El año de los "Doce trabajos de Hércules": centenario de su descubrimiento en Llíria

El singular mosaic es va trobar en 1917 a Llíria i actualment es conserva al Museu Arqueològic Nacional

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Es evidente que bajo las ciudades que hoy en día conocemos se esconden innumerables historias, vestigios de todo aquello que constituía el mundo de nuestros antepasados, y que muchas de ellas nunca podrán llegarse a conocer. La antigua Edeta ha albergado diferentes civilizaciones y culturas a lo largo del tiempo, y sus huellas fueron enterrándose inevitablemente mientras su sociedad y contexto se modernizaban.

Sin embargo, siempre hay sorpresas, descubrimientos de monumentos, de objetos, que parecen haber estado esperando con toda la paciencia del mundo ese preciso momento para ser encontrados. Este es el caso de uno de los mejores mosaicos encontrados de la Hispania romana: los "Doce trabajos de Hércules".

Un descubrimiento inesperado

Corría el año 1917 cuando Porcar, un vecino de Llíria, empezaba a reformar su chalet, en la Avenida dels Furs, sin tener la más mínima idea de que gracias a estas obras se convertiría en el edificio emblemático conocido como Ca Porcar. Mientras trabajaban en el edifcio, "los obreros vieron que salían las teselas, automáticamente llamaron al dueño y el dueño, ya pensando un poco que podría ser algo importante de época romana, empezó a hacer una excavación", relata Vicent Escrivà, arqueólogo y director del Museo Arqueológico de Llíria. "En muy poco tiempo, apareció un extraordinario mosaico que, efectivamente, era uno de los primeros que se conocía de toda la Hispania romana".

La misma Ley de Patrimonio, vigente en 1917, que había permitido a Porcar hacer la excavación, también lo convertía en propietario de todo aquello que se encontrara. Por esta razón, aunque mucha gente quiso comprarlo, el mosaico permaneció en Llíria hasta 1941, cuando fue el Museo Arqueológico Nacional, en Madrid, quien pudo adquirirlo y donde se encuentra desde entonces.

El mosaico: una obra de arte

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El mosaico data, aproximadamente, del primer tercio del siglo III. Mide 5,50 metros de largo por 4,50 metros de ancho. Está formado por teselas, de entre 1,30 cm y 0,70 cm., que representan, en la parte superior, una especie de tablero de formas geométricas y colores contrapuestos, y, en la parte inferior, los doce trabajos de Hércules; todo ello rodeado por un marco decorado con motivos de la naturaleza.

Las doce escenas correspondientes a los trabajos de Hércules están dispuestas alrededor de una imagen central, visiblemente destacada, que representa el mito de Hércules y Ónfale. Las doce representaciones de los trabajos no responden al orden cronológico tradicional ni a cualquier otro que se haya encontrado en las demás representaciones de este estilo. Para A.Balil, estudioso de la obra, este orden no responde a ningún criterio sino que es anárquico, y contempla la posibilidad de que el autor de este mosaico se hubiera inspirado en algunas representaciones anteriores, como el sarcófago de Velletri, lo cual explicaría la alteración del orden.

El mosaico fue descubierto en compañía de cerámica buena y restos de edificaciones que respondían a una especie de habitaciones, lo cual hace suponer que estaba integrado en un edificio importante, seguramente el pavimento de la casa de un ilustrado dominus. El arqueólogo Vicent Escrivà afirma: "Es un mosaico que está hecho también por una persona culta, conoce toda la mitología clásica, posiblemente sea también un personaje relacionado con Oriente".

Los doce trabajos de Hércules

Cuenta la leyenda que Hércules, hijo de Zeus, mató a su mujer y sus hijos en un ataque de locura provocado por la diosa Hera. Por esta razón, fue condenado a relizar doce trabajos para su primo Euristeo, a quien detestaba. Los trabajos fueron los siguientes: matar al león de Nemea, matar a la hidra de Lerna, capturar a la cierva de Cerinea, capturar al jabalí de Erimanto, limpiar los establos de Augías en solo un día, matar a los pájaros del Estínfalo, capturar al toro de Creta, robar las yeguas de Diomedes, robar el cinturón de Hipólita, robar el ganado de Gerión, robar las manzanas del jardín de las Hespérides y, finalmente, capturar a Cerbero y sacarlo de los infiernos.

La escena representada en el mosaico, al medio de los doce trabajos, muestra el mito de Hércules y Ónfale, reina de Lidia, de la cual fue esclavo durante tres años como penitencia por la muerte de su hermano Ífito. Se sigue la tradicional representación de este mito: Hércules vestido con prendas y elementos que le confieren un carácter femenino, mientras que la reina presenta objetos característicos del héroe, mostrando este cambio de roles.

Conmemoración del centenario

El Ayuntamiento de Llíria ha bautizado este año 2017 como el "año de los 'Doce trabajos de Hércules'" y tenía la intención de celebrarlo devolviendo el mosaico, de forma temporal, a la localidad donde se encontró. Sin embargo, parece poco probable que pueda hacerse realidad este deseo: las grandes dimensiones de la obra obligarían a cortarla para desmontarla y poder trasladarla.

Pero no tener el mosaico físicamente no quiere decir que no podamos disfrutar de él: el Museo Arqueológico de Llíria convoca una reunión de libre asistencia cada mes de este año dedicada a comentar cada escena del mosaico, que conforman los doce trabajos de Hércules.

Y, por supuesto, también podemos visitarlo en el Museo Arqueológico Nacional, en Madrid, donde estuvo hace poco el alcalde de Llíria, Manolo Civera, y afirmaba que "despierta una verdadera ilusión poder estar junto a un tesoro, junto a una joya de Llíria que, gracias al Museo Arqueológico Nacional, se conserva en unas condiciones extraordinarias y permite hacer ese recorrido por nuestros antepasados, conocernos mejor" y, como todas las obras de arte, nos permite ver una época inmortalizada, una historia que siempre guardará ese misterio que el paso del tiempo no permite adivinar, aunque sí imaginar.

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