La exclusiva baraja del Quijote de la Sociedad Bibliográfica Valenciana

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"El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha" ha inspirado miles y miles de obras de todo tipo desde que fue publicado a principios del siglo XVI. Tal cual como tampoco pensó que su novela sería la mejor de la lengua española, Cervantes nunca imaginó que su obra, y sobre todo su legendario personaje, fueran a ser el núcleo de producciones teatrales, música y pintura, entre muchas manifestaciones del arte.

Con su locura, valentía y esa obsesión por vivir una vida caballeresca, Don Quijote, ese Caballero de la Triste Figura, es actualmente uno de los personajes ficticios más reconocidos del mundo entero. No por nada existen sudaderas, monumentos y hasta nombres de bares con su nombre. España suena en el mundo gracias a sus existencia.

Pero el espigado héroe no estaba solo. Junto a su fiel escudero Sancho Panza y su caballo Rocinante, y por qué no, esa bella Dulcinea que constituía el motor de todas sus acciones, el Quijote avanzaba por tierras de la Península conociendo a personajes en todos los lugares donde pasaba. El barbero Maese Nicolás, el cura Pedro Pérez, Maritornes... Y tantos inolvidables.

La baraja de cartas del Quijote

Además de la antigua edición impresa en Bruselas (1611) y los ejemplares en una veintena de idiomas con dibujos, grabados, láminas y tipografías sobre el Quijote, la Biblioteca Valenciana tiene en su poder más de 4000 documentos e ilustraciones de la obra cervantina que juntas conforman una colección inigualable, impulsada por vez primera gracias al cervantista valenciano Francesc Martínez i Martínez.

La semana pasada, y con motivo del cuarto centenario de la muerte del autor, se han utilizado estos testimonios para dar vida a otra manifestación del arte y también del juego: una baraja del Quijote.

Cada palo de la baraja tiene representaciones de ediciones distintas del Quijote, entre el siglo XVII y XIX. Los Bastos están compuestos por una cuidada selección de piezas bibliográficas, así como las espadas tienen dibujos de José del Castillo y Antonio Carnicero, las copas de Apel.les Mestres y los oros de Gustave Dorè, estos dos últimos artistas catalanes de la década de 1870.

El as de bastos, por ejemplo, es una reproducción de una edición de 1605, el año en que se publicó la primera parte, una portada de Pérez Patrici Mey. Al mismo tiempo, al reverso de cada uno de los palos hay logos que recuerdan el arte de la época y la estética misma de la obra. Una baraja con aporte de muchos seleccionada por Miguel C. Muñoz, digitalizada por María Jesús Blanco y realizada por Irma Marco.

En esta ocasión, la Sociedad Bibliográfica Valenciana Jerònima Galés ha lanzado 150 juegos de esta baraja, con 100 que se han entregado como obsequio a instituciones y socios. Los 50 restantes pueden solicitarse expresamente a la sociedad.

Sitio web: www.societatbibliograficavalenciana.es

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