Desde hace dos años, en la Diputación de Valencia estamos desarrollando una nueva manera de entender la gestión de nuestra red de carreteras desde el punto de vista de la seguridad, cuyo eje fundamental se centra en la necesidad de prestar atención no sólo a los vehículos sino también a otro tipo de usuarios que comparten con ellos la vía, como pueden ser los ciclistas y los peatones. Se trata de visualizar la red de carreteras valencianas como un medio de vertebración de nuestro territorio, que cualquier ciudadano tiene que poder utilizar de forma segura para desplazarse entre los distintos municipios o comarcas, independientemente del medio que utilicen para esos desplazamientos.
Esta concepción, impregna ya todas las actuaciones que desde el Área de Carreteras de la Diputación de Valencia estamos llevando a cabo, atendiendo siempre a esa multiplicidad de usuarios y al hecho de que estos no siempre pueden compartir el mismo espacio sobre la calzada. Y es que no podemos olvidar que, si bien existe un tipo de ciclista deportivo, para el cual su “terreno de juego” natural es la carretera, hay un segundo tipo de ciclista para el que la bici es un medio de transporte o simplemente de recreo, y que, como el peatón, requiere de espacios diferenciados y protegidos.
Para los primeros, las actuaciones deben ir encaminadas a informar y advertir al resto de usuarios de la vía de la posible presencia de estos ciclistas de forma que extremen su seguridad, implantar medidas de reducción de velocidad e incluso ampliar arcenes o adecuar cunetas que faciliten en un momento determinado ese uso compartido de la calzada en mayores condiciones de seguridad. Actuaciones todas ellas que ya se están llevando a cabo y en las que esperamos profundizar en los próximos meses.
Sin embargo, para los segundos, es necesario ir un paso más allá, y crear nuevos espacios ad hoc que, si bien pueden estar integrados en la carretera, deben estar físicamente separados de ésta, de manera que el espacio no pueda ser invadido por los vehículos. Vías ciclopeatonales que, fruto de la demanda cada vez mayor de la ciudadanía, han empezado a aparecer ya en muchos municipios y también en varios puntos de la red de carreteras de la Diputación.
Estas actuaciones han sido sólo la punta de lanza de un ambicioso plan que, tras un diagnóstico en profundidad de todo el territorio, va a permitir crear un tramado de vías ciclopeatonales en todas las comarcas con el que dotaremos de un plus a nuestras carreteras desde el punto de vista de la movilidad segura y sostenible. Y hacemos hincapié en el concepto de la sostenibilidad, pues el objetivo es además facilitar y promover el uso del transporte no motorizado en trayectos que son susceptibles de ser realizados a pie o en bicicleta, como desplazamientos entre municipios cercanos o traslados entre núcleos poblacionales y polideportivos, estaciones o polígonos industriales.
En un momento en el que el foco informativo se ha centrado precisamente en la accidentalidad de los ciclistas en la carretera, se demuestra más que nunca la importancia de que desde las administraciones públicas apostemos por este concepto de movilidad global, y la necesidad de que tengamos en cuenta a la hora de planificar actuaciones esa coexistencia de diferentes tipos de usuarios, motorizados y no motorizados, pues estoy convencido de que este es el mejor camino para lograr garantizar unas carreteras seguras para todos y todas.