El Centro Mundial para la Alimentación Sostenible (CEMAS) abre, hoy, 22 de julio, sus puertas. Situado en el edificio La Base de la Marina de València, este centro, que apenas ha comenzado, ya se ha convertido en un referente internacional que trabajará en la mejora de la alimentación en los núcleos urbanos, apostando por un modelo más sostenible que luche también contra el cambio climático.
En su primer año de vida, este organismo se centrará en los retos de la alimentación de las grandes ciudades en el siglo XXI y, más concretamente, en el problema de la obesidad causado por la falta de calidad en la alimentación. “Tenemos un problema internacional muy importante. La obesidad crece, no respeta barreras ni de ricos ni de pobres, ni de mujeres ni hombres, ni de continentes”, ha señalado el director de comunicación de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Enrique Yeves.
De esta manera, el CEMAS comienza hoy con el encargo de realizar encuentros, muestras, exhibiciones y publicaciones centradas en el problema de la obesidad y la importancia de una buena alimentación. Pero, además, ya se conoce en qué se centrará este organismo para el segundo año: los cítricos y las verduras.
“Las ciudades son cada vez más importantes en el mundo, y cada vez más gente vive en ellas. Por tanto, preocuparnos de la alimentación en ciudades es hacerlo, cada vez más, de la alimentación de todo el mundo”, explicaba el Alcalde de València, Joan Ribó. Y es que, según las previsiones, en el año 2050, dos de cada tres habitantes residirá en áreas urbanas. “Las ciudades se están convirtiendo en los grandes centros de creación de riqueza y de desarrollo de iniciativas y creatividad, pero también en el lugar donde se producen más gases de efecto invernadero, mayores necesidades de energía y de alimentos y la mayor producción de todo tipo de residuos”. Y sobre todo esto actuará el CEMAS.
Así, uno de los principales objetivos será desarrollar sistemas alimentarios que sean más sostenibles, inclusivos y diversificados, que aseguren “comida sana y accesible a todas las personas con el objetivo de reducir los desperdicios de alimentos, preservar la biodiversidad y mitigar los efectos del cambio climático en las ciudades”, matiza Ribó.
El CEMAS surge a partir de la Capitalidad Mundial de la Alimentación Sostenible de València en 2017. Este organismo tendrá dos líneas de actuación: por un lado, se centrará en la captación, recopilación, catalogación e impulso de actividades que pongan en marcha sistemas alimentarios locales en todo el mundo; y por otro, organizará actividades sobre alimentación sostenible, lucha contra el hambre o cambio climático, principalmente, tanto con una vertiente internacional como con una más local y regional. De esta manera, se podrán poner en común ideas, políticas y acciones que puedan beneficiar o enriquecer sistemas de todo el mundo en un mismo espacio.