Vuelve la guerra del cava. Si la polémica ya se desató con el Gobierno de Mariano Rajoy, ahora vuelve a suceder con el de Pedro Sánchez. Y es que la decisión, propuesta por el Ministerio de Agricultura, de limitar al máximo la autorización de nuevas plantaciones de uva para la elaboración de cava no ha sentado nada bien a la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), que acusan directamente al Gobierno de “plegarse ante los intereses del sector del cava catalán por oportunismo político”.
Este documento, que prevé aprobarse en unos días, plantea que las autorizaciones de nueva plantación en las zonas delimitadas por la Denominación de Origen Cava tan solo se podrá incrementar en 0,1 hectáreas, frente al aumento que el Ejecutivo Central sí que permitirá para nuevas plantaciones de uva para vinos en general, establecida en 4.747 hectáreas más.
¿Las razones? El aumento podría perjudicar la calidad del producto. Un argumento que también se comparte desde el Consejo Regulador del Cava, dominado en gran parte por productos catalanes, y que afecta a zonas en expansión como Requena o Extremadura, que ya ha confirmado que presentará alegaciones contra la propuesta.
Presidente de AVA-ASAJA: “El Gobierno Central se pliega de manera descarada a los intereses de las bodegas catalanas"
Cristóbal Aguado, Presidente de AVA-ASAJA ha señalado que, de nuevo, “el Gobierno Central se pliega de manera descarada a los intereses de las bodegas catalanas, aunque esta medida suponga impedir a la fuerza el crecimiento que están experimentando otras áreas españolas autorizadas a la elaboración de cava, como Requena”. Asimismo, ha explicado que “el sector de cava valenciano se encuentra en plena fase de expansión, con una subida del 10% de las ventas, y con una producción que ya alcanza los nueve millones de botellas”. Por eso asegura que, con esta medida, “trata de cortar las alas a esa progresión a golpe de decreto. No se puede frenar el crecimiento económico”.
La Asociación Valenciana de Agricultores lo tienen muy claro. “A nadie se le escapa la influencia del conflicto catalán, por encima de razones objetivas de mercado. Muchos viticultores de Requena habían acometido inversiones importantes para reestructurar sus parcelas y destinarlas a la producción de cava, del mismo modo que muchas empresas del sector habían realizado un gran esfuerzo en la modernización y ampliación de sus instalaciones. Si la limitación del año pasado encendió las alarmas, su mantenimiento en 2019 vendría a confirmar el duro golpe a este colectivo emergente, y eso es algo que no estamos dispuestos a consentir”.
Desde AVA-ASAJA proponen que se creen subzonas de cava donde cada una tome las decisiones “en función de las necesidades de cada una de ellas”, es decir, “si una de estas subzonas detecta una saturación del mercado, que limite su crecimiento si es conveniente. Pero lo que no se puede hacer es impedir la expansión de aquellos que sí que tienen expectativas de crecimiento”.