La muerte de Rita Barberá, la noticia más destacada de 2016

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Rita Baberá, alcadesa durante 24 años, rodeada del Caso Taula y el 2016 acaba con un triste final.  Mientras Valencia ofrecía flores a la patrona de los marineros, la Virgen del Carmen (16 de julio), allá por 1948 veía la luz la que en un futuro cambiaría la cara de la capital del Turia. Rita Barberá Noia nació en el seno de una familia de clase media-alta y de ellos heredó sus inquietudes y carisma. Su padre, José Barberá, fue un importante periodista valenciano que empezó como redactor de El Tradicionalista, luego paso a ser el corresponsal en Roma de El Siglo Futuro. También dejó su firma en el diario Levante y ya en 1940 era nombrado director de El Correo Gallego. Superado la mitad del siglo XX, la familia Barberá regresa a Valencia donde José se hace cargo del periódico Jornada, fundado por el Movimiento Nacional, y es elegido presidente de la Asociación de la Prensa, cargo que regentó durante 30 años. Su hija, Rita, siguió sus pasos periodísticos y tras cursar en el Colegio Domus de Valencia la enseñanza primaria, bachillerato y el preuniversitario se licenció en Ciencias Políticas, Económicas y Empresariales por la Universidad de Valencia y en Ciencias de la Información por la Complutense de Madrid.

Tras haber fundado el partido en Valencia, Rita se estrena como cargo electo en 1983 siendo diputada en las Cortes Valencianas, cargo que ejerció durante ocho años presentándose incuso como candidata a la Generalitat en las elecciones de 1987, que perdió ante Joan Lerma no llegando a obtener ni siquiera medio millón de votos. Sin embargo, Rita estaba llamada ha hacer algo grande en su ciudad. Cuatro años después, en 1991, se convertía en candidata a la alcaldía de Valencia. Por números de votos los comicios los ganaba Clementina Ródenas pero gracias al pacto que sellaron el Partido Popular con la Unión Valenciana de Vicente Lizondo, Rita Barberá se convertía en la ‘eterna Alcaldesa de Valencia’. Un total de 24 años en el cargo, todas las elecciones ganadas por mayoría absoluta, que han dado para mucho. No sólo fue alcaldesa sino que entre 1995 y 2003 fue nombrada presidenta de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). En mayo de 2015 otro pacto (esta vez entre Compromís, PSPV y València en Comú), parecido al que la puso a ella en el sillón de la alcaldía, la destronaría. Desde entonces se convirtió en Senadora del PP en Madrid hasta que en septiembre de este mismo año se vio obligada por su propio partido a pasar al grupo Mixto al tener que darse de baja en su afiliación al PP.

La gestión y forma de gobernar de Rita Barberá tiene casi el mismo número de defensores que de detractores. La persona de Rita ha sido quien ha arrastrado una ingente cantidad de votos al Partido Popular durante los últimos años de la política española. No en vano, la Comunidad Valenciana y en especial la capital del Turia, era uno de los feudos del PP. Se puede cuestionar el gasto (despilfarro tal vez) y la forma de hacer política, pero lo que en los últimos años quedó patente es que con la gestión de grandes eventos y las grandes construcciones, Valencia fue puesta en el mapa mundi. La Copa América, La Fórmula 1, el Gran Premio de la Comunidad Valenciana, la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Santiago Calatrava, el Palacio de Congresos de Norman Foster… han hecho que la tierra de las flores, de la luz y del color sea conocida por todos y referencia turística no sólo por el clima, la playa o la fiesta.

Taula al quadrat: Rita Barberá en escac?Y precisamente la mitad de los valencianos piden una calle con su nombre, el mismo que el total de valencianos que lo rechazan. Es cierto que una figura pública como ella despierta suspicacias. Quizás ex alcaldesa sea la política más importante en las últimas décadas para Valencia, alguien que despertaba odios y amores en proporciones equivalentes. No es para menos al considerar la gran cantidad de eventos que se impulsaron en su mandato o las megaconstrucciones, con el Caso Taula, el desastre del Metro de Valencia o el “caloret” como telón de fondo.

Durante esta semana ha surgido una idea entre los seguidores de Rita, aquellos que quieren conservar su legado y utilizan las posibilidades en la red para conseguir sus fines. “Poner a una plaza o calle de Valencia el nombre de Rita Barberá”, reza la petición creada por Ciudadan@s de Valencia en Change.org, un sitio conocido por reunir firmas y convocar a interesados por distintas causas. La demanda va dirigida al Ayuntamiento de Valencia, la Generalitat Valenciana, Joan Ribó, Mariano Rajoy y Ximo Puig.

Al cierre de esa edición, más de 10 000 personas han entregado su apoyo a esta solicitud fundada en los más de “24 años de dedicación a Valencia y a los valencianos”.  Pero no es primera vez que su figura percibe un sustento de esta magnitud. La petición para suspender su aforamiento sobrepasó las 60 000 firmas.

Naturalmente, surgió otra petición en la misma plataforma, pero absolutamente contraria: “Impedir que algo en València lleve el nombre de Rita Barberá”. Por su parte, son más de 17 000 firmantes de la carta dirigida a Compromís y al Ayuntamiento que expresa que se “puede honrar su memoria sin necesidad de faltar al respeto a todas esas personas a las que Rita Barberá hizo tanto daño durante sus 24 años como alcaldesa de València”.

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