La guerra contra las pseudociencias empieza en las aulas

La Universitat de València es veu obligada a retirar diverses titulacions relacionades amb pseudoterapias mèdiques

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Homeopatía, acupuntura, bioneuroemoción, reflexología, terapia ortomolecular, reiki, hipnosis Eriksoniana o DMB (‘Developmental Behaviour Modelling’). Estas son solo algunas de las prácticas que se encontraban hasta hace poco en la oferta de estudios de la Universitat de València (UV). La Asociación para la Protección del Enfermo de las Terapias Pseudocientíficas (APETP) pidió al centro universitario el pasado mes de julio la retirada de hasta siete másteres y cursos de postgrado que permitían obtener titulaciones especializadas en pseudoterapias.

En un informe que se presentó a la vicerrectora de Estudios de Grado y Política Lingüística, Isabel Vázquez, la agrupación denunció cómo la inclusión de estas prácticas en estudios de la UV ayudaba a su legitimación cuando “son responsables directas de perjuicios en la salud y la economía de los enfermos”.

Fernando Cervera, biólogo y vocal de la APETP, advierte que “bajo estos nombres, se esconden pseudomedicinas que dicen poder curar porque el agua tiene memoria, que mediante la imposición de manos se puede curar el cáncer o que observando el iris se puede detectar el estado físico, emocional y mental de los pacientes”.

Ante la petición, la Comisión de Estudios de Postgrado de la UV reunió a varios expertos y terminó por retirar las titulaciones a finales de septiembre. Primero fueron los másteres propios en Medicina Regenerativa y Antienvejecimiento, en Acupuntura y en Recuperación Funcional de la Actividad Física y el Deporte. Al día siguiente, el Máster Propio en Developmental Behaviour Modelling (DBM); el certificado universitario en Coaching con Metodología DBM para la enseñanza, gestión, coaching y terapia; el Diploma de Especialización en Hipnosis Eriksoniana y el Certificado Universitario Modelado del Aprendizaje desde el DBM.

Incluso se suprimió otro curso que no estaba incluido en los documentos que aportó la asociación, el título Certificado Universitario en Modelado de la Hipnosis y la Terapia eriksoniana desde el DBM. Todo en menos de 48 horas.

Los mecanismos de control: “adecuados y suficientes”

Además de evaluar los siete cursos, desde la APETP se pidió la articulación de una comisión "para evaluar los mecanismos actuales de oferta de títulos propios, dado que es obvio que no funcionan correctamente".

La respuesta de la UV no llegó hasta dos meses después, en septiembre, cuando el vicerrectorado encargó la elaboración de “informes adicionales” a expertos para ayudar en la decisión, aunque defendiendo el control de calidad que aplican para la organización de los cursos. “Siempre vienen avalados por algún departamento, centro o estudio de investigación -recalcan- y se someten a un proceso de valoración”.

Dicha valoración consiste en la exposición pública de una memoria académica, que es estudiada durante 20 días por subcomisiones formadas por profesorado de cada rama de conocimiento. Una vez la Comisión de Estudios de Postgrado emite un informe final, tan solo se necesita la aprobación del Consejo de Gobierno para empezar a impartir el máster, según explican desde la universidad. “Son adecuados y suficientes”, afirman.

La lucha continúa fuera del ámbito educativo

Ahora, la APETP quiere seguir con su lucha a nivel nacional, y ha reclamado la actuación de los colegios profesionales de médicos ante aquellos que ejercen terapias alternativas. Ya han denunciado a más de 60 médicos -“aunque podrían haber sido 2.000”, aseguran- de Valencia y Madrid por ofrecer pseudoterapias e incumplir el código deontológico.

La reacción del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) ante esto fue una declaración en la que su presidente, Serafín Romero, se mostraba comprometido con la lucha contra las pseudociencias, pero que consideraba “deontológicamente correcto el ofrecimiento y uso por parte de los médicos de procedimientos no validados científicamente, siempre y cuando no provoquen daño al enfermo, no sean excusa para abandonar o no iniciar la práctica médica científica, se informe adecuadamente y se tenga el consentimiento del enfermo”.

En la APETP argumentan que esta situación es insostenible. “Hay manga ancha en el ámbito sanitario, algo que no pasa en otros sectores como la alimentación o la automoción. Aquí solo nos acordamos de las pseudoterapias cuando hay un muerto”, explica Cervera. “El problema no es la ley, no hay limbo legal, sino la falta de inspecciones y de voluntad para hacerlas cumplir”, añade.

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