El Ministerio de Fomento del anterior equipo de Gobierno ya había dejado tocada y hundida la huerta de Valencia. Y es que, a pesar de que el Alcalde de Valencia, Joan Ribó, viajó hasta Madrid con el objetivo de que se valorase una alternativa a la ampliación de la V-21 aprobada, que contempla la construcción de un tercer carril entre el Carraixet y Valencia, desde el Ejecutivo Central optaron por adjudicar su peculiar proyecto de ampliación, además de blindar su decisión unilateral, ya que la renuncia de este plan implicaría una indemnización millonaria a favor de la empresa adjudicataria.
Así, un proyecto que pretendía descongestionar de tráfico este tramo de la autovía V-21, se convirtió en un depredador de la huerta, que amenaza con destruir 80.000 metros cuadrados de parcelas pertenecientes a Valencia y Alboraya, que se lleva la peor parte, mas ocho metros de reserva de dominio público, y el derribo de construcciones rurales, acequias y caminos paralelos que forman parte del paisaje y la tradición valenciana.
Con el cambio de Gobierno, volvió a aflorar la esperanza de los valencianos, aunque no por mucho tiempo, ya que la inesperada decisión del actual ministro de Fomento, José Luís Ábalos la ha vuelto a hacer añicos. Y es que una de las primeras medidas que ha impulsado ha sido la de acelerar las expropiaciones de los terrenos para poder llevar a cabo la ampliación de la V-21, ignorando, por completo, las peticiones de paralización que se han elevado desde los plenos municipales de Valencia y Alboraya, por no hablar de las demandas tanto de las asociaciones vecinales, como de las diferentes plataformas como 'Per l'Horta'.
'Nos jugamos mucho más que un tercer carril'
Así, las reivindicaciones vecinales se han ido intensificando en los últimos días porque, tal y como explicaban en un comunicado los organizadores de la última protesta, 'nos jugamos mucho más que un tercer carril'. Nos jugamos la desaparición de 80.000 metros cuadrados de huerta, o más bien de cultura, tradición y, por qué no, vida, así como de edificaciones históricas.
'Es desconcertante que la primera medida aprobada por el ministro valenciano haya sido la de iniciar las expropiaciones de los terrenos de huerta'
Una decisión de Ábalos que también ha sorprendido a otros partidos políticos como Compromís, que no han dudado en mostrar su rechazo. 'Es desconcertante que la primera medida aprobada por el ministro valenciano haya sido la de iniciar las expropiaciones de los terrenos de huerta de los vecinos y vecinas de Alboraya y Valencia. Para Compromís, el coste medioambiental y económico del actual proyecto de ampliación de la V-21 está injustificado por suponer la destrucción de más de 80.000 metros cuadrados de huerta productiva, poniendo en peligro elementos patrimoniales, paisajísticos y económicos de la zona tan relevantes como los terrenos incluidos en la Denominación de Origen “Xufa de València, romper con la apuesta por la movilidad sostenible del Gobierno del Botànic, y no garantizar una mejora importante de los tiempos de viaje de los automóviles que entran en la ciudad de València'.
Y es que algunas voces ya anuncian que la construcción de este tercer carril, que tiene como objetivo descongestionar la zona de tráfico, podría provocar el efecto llamada y que, al poco tiempo, se vuelvan a producir las grandes colas de tráfico habiendo destruido la huerta para nada. Es por este motivo por el que desde Compromís han pedido una reunión urgente para presentarse un proyecto de ampliación alternativo, que protegería el 63% de la huerta valenciana.
La ampliación de la V-21 va en contra de las políticas de movilidad de la ciudad
Desde las plataformas ecologistas y asociaciones de vecinos afectados ya han alertado que la ampliación de la V-21 es absolutamente innecesaria porque 'ni ha aumentado la población ni la vía está saturada'. Asimismo, han asegurado que 'es una vía segura, sin accidentes mortales', por lo que sería mucho más efectivo invertir esa cantidad millonaria en 'mejorar el transporte público, mediante la implantación de más y mejores trenes de cercanías, metro nocturno los fines de semana o más frecuencia en los autobuses de la EMT, y que lleguen a los pueblos del área metropolitana'.Una alternativa que también se plantea desde Compromís que confían que el nuevo Gobierno, finalmente 'rompa con las políticas depredadoras con el territorio que han caracterizado a los anteriores ejecutivos del PP'. Así, abogan por fomentar 'el transporte público frente al uso masivo del automóvil privado con el incremento de las líneas de tranvía y autobuses, o la creación de aparcamientos disuasorios junto a las estaciones de transporte público, que estén conectadas de forma rápida con el centro de la ciudad'.