En un acto de una tórrida tarde del mes de Julio, la asociación vecinal de Patraix tuvo la oportunidad de participar en una de los actos más entrañables que se celebran en nuestra ciudad “la Batalla de Flores”. En dicho acto participaban durante tiempo algunas fiestas de la ciudad, y aunque nos parezca bien, no dejaba de ser chocante que fueran casi todas las fiestas bajo el manto de alguna celebración religiosa.
Han tenido que pasar más de 20 años para que ese escenario, ese reconocimiento, fuera hecho realidad con dos barrios que tenían una asignatura pendiente: Sant Marcelí y Patraix. Por fin alguien ha sido capaz de darse cuenta que las fiestas en estos barrios debía tenerse en cuenta como fiestas de la ciudad, y no como en la anterior legislatura, donde algunos que están investigados por una trama de corrupción, dijeron que no nos facilitaban ni reconocimiento ni recursos públicos a algo que realiza una entidad privada, aunque fuéramos una entidad sin ánimo de lucro. Unas fiestas,en el caso de Patraix, que han supuesto en parte, la recuperación dela esencia como pueblo que éramos y que tenía su lugar de encuentro y esparcimiento.
Declarar con desprecio queparte de lo que un pueblo hizo, impulsado por la asociación ciudadana recuperando esas fiestas populares, era tenido como una iniciativa privada sin poner alternativa y apoyo público a ello…… no merece calificativo.
Ahora, y con este gesto, se inicia el camino para intentar olvidar el maltrato a las fiestas populares de Patraix. Aunque aún queda mucho apoyo que prestar a nivel de las administraciones para poder hacerlas sostenibles, conocidas y potenciadas, un gran paso se ha dado y sólo deseamos que no quede en un mero gesto. Y quisiera, ya que hablamos de lo que suponen las fiestas populares, que se tenga en cuenta para próximas ediciones ese reconocimiento, ya que en este espacio hasta hace escasos 20 años, había coches, asfalto y casas vacías.
Y nos tachaban de trasnochadores cuando se reivindicaba un espacio para la participación. Se pedía para recuperarla historia de un pueblo que lleva consigo, el encuentro ciudadano,la participación, el casco histórico y por supuesto, las fiestas populares.
Fiestas que este año en su XXIII edición, se dedican a homenajear a la ciudad autónoma de Melilla, a recordar el 150 aniversario del nacimiento de Vicente Blasco Ibañez,la importancia de la fábrica de seda la Battifora en la ruta de la seda de la Unesco, y el valor histórico del archivo provincial.
Estos hechoshacen que no sólo sean unos días ya en “la tardor” para la diversión, sino que sean unos días para el encuentro ciudadano, la reivindicación, le recuperación histórica y la participación en el espacio público del corazón de lo que fue un pueblo hasta 1870, el casco histórico,hoy convertido en uno de los barrios con más historia de Valencia: Petrather, Patraix.