar que 'sólo se es niño una vez en la vida' y, por tanto, no sólo esta futura legislación autonómica establecerá como un derecho el acceso al ocio educativo, sino que además ha instado al Conseller de Educación, Vicent Marzà que apueste por la reducción de las tareas fuera del horario lectivo.

Derecho a la identidad y expresión de género de los niños

Sin duda, otro de los puntos que supondrán un cambio de paradigma es el reconocimiento, por primera vez, del derecho a la identidad y a la expresión de género, que también lleva implícito la obligación de los padres, madres o tutores de escuchar y respetar las opiniones de los menores en referencia a la libertad ideológica o religiosa, aunque, por supuesto, no implica una obligación a acatarlo por parte de los padres.

Asimismo, la Ley de la Infancia y Adolescencia garantizará que se escuche su opinión en aquellos aspectos relacionados con los tratamientos médicos o en las políticas de ocio educativo, así como el diseño urbano de los municipios que les afecten de primera mano. En definitiva, un proyecto de ley que convierte a niños y adolescentes en agentes activos de la sociedad, capacitados para tomar decisiones importantes sobre su futuro y su entorno.

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