Esta mañana, el alcalde de Xàtiva, Roger Cerdà, ha visitado las instalaciones donde se desarrolla la edición 2020 de la escuela de verano municipal, que este año se celebra de manera unificada como consecuencia de la situación generada por la pandemia. Recordemos que las actividades de la escuela de verano están llevándose a cabo en los colegios públicos Gozalbes Vera y Martínez Bellver y en el polideportivo municipal Les Pereres.
El alcalde ha apelado a la responsabilidad de padres, madres y monitores a la hora de aplicar las medidas de seguridad sanitaria. Cerdà ha manifestado que «hay que extremar las precauciones. Estamos viendo como algunos rebrotes están produciéndose como consecuencia de reuniones familiares, por lo que tenemos que ser muy responsables con nuestro comportamiento». El alcalde, en declaraciones a Xtradio, se ha mostrado satisfecho con el grado de cumplimiento de las medidas de prevención en la escuela de verano. Según Cerdà, «podemos estar tranquilos, ya que nuestros niños y niñas están en buenas manos».
La oferta de plazas en la escuela de verano viene condicionada por la disminución de la ratio de alumnos por monitor marcada por la Generalitat, que ha pasado a ser la mitad respecto al año anterior. Así, si la ratio de 2019 era de un monitor cada 20 alumnos, este año la ratio pasa a ser de un monitor cada 10 alumnos. En definitiva, se han ofrecido un total de 220 plazas, repartidas entre las tres instalaciones.
El índice de ocupación de la escuela de verano oscila entre el 85% aproximadamente que registran los colegios públicos y el 60% de ocupación que presenta el polideportivo Les Pereres. El colegio Gozalbes Vera acoge a los alumnos de 3 a 5 años, mientras que las niñas y los niños de 6 a 8 años acuden al colegio Martínez Bellver. A Les Pereres, en cambio, asisten alumnos de entre 9 y 14 años.
El seguimiento de un estricto control de medidas de seguridad y prevención caracteriza el día a día en la escuela de verano de Xàtiva. Por ejemplo, en el caso de los centros escolares, los alumnos hacen una entrada y salida escalonada por grupos de edad, con una frecuencia de 10 minutos entre grupos. A la llegada al centro, hay una toma de temperatura a cada participante, por lo que si un niño o niña presenta síntomas de fiebre, no puede acceder a la escuela de verano. Los padres y madres no pueden acceder al interior de los centros para acompañar a sus hijos. Es obligatorio acudir al centro con mascarilla (el Ayuntamiento las ha facilitado a los participantes), hay gel desinfectante a lo largo de las instalaciones y las tareas de limpieza y desinfección son continuas.
Para evitar aglomeraciones, los alumnos se distribuyen en grupos de 10 en cada una de las aulas habilitadas y cada grupo tiene un horario distinto para acceder al patio. Todo el recinto está señalizado, con las debidas distancias de seguridad y recorridos de circulación por las instalaciones. Los padres y madres recibieron información de seguridad en el momento de la inscripción de los menores y, posteriormente, los monitores les informaron telefónicamente de las medidas de seguridad a seguir durante el transcurso de las actividades.
La escuela de verano ha mantenido su precio de inscripción respecto al año pasado, habiéndose establecido unas ayudas sociales para facilitar el acceso a familias con pocos recursos.