Las enseñanzas artísticas avanzan en su reconocimiento como motor de competitividad y progreso

Durant aquesta legislatura, formaran part de la Conselleria d’Universitats, una de les noves àrees del Botànic II, junt amb els graus universitaris

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Las enseñanzas artísticas superiores continúan avanzando para ser puestas al mismo nivel que los grados universitarios, ya que pese al esfuerzo diario y a que la cantidad de cursos para conseguir ser profesional es la misma que en las carreras universitarias, no están en las mismas condiciones. Al menos en el “imaginario colectivo”. Pese a ello, la Conselleria de Educación, Cultura y Deporte ha confirmado que sus competencias pasarán a la nueva Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital , por lo que parece que en esta nueva legislatura podrían tener más visibilidad en una de sus principales reivindicaciones: ser consideradas igual que el resto de grados.

Tras el anuncio de la creación de esta nueva conselleria, que quitará gran peso al área que ha dirigido y vuelve a liderar Marzà, las direcciones de los centros de enseñanzas artísticas superiores, un total de 13 directores y directoras de escuelas públicas de danza, artes escénicas, diseño, artes plásticas y conservatorios de música de la Comunidad Valenciana remitieron una carta al president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, para integrarse dentro de este nuevo bloque.

Esto se debe, más allá del reconocimiento social, a cumplir con la ley de creación del Instituto Superior de Enseñanzas Artísticas de la Comunitat Valenciana (ISEACV), el organismo en el que se agrupan estas 13 entidades. Es en esta normativa donde se refleja que sus competencias son las mismas que las del resto de universidades públicas, por lo que sería necesario ese traspaso. Fuentes de la Conselleria de Educación aseguran que ya se está trabajando en ese cambio de competencias.

La ley educativa de 1990, LOGSE, fue la primera en regular los títulos superiores y de anunciar su equiparación con los de licenciados y diplomados universitarios, pero sin adscribirlos al Catálogo General de Títulos Universitarios. Aunque supuso un primer avance, no fue del todo significativo, por lo que “para poder potenciar debidamente el reconocimiento social y profesional de las enseñanzas artísticas superiores e incandinarlas en el proceso de convergencia europea”, se creó el ISEACV, “adscrito a la conselleria competente en materia de universidades y formación superior” con la Ley 8/2007 de Ordenación de Centros Superiores de Enseñanzas Artísticas.

El propio instituto señala que uno de los motivos de su constitución es, precisamente, contribuir a que cambie la concepción que la sociedad tiene de la cultura: “Hasta ahora, el papel atribuido a la cultura ha sido básicamente de carácter social, dejando en un segundo plano su consideración como sector productivo de elevada trascendencia en términos económicos. Esta es una idea que se ha de corregir. Las enseñanzas artísticas ofrecen desde el ámbito educativo una ayuda decisiva a nuestra sociedad para situarse en la vía de la creatividad, de la innovación, de la diferenciación y de la comunicación; en definitiva, de la competitividad, del progreso y del crecimiento”.

Es por ello que, aunque era un traspaso esperado, los centros que componen el ISEACV quisieron dejar clara esta necesidad en su carta a Puig: “Es muy importante para nosotros porque, a pesar de que somos centros superiores desde la aprobación de la LOGSE en 1990, e impartimos grados y posgrados, aún no figuramos en el imaginario colectivo al lado de las universidades”.

Así, de cara a esta nueva etapa, esa percepción social podría cambiar al estar dentro de la Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital, una de las “apuestas fuertes” de Puig, según destacó la consellera al frente, Carolina Pascual. Se trata de una de las nuevas áreas del Botànic 2 y pretende que la Comunidad Valenciana sea un referente en innovación, pero también ha sido una de las acciones para descentralizar el Consell, ya que tendrá su sede en Alicante, a diferencia del resto, que se encuentran en València.

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