El Levante de Muñiz amenaza las 25 semanas invicto de la Era Balaguer

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Quizás esta sea la historia de un desafío que nació desde la nada para adquirir calado y grados conforme se sucedían las semanas y por ende las confrontaciones ligueras en el universo de la competición. Y quizás para comprender su trascendencia haya que infiltrarse por la línea del tiempo para explorar el pasado y situar la acción a lomos entre las temporadas 1998-1999 y 1999-2000. Pepe Balaguer adquiere ascendencia si se remontan los afluentes de la historia. Lo cierto es que el Levante regresará al verde del Ciutat de València el próximo viernes para competir ante UCAM Murcia a partir de las 20:00 horas. La imagen de LaLiga 1|2|3 amenaza con esconderse. De hecho, se trata del penúltimo encuentro de las huestes granotas en condición de local. Es evidente que la escuadra azulgrana tratará de conjugar con el verbo vencer ante la sociedad universitaria en aras a mantener ese halo de invulnerabilidad que fortifica a la instalación del barrio de Orriols desde los días finales de la pasada temporada.

El grupo que conduce López Muñiz suma diecinueve comparecencias en el formato liguero de la categoría de Plata. Sus prestaciones resaltan que se muestra refractario al sometimiento. No hay espacio para la capitulación en ese expediente que aumenta, desde un prisma numérico, si se consignan, para añadir, los cinco partidos que cerraron el curso pasado ante el Valencia (1-0), Sporting (0-0), Espanyol (2-1), Athletic Club (2-2) y Atlético de Madrid (2-1). Es incuestionable que hay un vínculo perceptible que ejerce de ligazón en ese ciclo que comenzó a brotar coincidiendo con el derbi capitolino que resolvió Rossi; la naturaleza de invicto que impregna al actual Levante. Las mesnadas azulgranas tratarán de custodiar sus muros una semana más para prolongar hasta veinticinco las jornadas proyectándose desde el signo de la victoria o desde la tregua generalizada que concede el empate.

El dígito y la tendencia descrita adquieren consideración si se agita el pasado. El Levante de Muñiz puede igualar el próximo viernes, siempre que sea capaz de rendir a UCAM Murcia sobre el pasto, el registro fijado por Pepe Balaguer en el banquillo azulgrana en los ejercicios 1998-1999 y 1999-2000. Aquel Levante de fin de siglo firmó un armisticio para excluir la derrota entre el 29 de noviembre de 1998 y el 30 de enero de 2000 en competición liguera. Fueron veinticinco partidos sin pactar la rendición a caballo entre la Segunda División B y el retorno a la categoría de Plata, si bien no se incluyen los tres duelos adicionales adscritos a la Promoción de ascenso ante Almería, Bermeo y Real Madrid B. Esta etapa nació con un enfrentamiento ante L’Hospitalet marcado por la diana de Gartzen (1-0).

Dos semanas antes el colectivo blaugrana dobló la rodilla ante el Gava (0-2) en un encuentro que sirvió, en sus prolegómenos, para homenajear la figura del mítico Pirri, un emblema del club que todavía presta sus servicios religiosamente en cada uno de los partidos oficiales disputados por la institución levantinista. Fue la última muesca en tal sentido hasta la llegada del Salamanca en un duelo con alcurnia y con altura, puesto que proponía la consecución del liderato de la Segunda División A, pautado para el 30 de enero de 2000 (2-3). El Levante del presente atraviesa por una coyuntura de similares características y parece en condiciones de fijar un nuevo umbral si mantiene ese estatus de inexpugnable que rodea al Ciutat desde el 3 de marzo de 2017 con la visita del Real Madrid (1-3). Fue la última vez que rindió vasallaje a un adversario.

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