La situación respecto al Puente de Castellar es, ahora, de calma. En febrero era "crítico", pero la urgencia de la licitación se ha traducido en que, en agosto o principios de septiembre, los pilares del puente estén en perfecto estado "y aguanten otros 50 años". Enrique Salvació, encargado del Servicio de Coordinación de Obras en la Vía Pública y de Mantenimiento de las Infraestructuras, y la Concejala de Urbanismo y Vicealcaldesa, Sandra Gómez, han mostrado el avance de las obras a la prensa.
Según ha relatado Salvación, fue en noviembre, tras un intenso período de lluvias -y tres meses después del derrumbe del puente de Génova", cuando decidieron inspeccionar el puente "por abajo": "Tuvimos que venir en barco, y nos encontramos con unos graves desperfectos en la estructura de las pilas. El hormigón estaba atacado por cloruros, las armaduras estaban al aire y oxidadas... Se había perdido mucha capacidad de resistencia". Tras esa inspección, el informe resultante concluyó que el estado era "critico" y, por ello, se tramitó una licitación de para actuar.
"Sorpresas desagradables"
Gómez ha señalado que desde el Ayuntamiento han llegado a la conclusión de la "necesidad" de impulsar esta legislatura "un nuevo contrato de mantenimiento de los casi 100 puentes que tiene la ciudad". Se trata de un nuevo contrato que contemple, de forma periódica y continuada, la "supervisión y mantenimiento que evite sorpresas desagradables" como la encontrada en este. El puente, que fue construido en 1973, no había tenido ningún tipo de mantenimiento en sus pilares en 50 años.
Este nuevo contrato, ha continuado Gómez, evitará encontrarse con desperfectos de este nivel que, además, son "un gran desembolso para las arcas públicas"; un buen mantenimiento sale más barato que una gran obra de reparación.
Ambiente marino
Salvación ha explicado que, tras ver la urgencia de las reparaciones, buscaron rápidamente una solución: "Consiste en picar el hormigón deteriorado, reponer las armaduras necesarias y rellenar". Después, se da un último revestimiento "para evitar que vuelva a atacar el ambiente marino".
Es la cercanía al mar y el agua lo que ha causado el problema. El puente anterior tierra adentro, también propiedad de València y de la misma época, no presenta estos desperfectos porque se encuentra en una zona seca -la mayor parte del año-. Este, en cambio, se encuentra en la zona donde se mezcla el agua que llega del mar con la poca que llega del Turia -la mayoría se queda en regadíos-.
El encargado del Servicio de Coordinación de Obras ha señalado que dos puentes más cerca del mar, "uno de Conselleria y otro del Ministerio", también fueron reparados debido al efecto del agua. Ahora con el nuevo revestimiento y las revisiones periódicas el puente debe estar en perfectas condiciones, por lo menos, hasta cumplir un siglo.