Se trata de uno de los municipios más pequeños de la provincia, con una población que no alcanza el centenar de habitantes. Situado en un entorno privilegiado, a los pies de la Sierra de Benicadell, Carrícola destaca por el encanto de sus calles, su dinamismo cultural, así como por su apuesta por la sostenibilidad y los proyectos respetuosos con el medio ambiente.
Todos estos atractivos hacen de Carrícola un destino con un enorme potencial como propuesta turística, cultural y medioambiental. Sin embargo, las limitaciones impuestas por la falta de normativa en materia urbanística han impedido a la localidad crecer y desarrollar todo su potencial. “Estamos limitados totalmente. No podemos salirnos del casco urbano, y éste ya no deja margen de actuación”, ha asegurado la alcaldesa del municipio, Susana Cháfer.
Hasta ahora, Carrícola solo había contado en el ámbito urbanístico con la delimitación del casco urbano, pero con la asistencia de la Diputación de Valencia dispondrá de un Plan General de Ordenación Urbana que permitirá a la localidad crecer y desarrollarse como municipio, facilitando el impulso de iniciativas que contribuyan a su supervivencia, así como a la atracción de turistas y de personas que decidan quedarse a vivir allí.
El Plan General se encuentra en un estado avanzado de desarrollo, a la espera de su aprobación definitiva por parte de la Generalitat Valenciana. Asimismo, el municipio ha recibido asistencia para la elaboración del inventario de bienes, un requisito exigido a los ayuntamientos desde 2014, pero que el Ministerio de Hacienda demanda tener actualizado este año.