Los candidatos de cada partido a la Alcaldía de València ya son conocidos. Por el Partido Popular se conoce desde hace más de tres meses: el 12 de enero, sin proceso de primarias, el PP presentó como posible sucesora de Barberà a María José Català. Una 'cara joven' que, sin embargo, lleva 14 años de sueldos públicos y que debió empadronarse en la ciudad el 28 de diciembre: es la única entre los candidatos que no es de València.
También son conocidos los posibles pactos; PP, Ciudadanos y la ultraderecha de Vox como alternativa al gobierno progresista de La Nau, de Compromís, PSPV y UP-EUPV. Un contexto diferente pero con similitudes al de las pasadas elecciones del 28A a las Corts Valencianes. La candidata, tras las pasadas elecciones autonómicas, destacó que el bloque de la derecha aventajaba en 2.282 votos a las fuerzas progresistas que obtendrían representación, y se mostró segura de ser la próxima alcaldesa y líder del "centroderecha". Un 'nicho' ideológico en el que también sitúa a los ultras de Vox.
"Ruego me perdonéis"
Català inició su andadura política en primer línea en 2005 cuando, con sólo 24 años, el PP de Torrent, su ciudad natal, la incorporó como asesora municipal. Dos años después, en 2007, consiguió la mayoría absoluta en un municipio de tradición socialista. Una victoria que consiguió revalidar en 2011. En 2012, su último año al frente del ayuntamiento antes de dar el paso a les Corts, la candidata popular cobraba 4.849 euros mensuales más pagas extras; un total de 67.884 euros anuales de sueldo.Una de sus grandes promesas fue la construcción del Hospital de Torrent que, además de no llevarse a cabo, llegó a votar en contra de una enmienda del PSPV en les Corts que recogía su construcción. “El hospital de Torrent, que, pese a lo que os digan, ya existe, porque figura en el mapa sanitario de la Comunidad Valenciana”, dijo la entonces alcaldesa. Después se supo que el Ayuntamiento de Torrent, con ella al frente, no tenía ni los terrenos necesarios.
Tras un breve paso en 2008, entre marzo y octubre, por el Congreso de los Diputados, Catalá decidió dejar Madrid para centrarse en Torrent. Su vuelta a un parlamento sería en 2012 cuando, tras sólo un año de la revalidación como alcaldesa, dejó su ciudad para ser Consellera con los gobiernos de Alberto Fabra. Primero como Consellera de Educación, Formación y Ocupación. Después, tras los recortes de la gestión popular, como Consellera de Educación, Cultura y Deporte. Fabra puso al frente de la educación valenciana a Català, que se disculpó por el "defecto" de hablar valenciano en un acto de presentación de, precisamente, candidatos valencianos de PP: "Os pido disculpas por si en algún momento me paso al valenciano. Es mi lengua materna y tengo ese defecto. Si lo hago ruego me perdonéis".
Sintonía con la educación privada
La entonces Consellera defendió en varias ocasiones la diferenciación del valenciano y el catalán contraria a la ciencia, historia y criterio de la Universitat de València, Tribunal Constitucional y Tribunal Superior de Justícia de la Comunitat Valenciana. Ahora incluso, de cara a la campaña para las Elecciones Municipales del próximo 26 de mayo, la candidata ha castellanizado su apellido con el cambio del acento -de Català a Catalá-. La versión en valenciano de su web está, además, escrita con numerosas faltas de ortografía y bajo las 'Normas del Puig', promovidas por Lo Rat Penat, la RACV y grupos de ultraderecha que niegan el hecho de la unidad lingüística.
Una época en la que también desde la Conselleria, Català intentó impulsar la construcción de centros escolares privados en suelo público, en un mismo contexto en el que los estudiantes valencianos se manifestaban por los recortes en educación pública del Partido Popular. Sin embargo ya trató antes con la educación privada; en 2009, desde su alcaldía, se cedió durante 35 años unos terrenos a la Universidad Católica de Valencia donde se construyó el Campus de Torrent.
Transparencia
PPEl pasado Primero de Mayo, día de los trabajadores y trabajadoras, la candidata popular presentó a los miembros de la lista que encabeza al Ayuntamiento de València. Con una silla de plástico transparente, aseguró que uno de sus principales objetivos es elevar el consistorio valenciano en los índices de transparencia. Según aseguró, la "falsedad del tripartido", en referencia a La Nau, "es más que evidente" en materia de transparencia porque, asegura, se han producido "más de 30 resoluciones" en las que se apercibe al ayuntamiento por no permitir "el acceso a la información".
Según Transparencia Internacional el Cap i Casal tiene un índice de transparencia de 90 sobre 100. Son 10 puntos más que en 2014 y 61,2 más que en 2012, durante los gobiernos de Barberà. Una política de la que Català destaca su "buena herencia", pese a que los diversos casos de corrupción con los que se le relacionaba; los 10 concejales que entraron con su lista están investigados o imputados por distintas tramas.