Hace un tiempo, irse de vacaciones significaba desconectar de todo el que nos rodeaba durante nuestro día a día. Actualmente, el teléfono inteligente que siempre traemos encima, hace que incluso cuando no tenemos que trabajar estemos conectados con toda nuestra realidad cotidiana. Es por eso que el teléfono móvil se ha vuelto indispensable durante nuestras vacaciones de verano. Además de ser la época en qué más fotos nos hacemos (mayoritariamente en la playa) este dispositivo es perfecto porque nuestras cabezas y cabes puedan localizar de forma rápida. Cada cual sabrá cuál es su relación con el trabajo.
Sea como fuere, el cierto es que el verano también es la época del año en qué más averías sufren nuestros teléfonos móviles.
Según un estudio de Phone House el 33 por ciento de las averías de teléfono inteligente se producirían durante este periodo. Y si tenemos que hablar de culpables tenemos que referir a tres eventualidades: calor, agua, caídas (en muchos casos propiciadas por intentos de robo).
En el primero de los casos, el calor, tenemos que tener en cuenta que exponer el teléfono inteligente en la luz del sol es absolutamente nocivo. A esto hay que añadir que el verano es también según el informe de Phone House, la estación en la cual más tiempo jugamos con el teléfono móvil. Esto hace crecer los riesgos de avería que son responsables del 50 por ciento de las averías en esta época del año.
Estar en la playa o la piscina o un ambiente muy húmedo hacen que los smartphones entren en contacto con el agua. Una simple gota, dice el informe de Phone House, puede producir la avería. Para lo cual, siempre que el teléfono se moje, tendríamos que sacar la batería, nunca poner el móvil a cargar y a continuación introducir el teléfono en un bote lleno de arroz porque se seque.
Finalmente, para combatir las caídas y los posibles robos no hay ningún sistema. Es por eso que el informe recomienda contratar un seguro para evitarte la pérdida de entre 150 y 600 euros.