El Parque de San Vicente, un regalo de la naturaleza

Un paisatge idíl·lic a només 3 km del nucli urbà de Llíria

Guardar

"Crecerá y menguará, pero para beber nunca faltará"

Cuenta la tradición que, con estas palabras, San Vicente hizo el "Milagro de la Fuente de Llíria" en 1410, consiguiendo que tornara a brotar agua de la fuente del parque, que padecía una grave sequía.

Por esta leyenda, los cristianos construyeron en su honor, en el siglo XVIII, la ermita que se encuentra en el Parque de San Vicente y que todavía hoy sigue celebrando misas, especialmente en estas fechas de festividad de San Vicente. Esta ermita, de tamaño mediano, combina elementos tanto barrocos como neoclásicos, y en su interior veremos una sola nave, con bóveda de cañón, que presenta escenas relativas al milagro hechas con azulejos y una imagen moderna del santo en el altar mayor.

Mucho antes, también en este parque, los romanos construyeron un templo dedicado a las ninfas, diosas del agua, del cual quedan escasos vestigios.

Con independencia de toda la historia que el Parque de San Vicente lleva a las espaldas en silencio, su magia ya es bastante evidente solo con verlo.

Se trata de un paraje natural, situado solo a 3 km del núcleo urbano de Llíria, con diferentes zonas y paisajes dentro del mismo parque. Presenta una gran diversidad de flora y fauna, y una de las razones es el espectacular manantial, que da una de las vistas más preciosas del parque y donde viven diferentes tipos de patos y peces - de estos últimos, destacan las carpas. Los árboles también son dignos de admirar, ya que aquí nos encontramos con muchos que pasan ya los cien años - algarrobos y olivos, con troncos que forman figuras que parecen imposibles de mantenerlos en pie - y bosques donde conviven olmos, acacias, chopos, eucaliptos, sauces, cipreses y pinos.

Todo esto hace que visitar San Vicente sea entrar en otro mundo, donde parece que el tiempo se para y todo va más relajado para poder disfrutar de las maravillas de la naturaleza sin prisa alguna. Además, tiene un carril bici para quien quiera disfrutar del paseo sobre ruedas o corriendo por este sendero, que comienza ya desde el pueblo hasta el final del Parque - y continúa dirección Marines. También tiene zonas pensadas expresamente para merendar, con bancos y mesas de madera situados de manera que aprovechan la sombra de los árboles. Si buscas más comodidad, también hay un restaurante al lado del parque. Pensando en los más pequeños y los más mayores, hay un parque infantil y otro de ejercicios para la tercera edad, muy bien habilitados. Es un lugar perfecto también para ir con perros.

Otro aspecto a tener en cuenta es que hay dos maneras de vivir el Parque de San Vicente:

-se puede disfrutar del parque en sí, del sonido del agua que acompaña las fantásticas vistas y perderse por los diferentes escenarios de película que presenta;

-o se puede ir teniendo en cuenta las fiestas que tienen lugar en San Vicente, donde las más fuertes y arraigadas son las celebradas en honor a este santo que da nombre al parque, a mediados de abril. El ambiente de estas fechas es totalmente opuesto al que se puede encontrar un día tranquilo, ya que en estas fiestas es tradicional ir a almorzar con los amigos, la romería en honor al mito de San Vicente, los niños - y no tan niños - volando la cometa e incluso, el día de San Vicente, gente tirándose al manantial.

Ya ves que la visita a San Vicente es obligatoria; eso sí, las condiciones las pones tú.

 

Destacados