Y casi sin darte cuenta llega el esperado día. El 15 de marzo. Ese día en el que los monumentos que llevan días en la calle cobran vida. ¿El principio del fin? Nooooo... Muchos, consideran que el momento de la Plantà es el inicio de la fiesta fallera pero nada más lejos de la realidad. Realmente es la culminación de todo un año de trabajo, de disfrute, de convivencia, de actividad, de creatividad...
Desde principios de marzo las calles de Valencia bullen de actividad fallera. En muchas de ellas lo monumentos o parte de ellos ya se acumulan a la espera de ser montados la noche de la Plantà. No es extraño ver camiones cargados con muñecos (ninots) recorriendo el cap i casal. Las calles se van cortando poco a poco y días antes incluso comienza el montaje de los monumentos más voluminosos. Esto se debe principalmente a la complejidad de los monumentos actuales y al hecho de que el mismo artista fallero planté en diferentes comisiones.
Los días pasan y llega el 14 de marzo, día en el que las fallas infantiles empiezan a tomar la calle. A las 8 de la mañana del 15 deben estar plantados los monumentos. Éstos son más sencillos, por norma van en algún tipo de plataforma y el artista fallero los lleva con anterioridad al casal donde los falleros la guardan con cariño para después sacarla. Arena, césped, la falla, algún que otro elemento decorativo y los carteles con la explicación de cada una de las escenas de la falla.
El 15 las calles de Valencia se llenan de falleros, ilusionados a la par que nerviosos. El jurado de las fallas infantiles pasa por cada una de las comisiones valorando ingenio, gracia, modelado, pintura, innovación, plasticidad… y un sinfín de ítems. Cuando los falleros todavía están con las sensaciones a flor de piel comienza la plantà de los monumentos.
Cierto es que días antes muchos de los monumentos comienzan a ser plantados por los que la noche del 15 en ocasiones tan sólo consiste en rematar. Los propios falleros son los que ayudan a los artistas a colocar cada uno de los muñecos, cada uno de los detalles y a rematar la falla.
Si lo que se busca es vivir todos y cada uno de los momentos de las fallas, pasear por Valencia la noche del 15 es perfecta para entender ese sentimiento fallero. Prisas, nervios, colaboración entre ellos… todo debe estar a punto, a primera hora de la mañana del 16 pasa de nuevo el jurado. Los falleros pasan la noche trabajando, esforzándose pero la recompensa llega cuando al salir el sol la falla está acabada y los petardos de la despertà comienzan a hacer vibrar el alma fallera.