El 10 de marzo de 2020, el president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, anunciaba una de las noticias más tristes para los valencianos y las valencianas: la suspensión de las Fallas. La creciente pandemia del coronavirus era incompatible con las aglomeraciones que genera cada uno de los actos de las fiestas y los monumentos y, tras un año de lucha, tampoco pudieron celebrarse en marzo de este año. Con más de 3,4 millones de personas con la pauta completa de vacunación en la Comunitat Valenciana, hoy València y los municipios falleros comienzan la celebración de sus Fallas de 2021 con esperanza e ilusión, pero también con la responsabilidad que supone de cara al futuro de las fiestas populares.La consellera de Sanitat Universal i Salut Pública, Ana Barceló, anunció la semana pasada una modificación "puntual" en el paquete de medidas contra el coronavirus. La mascarilla es obligatoria en la celebración de fiestas populares "en todo momento, incluso al aire libre", manteniendo la distancia de seguridad; se debe respetar el aforo de espacios como los casales y los pasacalles o desfiles deben evitar las aglomeraciones.Y es que estas Fallas pasarán a la historia no solo por celebrarse en septiembre (del 1 al 5), sino porque su desarrollo podría determinar un antes y un después en la celebración de fiestas que forman aglomeraciones y acogen a visitantes nacionales e internacionales. Ya lo dejó claro Barceló durante su comparecencia: "La situación no es para estar de fiestas, sino para cerrar el ciclo de las fallas". "No estamos en situación prepandémica, estamos en pandemia aunque los datos sean favorables. Todo el mundo nos está mirando", añadió.Actualmente, la incidencia de la Comunitat Valenciana está por debajo de los 200 casos y hay más de 10.000 casos activos. Por ello, Barceló ha reiterado que, pese al gran avance de la vacunación, que ya llega a jóvenes de 12 años, hay que mantener la responsabilidad para evitar un repunte de casos. En este sentido, aunque la magia de los monumentos devuelve la ilusión a las comisiones, los protocolos marcarán la organización de los actos y de cada uno de los casales. Junta Central Fallera y la conselleria han impulsado la figura de los coordinadores o responsables COVID, que han recibido formación para velar por el cumplimiento de las medidas.Entre ellas, los actos que sean estáticos se desarrollarán en lugares o espacios delimitados en los que se pueda controlar el aforo, y los itinerantes tendrán que evitar las aglomeraciones, no podrán celebrarse verbenas, discomóviles o karaokes, bailes y cualquier comida o cena deberá cumplir con la actual normativa para la hostelería (6 personas en interiores y 10 en exteriores). Asimismo, deberá cumplirse el toque de queda de 01 a 06 horas de la madrugada y cada acto que implique aglomeraciones cuenta con su propio protocolo.Los espectadores y espectadoras también jugarán un importante papel. La titular de Sanitat ha reiterado que la responsabilidad no solo recae en las comisiones, sino en el conjunto de la sociedad, por lo que durante las visitas a los monumentos será necesario guardar la distancia interpersonal y mantener la mascarilla.Como consecuencia, la ofrenda, las mascletás, la Nit del Foc o el encendido de luces no serán posibles. La ofrenda a la Virgen de los Desamparados será a puerta cerrada y las mascletás se tirarán en distintos puntos de la ciudad que no se anunciarán. Para garantizar la seguridad, se incrementará el control policial con un dispositivo especial que vigilará especialmente "que la fiesta se traslade a otros lugares fuera de las normas", ha explicado la consellera de Justicia, Interior y Administración Pública, Gabriela Bravo, en referencia a los botellones.