Bernardo España, conocido mundialmente como Españeta, cuelga las botas tras 55 años dedicados al Valencia Club de fútbol. Será el próximo sábado 13 de agosto cuando el club Che rinda homenaje a su leal responsable de utilleros. Españeta será el último hombre en salir al campo durante el acto de presentación de la platilla para la próxima temporada. Además, el Valencia CF entregará a emblemático trabajador una placa conmemorativa pues ya se le otorgó la insignia de oro y brillantes.
Nacido el 1 de mayo de 1938, Bernardo España Edo comenzó en el mundo del fútbol siendo un niño, jugaba en el barrio de Ruzafa y tenía un excelente dominio del balón. Su posición era la de extremo derecho y junto a los amigos formaron el equipo de “La Colmena” en la Finca Roja. Dada su progresión Bernardo soñaba, como él mismo cuenta en el libro de Federico Chaine titulado ‘Españeta’, con poder entrar en la cantera del Valencia Cf pero un accidente de moto junto a su hermano Juan le privó de ese sueño al romperse el tendón de Aquiles. Según recuerda Españeta en el libro “desde ese momento me propuse, firmemente, ser el utilero del Valencia”. Y vaya si lo conseguiría. Empezó de recogepelotas en los entrenamientos del CD Mestalla y gracias a su excelente labor fue cuando Ricardo de la Virgen pasó a ocupar el puesto de utilero jefe cuando el Valencia CF fichó a Españeta para el primer equipo. En la temporada 68/69 su contrato pasó a ser fijo y se convirtió, tras 55 años, en el mejor fichaje de la historia del club che.
Cuando se editó el libro de Federico Chaine en 2003, Españeta le reconocía que tenía pensado jubilarse en 2005 pero que lo haría progresivamente para no dejar esta adicción de golpe pues podría resultar un cambio muy grande y perjudicial. “Tengo pensado retirarme hacía el año 2005. Es el tope que me he fijado para empezar a disfrutar de más horas junto a mi mujer y viajar por toda España, de norte a sur y de este a oeste pero en plan turista y no como encargado del material del Valencia, lo que no me da tiempo a conocer nada. Me gustaría seguir al equipo como un aficionado más desde la grada sabiendo que mi ciclo se ha cumplido”, explica el propio jefe de utilleros en uno de los últimos capítulos del libro. A partir de ahora viajará como turista y será un aficionado blanquinegro más pero su leyenda está escrita con letras de oro en la historia del Valencia CF.