La Diputació promueve uniformes inteligentes para trabajar en la calle que reducen el impacto ambiental

Se cerca la implicació de la Universitat Politècnica per a la creació de teles que també protegisquen del sol i estiguen desenvolupades amb tints ecològics, com els procedents d'algues

Guardar

Conseguir uniformes sostenibles para operarios y personas que trabajan mucho tiempo al aire libre, de manera que a través de la ropa utilizada se contribuya a la mejora de la calidad del aire, y por ende, del medio ambiente. Es la idea central con la que trabaja Isabel Tornero, del programa de becas de postgrado de Gestión y Retención del Talento de la Diputació de València.

“Es un proyecto que refleja claramente lo que simboliza el programa de Gestión del Talento, ya que además de la posibilidad de desarrollar la idea se transfiere el conocimiento a la sociedad, devolviendo a ésta parte de lo que se ha invertido en su formación”, ha señalado el diputado de Contratación y Proyectos Europeos, Bartolomé Nofuentes, área de la que forman parte estas ayudas.

Nofuentes ha acompañado a Tornero a Alcoy para mantener una reunión con la directora del Máster de Ingeniería Textil de la Universitat Politècnica de València, Mª Ángeles Bonet, departamento con el que se busca colaborar para seguir adelante con el desarrollo y confección de las telas, de las que se quiere obtener mayor capacidad de transpiración, flexibilidad y garantías de su inocuidad para la salud humana.

La idea surgió de un proyecto desarrollado en el Ayuntamiento de Quart de Poblet, que está siendo pionero en la utilización de tejido de lona y de toldo para ayudar a la descontaminación del aire. En el municipio se colocaron textiles fotocatalizadores en dos puntos diferentes, el puente 9 d’Octubre y el Colegio Ramón Laporta, que llevan un recubrimiento de óxido de titanio que absorbe el óxido de nitrógeno y descontamina la atmósfera.

De hecho, según ha comentado Isabel Tornero, hasta ahora se ha conseguido reducir la presencia en el aire de este gas entre un 60% y un 70% en los dos años que lleva implantado el textil. Al ser conocedora de este proyecto, Isabel, quien ha estudiado diseño de moda, se planteó la posibilidad de aplicar el concepto al ámbito de la ropa, en concreto, al de los uniformes e indumentaria laboral.

Esta elección se debe a que para que el tejido actúe necesita la acción del sol. Por el momento, se han realizado diferentes prototipos y el siguiente paso es, junto a la UPV, la creación de una tela, que además de poseer las características fotocatalizadoras, transpire y no provoque reacciones en la piel ni sea perjudicial para la salud. Asimismo, se buscan tejidos que protejan del sol y sean producidos con tintes sostenibles a partir, por ejemplo, de algas.

Destacados