Sus letras y el mensaje que transmitían marcaron un antes y un después en su tierra. Joan Fuster fue de los que dejó una gran huella en el corazón de los valencianos por su compromiso con el valenciano y su tierra y tal día como hoy celebraría su 96 cumpleaños.
Nacido en Sueca el 23 de noviembre de 1922, no se había criado en un mundo de letras. Su familia era labradora y su padre era tallista de imágenes y maestro de dibujo.
Sin embargo, con 21 años empezó su formación universitaria con el estudio de Derecho en la Universitat de València (UV) y se inició, al mismo tiempo, en el mundo de la escritura.
Así, un año más tarde, en 1944, publicó el primer artículo en valenciano, "Vint-i-cinc anys de poesia valenciana" en Las Provincias y a partir de ese hecho, conectó fuertemente con la prensa. En concreto, co-dirigió la revista Verbo con Josep Albi (entre 1946 y 1956) e hizo colaboraciones con Levante, Jornada, València, Destino (Barcelona) y con revistas catalanas que llegaban al extranjero.
A pesar de esto, el campo donde más destacó fue el del ensayo. Con "El descrèdit de la realitat" (1954) y "Les originalitats" (1956) demostró su profesionalización y dominio de la lengua, pero sobre todo, un estudio y observación de la sociedad valenciana y un fuerte compromiso con ella.
Sus ideas críticas y el uso del valenciano fueron los dos elementos que caracterizaron Joan Fuster y que se encontraron en una época difícil de posguerra, donde una fuerte censura callaba cualquier reflexión o debate ideológico. El caso del escritor no fue diferente: vivió la presión censuradora, la falta de medios, la ausencia de ambiente cultural propicio y el silencio de los medios de comunicación, según la Asociación de Escritores en Lengua Catalana.
Pero a la vez ganó eco y lo demostró más que nunca con "Nosaltres, els valencians" (1962) donde distinguió entre "valencianos-catalanes" y los "valencianos-castellanos". La respuesta de algunos sectores inmovilistas valencianos fueron las amenazas y en 1963 las Fallas acabaron con la cremà en efigie de Fuster.
El 11 de septiembre de 1981, el escritor sufrió un atentado con bomba en su casa que causó importantes destrozos en la biblioteca y el archivo, un golpe duro que evidenciaba la huella que dejó en València. Pero su compromiso siguió fuerte y dos años después impartió Historia de la Lengua como profesor de la UV.
El mismo año recibió la Medalla de Oro de la Generalitat de Cataluña y en 1985 fue investido doctor honoris causa por la Universitat de Barcelona y por la Universitat Autònoma de Barcelona. Además, fue miembro de l'Institut d'Estudis Catalans, de la Institució Valenciana d'Estudis i Investigacions, del Consell Valencià de Cultura, de l'Institut Valencià de Filologia y del consejo asesor de la Biblioteca Valenciana.
Asimismo, fue promotor y presidente d'Acció Cultural del País Valencià (1978) y presidente de la Associació d'Escriptors en Llengua Catalana (1987-1991).
Joan Fuster murió en Sueca el 21 de junio de 1992, en el pueblo que le vio crecer y que se situó en el mapa gracias al alma del autor. Como reconocimiento, el Consell le concedió la Alta Distinción al Mérito Cultural de la Generalitat Valenciana uno poco antes de su muerte, en 1988.