La Horta, ocho siglos después de 'nacer', es apuesta de futuro

Aquesta zona històrica és, des d’ahir, Patrimoni Agrícola Mundial, pel seu valor en la producció d’una alimentació sana però, també, ecològicament sostenible

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Más de 800 años después de nacer, la Horta de València es señalada como 'futuro'. Ayer la FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación Sostenible, señaló la Horta y su sistema de regadío histórico, que se remonta al Al-Andalus, como uno más de los 'Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial' (SIPAM). Este entorno histórico encuentra un nuevo aliado que no solo apuesta por su conservación; también por su referencia como modelo imitable para asegurar el futuro de la humanidad.

El Director de la FAO en España, Enrique Yeves, ha señalado que "acabar con el hambre en el mundo" no es sólo un proceso de producción alimentaria: "Deben ser sanos y sostenibles". Ahí es donde la Horta, como motor del producto de proximidad valenciano, gana peso.

"Tiene que volver a ser, de una manera muy clara, la despensa de la ciudad", señalaba el Alcalde, Joan Ribó, en el momento del anuncio. La Horta que se conoce hoy en día, es heredera directa de la época musulmana de la península; entonces, se comenzó el complejo sistema de acequias y azudes, para aprovechar las aguas de las avenidas del Túria, Júcar y barrancos de la zona. Se convirtieron, a su vez, en la principal vía de abastecimiento de la Albufera; se generó, con los siglos, in ecosistema en equilibrio entre la agricultura, fauna y el propio Parque Natural.

Más de 800 años después de esas primeras acequias musulmanas, desde un organismo supranacional como la FAO, dependiente de la ONU, destacan el lugar por su "riego sostenible, hogar de una amplia variedad de aves, peces y plantas". "La Huerta de Valencia posee un valor inestimable. La mitad de los cultivos que crecen aquí corren el riesgo de desaparecer en la región. Provee de sustento tanto a agricultores como a pescadores", detallaba Yoshihide Endo, coordinador del programa SIPAM de la FAO, en un comunicado.

Doble agenda

El SIPAM no sólo reconoce la Horta y su sistema de regadío; también todo su contexto, desde el mismo comercio de proximidad hasta el sistema de normas de autogobierno de agricultores, con ejemplo en el Tribunal de les Aigües.

Desde la FAO, con estos reconocimientos se pretende ensalzar y, a su vez, proteger unos espacios con alto valor histórico y cultural, pero también mundial. Espacios que "han conseguido mantener, a lo largo de los siglos, una tradición que permite producir alimentos de forma sana y sostenible", resaltaba Yeves. Unos reconocimientos en clave alimentaria pero que, sin embargo, también van acordes a los objetivos contra el Cambio Climático.

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