El Festival 10 Sentidos borra fronteras y abre una ventana al mundo

El certamen celebra la seua desena edició amb una vintena de propostes que exploren els límits del cos, les arts i els territoris

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El Festival 10 Sentidos cumple una década rompiendo fronteras, una de sus señales de identidad desde el primer día. Por eso, no extraña que la temática que conduce las más de veinte propuestas que recorrerán los centros culturales de València hasta el 23 de mayo, sea la precisamente la que le da título: "Fronteras".

El objetivo de la presente edición busca explorar los límites del cuerpo, las artes o los territorios, es decir, hablar de las fronteras en el sentido más ancho de la palabra. Una idea que nació mientras se desarrollaba la edición dedicada a "Soñadores", en que se puso la mirada en las nuevas generaciones. "Estos jóvenes viven un mundo digital, globalizado donde las fronteras ya no existen. Así, los preguntamos qué eran las fronteras para ellos y a partir de ahí empezamos a reflexionar sobre la cuestión", indicó la directora artística del festival Meritxell Barberá, ayer en la presentación del festival.

Y en esta reflexión sobre los límites que marcan la ideología, las creencias y los territorios, también ha estado muy presente la pandemia de la Covid-19, que obligó a suspender la edición pasada tal como estaba concebida para convertirla en una propuesta diferente. "Las fronteras llegaron a nuestras casas con el confinamiento, cosa que nunca pensaríamos que podría pasa", indicó Barberá. La directora técnica de 10 Sentidos, Inma García, añadió que las dificultades que ha supuesto la pandemia han implicado "un nuevo aprendizaje y reto" para el festival. "La cultura continúa viva, pero tambaleante. Los creadores siempre hemos tenido que buscar caminos para seguir adelante. Estamos acostumbrados a las dificultades y por eso, quizás, tenemos más capacidad de resistencia y sacar fuerzas", expresó.

Por eso, tanto Barberá como García celebraron la efeméride, puesto que "no es fácil que un festival llegue a los diez años conjugando arte y compromiso social". En este sentido, Barberá subrayó que 10 sentidos se ha convertido en inspiración y referencia para otros certámenes que se han creado después en toda España. "Somos ya un referente de las artes vivas y esto nos da muchísima satisfacción. Por lo tanto, estamos muy contentas de poder celebrar el décimo cumpleaños, y ojalá puedan celebrar el 20.º", destacó Barberá.

Por su parte, Inma García recordó los inicios "tímidos" en el Centro de Carmen. "Eran pequeñísimos, pero despacio hemos conquistado lugares y espacios, colaborando con el máximo número de instituciones, contagiando el espíritu de 10 Sentidos", valoró. Así mismo, García destacó que el objetivo de unir arte y crítica social se ha mantenido a lo largo de la década. "Abrimos una ventana en el mundo y así tenemos que continuar", alentó. "Hay pocos espacios en esta ciudad donde no hayamos estado y los que faltan los pelearemos. Este año, por ejemplo, tenemos programación por primera vez en La Granja. Está en nuestro ámbito crecer en ese sentido", explicó.

La inauguración del festival se celebró en la tarde del lunes 3 de mayo en Las Naves con la proyección de los trabajos que se han incluido en la plataforma digital "Fronteras en movimiento" y que se podrá ver hasta en su página web hasta al próximo 25 de mayo. "Se trata de un trabajo conjunto de 10 festivales, entre los cuales el nuestro, que han comisariado la creación de un corto relacionado con las fronteras", explicó la directora Meritxell Barberá. Entre las propuestas se incluye el solo de uno de los espectáculos de Taiat Danza, la compañía fundada por Barberá y García en 2003.

La obra fronteriza de Joan Brossa

En la presentación de Fronteras también participó Laia Torrens, cocreadora de la compañía Cabosanronque, que contribuye con la instalación sonora y plástica No me hizo Brossa. La propuesta, que estará hasta el 16 de mayo al escenario del Teatro Principal de València, tiene como génesis la exploración transversal de la prosa más desconocida y primera del poeta. Una obra transitable que interpreta los paisajes dentro de la prosa y el sonido de la palabra de la poesía escénica de los años cuarenta. El público entra en un espacio con rectángulo central con una acumulación en exceso de objetos en movimiento (que mutan, guiados por el sonido de la música que generan, en paisajes mágicos, míticos, de guerra o en bosques nebulosos).

"La instalación ha girado por muchísimos espacios, pero es la primera vez que se sitúa sobre el escenario de un teatro a la italiana tan magnífico como el Principal de València. Casi siempre ha quedado en espacios de frontera como por ejemplo las tramoyas", explicó Torrens. La obra narra la visión fronteriza entre Joan Brossa niño y el adulto y la que separa la fiesta y la oscuridad. "No emva fer Brossa, recupera las vivencias del poeta y dramaturgo durante la Guerra Civil, a sufrir de dos anécdotas que él recuerda. La primera, que rememora la primera batalla en que participa y que le recuerda la noche de San Juan, y que es una mirada muy naif e infantil. Y la segunda, con una mirada más mística, puesto que recuerda como una voz que no pudo atribuir a ninguna persona, lo salvó de la explosión de un obús", explicó la creadora Laia Torrens.

Además de la instalación de Cabosanroque, esta primera semana de programación de 10 Sentidos se completa, a partir del 8 de mayo con The Dreamers, de Raquel Morón, que visibiliza la situación de los menores no acompañados que llegan a nuestro país en el Estudio Taiat Danza; y el 9 de mayo en Rambleta, en colaboración con Graneros de Creación, tendrá lugar Antes todo esto era campo, de David Orrico y Colectivo Nerval.

En su intervención el director del Instituto Valenciano de Cultura (IVC), Abel Guarinos, argumentó el apoyo del Instituto al Festival 10 Sentidos desde 2016. "Es mucho de agradecer que sean los profesionales y las profesionales los que hagan las propuestas a la Administración, y sobre todo, si son capaces de introducir propuestas eclécticas e interdisciplinarias. Además, el festival ha crecido y ha sido capaz de abrazar todas las artes plásticas y escénicas y lo han conseguido en tan solo debe años". La aportación de la *IVC se concreta en 50.000 euros para 2021, una cifra que dobla la primera ayuda que inyectó en el certamen de hace cinco años. "Tenemos que apoyar económico, pero también tenemos que facilitarlos los espacios porque sus iniciativas llegan a la ciudadanía", remachó Guarinos.

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