Las huellas de la València de la II República

València va viure una gran transformació en convertir-se en capital de la República i hui, els seus edificis encara recorden aquesta etapa

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València es, quizá, una de las ciudades que más episodios históricos y cambios ha vivido en primera persona en los últimos tiempos. Y es que, con la decisión de Francisco Largo Caballero de establecer la sede de la II República en la capital valenciana durante la Guerra Civil, se produjo una enorme transformación que la llevó a tener un papel de especial relevancia en el conflicto bélico que dividió el país. Hoy, los edificios que sufrieron una metamorfosis entre 1936 y 1939 resisten al paso del tiempo y continúan sumando capítulos a su vida.

Largo Caballero, ministro de Trabajo con Manuel Azaña y presidente del gobierno durante parte de la Guerra Civil (1936-1939), convirtió València en capital de la II República desde el 6 de noviembre de 1936 hasta el 1 de abril de 1939. Su traslado, en un momento muy complicado, supuso la confiscación o cesión de palacios de gente adinerada o aristócrata para establecer las instituciones  y es así como la ciudad comenzó a funcionar como protagonista del sistema político.

Palau dels Borja

Así, entre el 6 y el 7 de noviembre de 1936, el gobierno llegó y se constituyó el Primer Consejo de Ministros en el Palacio de Benicarló o de los Borgia. Construido en el s. XV, fue la residencia de esta familia y, tras varios propietarios, en el s. XIX se vendió al Conde de Benicarló y cambió el nombre. Ya en la Guerra Civil se convirtió en sede del Gobierno de la II República hasta octubre de 1937, así como del Ministerio de Guerra y con el Franquismo, pasó a ser la residencia de Franco en sus visitas a València. Ahora continua siendo clave para los valencianos al haberse convertido en Les Corts valencianas.

El que fue presidente del gobierno en este momento, por su parte, decidió fijar su residencia en el Convento de Santo Domingo, un lugar que se construyó en el s. XIII sobre terrenos cedidos por Jaume I en la Plaza de Tetuán y que pasó a ser el edificio de la Capitanía General. Además, el anteriormente ministro de Trabajo, estableció la sede de su institución en la Casa del Chavo, conocida así porque los trabajadores de esta época pagaban un "chavo" (10 céntimos de peseta) como cotización para los fondos de protección social, según Roberto Tortosa. Actualmente sigue una línea parecida a cuando fue el Ministerio de Trabajo y es la Tesorería Territorial de la Seguridad Social.

Al poco tiempo de la llegada, el 19 de noviembre, se hizo un Mitin de Apoyo de la Intelectualidad en el Teatro Olympia, que en aquel momento ya era una institución cultural de gran renombre. Este acto fue muy significativo y atrajo a muchos intelectuales, de hecho, los primeros en instalarse en la ciudad lo hicieron tan solo una semana después. Muchos de ellos, se hospedaron en el majestuoso Hotel Reina Victoria (que continúa con su nombre original en la calle de las Barcas) y pasó a ser, de esta manera, un lugar de encuentro de personalidades como los periodistas Ernest Hemingway, Robert Capa, así como de Jacinto Benavente, Federico García Lorca, Ilyá Ehrenburg o Tristan Tzara. Estos también se instalaron en el Hotel Palace de la calle de la Paz, que además podía presumir de estar rodeado de cafés donde los intelectuales disfrutaban de tertulias. Asimismo, este hotel se convirtió en Casa de la Cultura, presidida por Antonio Machado.

Correus Ministeri de Comunicació, ara seu de Correus

A nivel cultural, València también destacó por lo que se recuerda como la mayor evacuación de arte de la Historia de España. Y es que las Torres de Serrano y el Colegio del Patriarca acogieron el Tesoro Artístico Nacional del Museo del Prado desde noviembre de 1936. Se considera que la actuación de este traslado fue de gran éxito, pues las obras viajaron desde Madrid hasta València en camiones militares con grandes medidas de seguridad e, incluso, se construyó una bóveda de hormigón en las Torres de Serrano para salvaguardarlas de los bombardeos.

Otro de los lugares clave de esta época fue la Universitat de València. Alojó parte de las dependencias del Ministerio de Instrucción pública (junto con el Hotel Palace) y de Bellas Artes y se convirtió, también, en un gran epicentro cultural. Durante los cursos en que València fue capital de la República, no hubo clases lectivas regulares y la universidad se dedicó más en dar formación relacionada con la guerra y con la sanidad. Fue aquí donde, además, Azaña dio el discurso que rememoraba el aniversario del alzamiento.

'Desde las primeras semanas de 1937, comenzó una era de fuertes bombardeos, principalmente en el Puerto de València y el Puerto de Sagunto'

Ya desde las primeras semanas de 1937, comenzó una era de fuertes bombardeos, principalmente en el Puerto de València y el Puerto de Sagunto. En este sentido, el historiador y director editorial de la editorial Afers, Vicent Olmos, explica que la capital, junto con las ciudades del Mediterráneo (Murcia, Almería, Barcelona, etc.) fueron especialmente castigadas por disponer de puertos, ya que las provisiones llegaban a través del mar. No obstante, también añade que otro de los objetivos era crear pánico entre los civiles, ya que muchas veces también se atacaban zonas que no estaban relacionadas con el abastecimiento o con la producción de munición. De esa manera, indica, "se creaba en la sociedad un estado de miedo y de indefensión que la llevaba a no intentar ser libres".

El 20 de enero de 1937, Manuel Azaña llegó a València y dio un discurso en el Ayuntamiento, aunque se instaló en su residencia el 7 de mayo de 1937. Así, frente a esta institución que también acogió Les Corts junto con la Llotja, y en la actual sede de Correos, se situó el Ministerio de Comunicaciones. Por otro lado, el Ministerio de Gobernación se situó en el Palacio del Marqués de la Scala, que actualmente forma parte de la Diputació y alberga el área de cultura.

Respecto a las decisiones más notables que tomó el gobierno, destaca la del Ministerio de Sanidad, el primero liderado por una mujer, Federica Montseny. En este caso, ocupó el Palacio del Marqués de Campo, también conocido como Palacio de Berbedel.

Otro de los espacios ocupados por el gobierno republicano fue el Palau de Malferit, que acogió el primer ministro anarcosindicalista, Juan García Oliver. Así, el edificio sede del Ministerio de Justicia continúa lleno de vida con su reconversión a L'Iber, Museo de Soldaditos de Plomo de València, el mayor del mundo de estas miniaturas. Este se encuentra en la calle Caballeros, donde también se situó el Ministerio de Agricultura, justo al lado del de Justicia, en el Palacio de los Trenor.

'En València hubo ataques aéreos durante 152 días, con 800 muertos, y en Alicante se llegó a los 490 muertos en 83 días con bombas,'

El año que quizá fue más trágico para la ciudad en este periodo fue el 1938, cuando aumentaron los bombardeos, sobre todo en las zonas portuarias por su abastecimiento, tal y como indica Olmos. "El incremento de las bombas es un crescendo que lleva el propio desarrollo de la guerra junto con la posibilidad de utilizar la aviación italiana, que hundió 37 barcos. En València hubo ataques aéreos durante 152 días, con 800 muertos, y en Alicante se llegó a los 490 muertos en 83 días con bombas, a pesar de que ya se sabía cuál era el desenlace", añade. Como consecuencia, se produjo un aumento de refugios antiaéreos y subterráneos habilitados.

Finalmente, el 1 de abril de 1939 València pasó de ser capital de la República a, como consecuencia, ser una de las que más represión vivió durante el Franquismo. Así, se puso fin al funcionamiento de todos estos edificios como sedes de sus respectivos ministerios y se pasó a otra etapa de la ciudad hasta hoy, donde continúan más vivos que nunca.

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