Las noches a la fresca quizás son la mejor excusa para salir a la calle y pasar un buen rato con amigas y amigos, pero si a esto le sumamos el juego, se convierte en uno de los momentos más esperados del día. Esto hacían nuestros antepasados cuando jugaban al juego de las Cuatro Esquinas, pero ahora esta actividad tradicional continúa más viva que nunca en las calles de los pueblos valencianos.
Para jugar, se necesitan cinco personas que quieran pasarlo bien y un espacio donde se puedan marcar cuatro lados. Antes, normalmente se jugaba con los cuatro puntos que forma la intersección de dos calles, pero si es peligroso y no hay adultos que puedan vigilar los coches, se puede colocar objetos en un espacio grande sin obstáculos para señalizar cada lado. Este será el escenario.
Una vez listo, los jugadores harán un sorteo para elegir quién estará en medio de la pista y quién en las cuatro esquinas, que tendrán que protegerse del otro. En concreto, tienen que trasladarse al resto de lados aprovechando las distracciones del compañero del centro y este correrá para hurtar una esquina a los contrincantes. En caso de que ninguno de los cuatro jugadores se mueva, podrá contar hasta tres para obligarlos a moverse y tratar de cambiar su posición por alguien.
El objetivo, por lo tanto, es mantenerse siempre en un lado. La persona que gane será quien más aguante en estas cuatro posiciones. Así, puede ser de lo más dinámico y ágil, pero también lleno de estrategias para conseguir ganar.