Jorge Llinás, el ‘Cavadas de los animales’: “Nunca hago nada que no le haría a mi perro”

Director de l’Hospital Veterinari València Sur, sempre ha tingut clar que es volia dedicar “a curar animals”

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Jorge Llinás ha cumplido un sueño. Al frente del Hospital Veterinario Valencia Sur, cada día, se encarga de atender, junto con su equipo formado por 64 personas, a pacientes referidos por centros veterinarios de otros puntos de España y Europa. Amante de los animales desde bien pequeño, siempre ha sabido que éste sería su futuro: “siempre supe que quería dedicarme a curar animales, nunca me planteé otra opción”.

director-hospital-veterinario-valencia-sur Jorge Llinás /Foto: facebook.com/hospitalveterinariovalenciasur

Hasta este hospital, ubicado en la localidad valenciana de Silla, llegan los casos más complejos: “podemos decir que el 80% de los pacientes que atendemos requieren operaciones complicadas”. Eso sí, como él mismo confiesa, “la satisfacción cuando podemos darle una nueva oportunidad al paciente es enorme, pero también lo es el dolor y la frustración cuando no lo conseguimos”.

Le llaman el ‘Cavadas de los animales’. Y es que además de sacar adelante operaciones que parecen imposibles, también colaboran con el Ayuntamiento de Silla para atender, gratuitamente, a los animales abandonados, maltratados o atropellados. Hoy, hablamos con Jorge Llinás, que nos cuenta cómo se embarcó en un proyecto, pionero en España, que se ha convertido en su forma de vida.

¿Qué hace que el Hospital Veterinario Valencia Sur sea diferente de otros centros veterinarios?

Somos el primer hospital en España que se constituyó como hospital exclusivo de casos referidos, lo que significa que solo trabajan especialistas y veterinarios de apoyo de cada una de las especialidades, y que todos los casos que atendemos son derivados por otros veterinarios desde diferentes puntos de España. Además, como es un centro 24 horas, atendemos urgencias.

No hacemos medicina general, no hacemos vacunas o desparatisaciones y, normalmente, tampoco hacemos una segunda o tercera valoración. Eso depende del veterinario que lo refiere, salvo en casos muy complejos o extremos que es lo que, dentro de los hospitales de España, nos ha hecho tener más notoriedad. De hecho, podemos decir que el 80% de los casos que atendemos, a parte de ser referidos, son casos muy complejos.

Te llaman el Cavadas de los animales…

Sí, es una cosa que ha salido de la gente que me sigue en redes y ahora ha salido en los medios (se ríe). Bueno, no es una cosa que yo había pensado nunca, pero es verdad que lo comenta mucha gente.

¿Cómo te embarcaste en este proyecto?

Soy veterinario desde el año 2000. Llevaba unos años dedicándome a la veterinaria general y una parte a la especialización en la cirugía de tejidos blandos, y en concreto en el campo maxilofacial. Me formé todo lo que pude en este campo hasta que empecé a trabajar. Pusimos el primer láser en España hace 17 años; constituimos la Sociedad Española de Láser y Electrocirugía; fundamos un concepto de cirugía sin sangrado, que lo hemos patentado; y además escribimos un libro que ha sido reconocido internacionalmente y que ha sido traducido en cinco idiomas y se ha vendido por todo el mundo. En definitiva, empezamos a dar unos pasos de hacer algo diferente.

Llegó un momento que, en la clínica donde trabajaba, tuvimos la necesidad de dar un servicio 24 horas para nuestros pacientes, y yo estaba trabajando ya solamente con casos remitidos y más complejos. Entonces, decidimos montar el hospital y contar con otros especialistas españoles que estaban trabajando en Europa y que, al abrir un hospital de estas características, vinieron a apoyar el proyecto, y hasta ahora que han pasado siete años.

¿Ha costado?

Muchísimo. El esfuerzo personal a todos los niveles: profesional, humano y económico. Estamos haciendo un hospital que tiene entre las áreas de formación, que para nosotros es muy importante, y la parte clínica casi 2.000 metros con especialistas, que trabajan como en otros hospitales de Inglaterra o Estados Unidos, y con medios de TAC, resonancia, etc. El coste para nosotros es el mismo de todo ese equipo, pero la rentabilidad no tiene nada que ver con lo que se cobra en otros países. Entonces, un hospital como este no es rentable a corto plazo, pero ahí estamos peleando. Se podría decir que es más un sueño que un negocio.

¿De dónde te viene ese amor por los animales?

La verdad que desde pequeño no recuerdo otra cosa. A veces lo pienso y digo: si no me hubieran cogido por las notas en Veterinaria en la Facultad de Zaragoza... Nunca me he planteado otras opciones, ni siquiera cuando tenía 14 - 15 años. Toda mi vida me he querido dedicar a curar animales, lo he tenido claro desde pequeño.

¿Cuál es la parte más satisfactoria de este trabajo?

La más satisfactoria es cuando ves a familias que hacen un esfuerzo tremendo, que vienen con la ilusión y con la esperanza de que el paciente, que parece que no tiene opciones, salga adelante, y lo consiguen. Cuando hablo de familias me refiero a todos los integrantes, incluidos los animales, porque para ellos no es una mascota ni son propietarios, sino que forma parte de su familia. Ahora, la satisfacción cuando lo consigues es enorme, y proporcionalmente también la frustración y el dolor cuando no lo consigues.

hospital-veterinario-horta-sur Foto: facebook.com/hospitalveterinariovalenciasur

¿Y el caso más complejo al que te has enfrentado?

Hay muchos casos que han sido verdaderamente duros. Quizá el más complejo ha sido el de Spirit, que es un perro que le dispararon en la cara en Andalucía, le volaron toda la mandíbula, y llegó aquí para que le hiciéramos una reconstrucción maxilofacial muy difícil y muy dura. Lo hicimos junto con otros compañeros del campo de la cirugía maxilofacial en humanos, Fernando Gómez. Hicimos varias operaciones, pusimos varias prótesis y conseguimos reconstruir todo el área de la mandíbula, que estuviera comiendo durante 8-9 meses… pero la segunda prótesis acabó rechazándola. Y, bueno, le hemos salvado la vida, es feliz, ha cogido peso, pero no era el resultado que esperábamos.

Y, luego, el otro más complejo que sí que ha sido muy satisfactorio ha sido Sky. Fue un caso muy mediático. Le cortaron parte de la cara de un palazo en Rumanía, y lo adoptaron unos alemanes, lo llevaron a su país e intentaron reconstruirle la cara. Sin embargo, se anquilosó la articulación temporomandibular y no podía abrir la boca. Finalmente, vino aquí, a Hospital València Sur, y después de una cirugía tremenda, conseguimos que pudiera tener una vida normal.

Son dos casos de maltrato animal, que a mí más me impactan, y que además han sido muy mediáticos. Uno que no hemos conseguido todo lo que queríamos, y otro que hemos conseguido más de lo que creíamos que íbamos a poder hacer.

¿Coges todos los casos que te llegan?

Se dice siempre que en un cirujano es más importante saber cuando no tienes que operar. Muchas veces estamos cogiendo casos que no quiere nadie, pero que sabemos que podemos asumir ese riesgo, como es el caso de Asia, que tenía un tumor cerebral y que operamos cuando apenas tenía esperanza de vida. Ya llevamos tres operaciones en un año, pero el perro sigue vivo y con calidad de vida. Pero, también hay otros casos que, después de hacer todas las pruebas pertinentes, hemos decidido, junto con la familia, no operar.

Es fundamental saber dónde está el límite. Nunca hago nada que no le haría a mi perro. Entonces, creo que es tan importante saber lo que estás haciendo, como saber cuando no hay que dar ese paso.

¿Cómo es tu equipo?

Bueno, el dream team (se ríe). Para mí, toda la gente del equipo son importantísimos, especialistas de primer nivel que son los que hacen que todo sea posible. La diferencia es que si yo opero en otro centro, donde no está todo este equipo, la misma operación puede no tener éxito por el manejo perioperatorio. Muchos de los pacientes que operamos, la mortalidad o las complicaciones vienen en el perioperatorio. Así que todo lo que hacemos los cirujanos y otros especialistas no podría ser posible sin todo el resto del equipo, incluidas las enfermeras, que son las que están pendientes cada día, cada noche, cada domingo y cada festivo de las necesidades de los pacientes. Las enfermeras tienen un papel fundamental en este hospital. Entonces, al final, nuestro lema es ‘ninguno somos tan buenos como todos juntos’. Cuando tenemos éxito, lo tenemos todos y cuando hay un fracaso también.

equipo-hospital-veterinario-horta-sur Foto: facebook.com/hospitalveterinariovalenciasur

Retomando el maltrato animal y el abandono de animales, ¿hemos avanzado o todavía queda mucho por hacer?

Hemos avanzado muchísimo, pero queda mucho por hacer. Es cierto que estamos por detrás de otros países, como Estados Unidos o el norte de Europa, pero estamos muchísimo mejor que hace diez años. Antes casos como los de Sky o Spirit no hubieran sido posible y ahora se han convertido en cabeza visible de la lucha contra el maltrato animal. Creo que se está consiguiendo gracias a los medios y a las redes sociales, donde se está dando a conocer lo que está sucediendo y, por tanto, el impacto es mayor, y también gracias a los partidos políticos que están teniendo una concienciación que no teníamos antes. Por tanto, es objetivo decir que estamos avanzando muchísimo, al igual que reconocer que todavía queda mucho por hacer. Pero yo siempre digo que hace mucho más la constancia de la gota que la fuerza de la ola.

Y, además, también operas a animales abandonados…

Sí, son pacientes que una asociación decide rescatar y necesitan de unos cuidados más exhaustivos. Nosotros hacemos unas condiciones especiales, no lo podemos hacer gratis, pero sí que les ayudamos. Tratamos al paciente y le operamos, mientras las asociaciones van recaudando fondos, publicitamos el caso por las redes sociales para pedir ayuda, etc.

Y, luego, tenemos un acuerdo con el Ayuntamiento de Silla, que creo que fue pionero, y que tiene una atención primaria gratuita para todos los animales abandonados, maltratados o atropellados dentro del municipio. La policía los trae, nosotros lo atendemos de manera gratuita, es decir, el hospital soporta ese coste, y luego lo tenemos hospitalizado unos días hasta que una asociación se puede hacer cargo o de buscar una familia o una adopción, etc. Cada año, el hospital está haciendo un esfuerzo muy grande. De hecho, el año pasado atendimos a más de 20 pacientes que, de otra manera, no hubieran tenido ninguna oportunidad, y nosotros se la hemos dado.

Podrías decir, entonces, que este trabajo es una forma de vida...

Sí, sin duda.
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