Grupo de Trabajo de CIEs NO de Compromís: 'El Centro de Internamiento de Extranjeros de Zapadores es un espacio donde se violan los derechos humanos diariamente'

‘La quantitat d’aigua que reben és d’un litre a dividir entre 4 persones'

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Hace unas semanas, Valencia Extra informaba del cierre temporal del Centro de Internamiento de Extranjeros de Zapadores de Valencia, con el objetivo de llevar a cabo medidas de limpieza y desparasitación, debido a una plaga de chinches que hacía la vida imposible a los internos.

El Grupo de Trabajo de CIEs NO de Compromís, que ha reivindicado en innumerables ocasiones el cierre definitivo de estos centros de internamiento, ha hablado con nosotros, y nos ha contado datos sorprendentes sobre los CIEs

¿Cuál es la situación actual del CIE de Zapadores?

Actualmente el CIE de Zapadores está cerrado, según las autoridades responsables por cuestiones de mantenimiento del edificio. Sin embargo, y pese a los esfuerzos llevadas a cabo por los responsables públicos de esconder la realidad, sabemos que el CIE de Zapadores ha cerrado recientemente por las condiciones de insalubridad en que se encontraba, debido principalmente a las constantes plagas de chinches detectadas el pasado mes de agosto. Esta plaga, surge en repetidas ocasiones desde hace más de un año (se pueden ver las denuncias de la Campanya pel tancament dels CIE).  Tenemos constancia de que algunos de los internos que allí se encontraban, fueron trasladados al CIE de Aluche en Madrid.

¿Cuáles son las condiciones higiénicas, sanitarias, etc. de ese CIE?

Como ocurre en los demás CIE, el Centro de Internamiento de Extranjeros de Zapadores es un espacio donde se violan los derechos humanos diariamente. Pese a ser reconocido como un centro de detención temporal no penitenciario, los CIE cuentan con condiciones infrahumanas para los y las internas retenidos allí. Efectivamente, existe un médico, pero el horario de éste no facilita la atención de todas las personas internas. En ocasiones, la Campaña ha detectado casos de personas con trastorno mental indebidamente medicadas o bien personas con enfermedades crónicas sin la medicación necesaria. De la misma manera, los y las internos/as comentan que se hace un uso indebido e indiscriminado de medicamentos comunes como el Ibuprofeno, que se administra, en ocasiones, de manera generalizada.

Si hablamos de la alimentación que reciben las personas internas, ésta es vista como insulsa e insuficiente en muchas ocasiones. Durante el mes del Ramadán, hemos observado a veces, que se incumple el respeto por las prácticas religiosas de los internos/as.

Además, la cantidad de agua que reciben es de un litro a dividir entre 4 personas. En caso de querer más cantidad, deben comprarla ellas mismas en las máquinas que se encuentran en el interior. Cabe decir que estas máquinas establecen un precio elevado que, muchas de las personas internas, no se pueden permitir.

Por otra parte, es importante resaltar la presencia -podemos decir que cronificada ya-, de chinches en el centro de Zapadores. Éstos fueron detectados hace más de un año, presentándose la correspondiente denuncia por parte de la Campaña CIE No de València y procediéndose a su cierre de manera temporal durante dos ocasiones en un periodo de un año aproximadamente. A su vez,  otros centros como el de Hoya Fría, en Tenerife, también cerraban sus puertas debido a esta plaga.

Por desgracia, los cierres han sido hasta la fecha, temporales y debidos a causas de insalubridad. Pensamos que estos centros deberían cerrar sus puertas definitivamente por el mero hecho de ser cárceles racistas que vulneran los derechos humanos.

¿Cuál es vuestra opinión acerca de que se mantengan abiertos estos centros?

Nosotros abogamos por el cierre total y definitivo de los CIEs. No podemos perder de vista que las personas que ahí están encerradas no son delincuentes, ni han cometido ningún crimen. Es gente que está en nuestro país porque está tratando de buscar una vida mejor o incluso en algunos casos, son posibles solicitantes de asilo.En tiempos de crisis, muchas personas deciden emigrar e irse a otro país en busca de trabajo. Imaginemos que estas personas que salen de nuestro país en busca de un futuro mejor, fueran encerradas en un Centro de Internamiento por ese hecho. Sin duda alguna, las madres y padres de todas las personas jóvenes que hubieran emigrado denunciarían el hecho de que sus hijos estuvieran encerrados durante 60 días un sistema parecido a las cárceles penitenciarias en otro país. Sería un motivo claro de denuncia a nivel internacional, por vulneración de derechos fundamentales. Resulta estremecedor que en el centro de la ciudad de Valencia exista un CIE de este estilo y la mayoría de la gente no sepa de qué se trata ni sepa lo que está ocurriendo allí dentro. Cabe añadir que, el motivo por el que fueron creadas, -para regular a las personas que llegan de manera irregular con tal de devolverlas a su país de origen, como nos dicen-, se incumple, puesto que de la cantidad total de internos e internas, se expulsan efectivamente a un porcentaje menor del 50% (datos del año 2015). A su vez, estas expulsiones, forman parte de un sistema xenófobo de redadas racistas -que tratan de fletar los aviones o barcos fijados para deportar a las personas internas, según nacionalidad, muchas veces-, internamiento en los CIE e deportación en vuelos de deportación. Actualmente, la empresa Air Europa (compañía de Juan José Hidalgo), es la encargada de coordinar y gestionar estos vuelos, mediante un escandaloso contrato establecido con el Estado, de 12 millones de euros.

Nos produce estupor pensar que algunos partidos políticos como Ciudadanos, planteen la idea de reformar, rehabilitar y tratar de mejorar las instalaciones de los CIEs; cuando a nuestro entender, se tratan de prisiones encubiertas. No existe ninguna respuesta que no sea el cierre definitivo de estos centros y seguiremos presionando hasta conseguirlo.

Por último, han querido denunciar 'las deportaciones en vuelos de vergüenza así como las deportaciones express autorizadas por el Ministerio del Interior; en el que las personas migrantes son deportadas sin atender a las condiciones de la irregularidad administrativa y sin tan siquiera informarles de sus derechos procesales. Deportaciones que se realizan, en muchas ocasiones sin tener en cuenta la procedencia o el origen de las personas deportadas, las cuales pueden acabar en países que desconocen al completo. Como hemos comentado anteriormente, estos vuelos forman parte de toda una trama de racismo institucional que debe acabar.Las  últimas noticias que nos llegan a través de los medios, comunicándonos huelgas de hambre, intentos de fuga, cierres temporales por causa de insalubridad, son muestras de las condiciones que padecen en tales centros. Son tan solo la punta del iceberg que, en ocasiones, esconde incluso muertes como en el caso de Samba Martine (CIE de Aluche, Madrid, 2011) o Idirissa Diallo (CIE de Zona Franca, Barcelona, 2012 )'.

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