El diputado de Medio Ambiente, Josep Bort, ha participado en la jornada sobre “infraestructura verde y participación ciudadana”, celebrada dentro del ciclo de conferencias de la Feria internacional Iberflora.
Durante su intervención “Hacia un verde urbano para los municipios valencianos”, el diputado ha expuesto las líneas de trabajo de la Diputación con incidencia directa sobre el verde urbano y la infraestructura verde municipal y ha anunciado la creación de una línea específica que trabajará con la consecución de un verde urbano sostenible en los pueblos valencianos.
“Creemos que es fundamental ayudar a los ayuntamientos en la planificación y gestión de un verde urbano moderno y sostenible, pensado y gestionado como un sistema fundamental para la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos”, ha señalado Bort.
Para ello, la Diputación está desarrollando el Plan de Verde Urbano Sostenible (PVUS), una guía metodológica para la redacción de planes estratégicos municipales específicos para el verde urbano.
Se tratará de una guía descriptiva de los estudios y análisis a realizar en un municipio con diferentes propósitos. Por una parte, evaluar el estado del verde urbano municipal, incluyendo el verde periurbano municipal con clara influencia sobre el municipio, así como definir objetivos específicos. Además, también se pretende definir los criterios de diseño y mantenimiento de los espacios verdes, trazar un plan de inversiones para la mejora y consolidación de los espacios verdes y definir posibles modificaciones para la mejora de la gestión y optimización de recursos de mantenimiento de las zonas estudiadas.
“Pienso que el PVUS_Plan de Verde Urbano Sostenible puede ser una hoja de ruta municipal para el verde urbano que permitirá a los ayuntamientos introducir criterios de sostenibilidad y eficiencia, a la vez que desarrollará un discurso botánico singular y coherente con la historia, el clima y los ecosistemas de cada municipio”, ha explicado el diputado.
Una vez redactado el PVUS_Plan de Verde Urbano Sosteniblepara el cual se tiene previsto ofrecer asistencia técnica, se prevé ofrecer ayuda a los municipios interesados financiando parte de las acciones planificadas así como establecer un sistema de seguimiento de la implantación de los mismos.
Por otro lado, el diputado ha incidido en la necesidad de pensar el verde urbano de forma particular para cada municipio, atendiendo a sus características singulares, su situación y su tamaño.
“El verde urbano es (o debe ser) un sistema amplio de espacios públicos, cuantos más mejor, y para uso y disfrute público”, ha indicado Bort. Este verde urbano está formado por parques, jardines, zonas deportivas, áreas de juego, algunos viales riberas fluviales, algunos espacios abiertos periurbanos,… “Quiero recalcar el concepto de verde urbano como sistema” y ha añadido, que como representante de la Diputación, que atiende a 266 municipios muy diversos, “este concepto general de verde urbano debo particularizarlo. O, al menos, debo señalar algunas particularidades que enriquecen su significado. Así, en muchos municipios forestales del interior de la provincia, habría que contemplar dentro de este sistema de verde urbano las zonas periurbanas forestales, la llamada interfaz urbano-forestal, importantísima para reducir tanto la generación de incendios forestales como para reducir los efectos de los que se producen”.
Respecto a los municipios agrícolas, el diputado Josep Bort ha considerado que deberían tenerse en cuenta “caminos rurales, huertas, tierras de secano, también periurbanos y muchas veces conectores entre el pueblo y el campo o incluso entre núcleos urbanos diferentes. Y no me puedo tampoco olvidar de municipios litorales en los que la playa y sus alrededores urbanizados con mayor o menor acierto (casi siempre menor en nuestro caso) deben integrarse, sin duda, en el concepto de verde urbano o infraestructura verde municipal”.
“Definido el que sería “nuestro” concepto de verde urbano”, ha añadido, “quiero incidir en su importancia desde otros aspectos más allá de su uso y disfrute público en primer lugar, desearía introducir el concepto de sostenibilidad económico-ambiental. El sistema verde urbano no puede ser un sumidero de recursos (agua y jornadas de trabajo fundamentalmente) que hagan que su mantenimiento sea inasumible por la economía pública municipal. Debe estar pensado y diseñado para que su mantenimiento, teniendo en cuenta que no es totalmente eliminable, sea el mínimo posible. Ya se aplican en muchos lugares criterios: elección de especies propias del clima local, aprovechamiento de aguas de escorrentías para riegos, planificación de los trabajos de jardinería,…. Puede que algunos de estos conceptos necesiten divulgación a la ciudadanía para ser comprendidos, estamos demasiado acostumbrados en los municipios a jardines y parques con criterios de diseño que no tienen nada que ver con la sostenibilidad, con mucha vegetación ornamental, praderas y áreas pavimentadas en las que las hojas y frutos caídos se retiran a vertedero sin apreciar que son una fuente de materia orgánica que puede gestionarse de otra manera”.
Por otra parte, el diputado de Medio Ambiente ha querido introducir también el aspecto de adaptación al cambio climático. “En nuestro litoral mediterráneo las tendencias del tiempo nos parecen indicar, de acuerdo con lo vaticinado por la inmensa mayoría de los expertos (salvo el primo de Rajoy, claro), que el clima va a ser más árido, con más olas de calor y con lluvias más concentradas, por lo tanto, más torrenciales. Actualmente en algunos de nuestros pueblos los ciudadanos huyen en agosto hacia la costa o hacia refugios en el campo donde factores como el mar o el arbolado (agrícola o forestal) suavizan el calor, pero esto no va a ser posible durante 3 ó 4 meses al año”.
Y ha concluido su intervención afirmando que en estos meses, “un verde urbano bien diseñado puede hacer mínimamente soportable un paseo hasta el colegio pese a un sol de justicia y también, un verde urbano adecuado puede contrarrestar el microclima urbano que producen el asfalto y el hormigón”.