Los hábitos de alimentación saludable vuelven a estar presentes en el estilo de vida de los y las consumidoras. Así lo confirma la estadística de
Supermercados Consum que, de acuerdo con los datos de ventas, refleja un aumento del 15% en el consumo de alimentos considerados saludables.En concreto, ha sido la alimentación saludable el eje sobre el que ha girado esta mañana el encuentro virtual
DecirHaciendo, que ha sido organizado por Consum y en el que han participado profesionales con experiencia en los campos de la nutrición, la endocrinología, la pediatría y la seguridad y calidad alimentaria.
Las otras pandemias: obesidad y diabetes mellitus tipo 2
A la pandemia de la covid-19 hay que sumarle las que
Juan Francisco Merino, director de la Unidad Mixta de Investigación en Endocrinología, Nutrición y Dietoterapia del Instituto de Investigación Sanitaria La Fe de Valencia, considera que son las otras dos pandemias a las que se enfrenta la sociedad actual: el creciente número de pacientes que sufren obesidad y diabetes mellitus tipo 2. Así, un 18% de la población tiene obesidad y según Merino "esta cifra está subiendo de manera exponencial".El médico endocrino advierte de la gravedad de estas dos dolencias, ya que aquellas personas que las padecen "tienen un peor pronóstico y más probabilidades de ingresar en una UCI". Además, la posibilidad de sufrir complicaciones a raíz de la obesidad y la diabetes tipo 2 se ven incrementadas y también lo hace el gasto sanitario. "Puede llegar un momento que el gasto sanitario de los pacientes con complicaciones por la obesidad o diabetes mellitus tipo 2 sea tan alto que el sistema de salud no lo pueda asumir", ha informado el sanitario.La grave situación sanitaria causada por la pandemia de la covid-19 tuvo un de sus escenarios principales en los hospitales y centros médicos, por lo que aquellas personas que estaban recibiendo tratamiento contra estas dos enfermedades, tuvieron que detenerlo. De este modo, la paralización de este proceso y la falta de "tutorización y seguimiento a los pacientes" por parte del personal médico, lastraron el avance hacia la recuperación de estas personas, explica Merino.Por ello, el médico recuerda que la detección precoz de estas dos afecciones metabólicas es clave para evitar esas complicaciones y que "el mejor tratamiento es seguir una dieta sana y hacer ejercicio".
El programa PAIDO y el reto de eliminar la obesidad infantil
La pandemia a la que el mundo entero se ha enfrentado desde el año 2020, ha dado un vuelco a nuestras vidas y ha modificado gran parte de nuestros hábitos, especialmente en referencia a la alimentación. También ha sido el caso de los niños y niñas, ya que con el confinamiento y la no asistencia a las escuelas, sus hábitos de sueño, alimentación y actividades en el tiempo libre se han visto afectadas.De esta forma lo explica
Empar Lurbe, jefa del Servicio de Pediatría del Hospital General de Valencia y responsable del
Programa PAIDO para la prevención de la obesidad infantil. Este programa, que cuenta con la colaboración de Consum a través de talleres de cocina de nutrición saludable, pretende "abordar de una forma multidisciplinar y proponiendo objetivos reales el problema de la obesidad", ha manifestado la pediatra.Por esta razón, Lurbe ha confirmado la necesidad de inculcar unos hábitos de alimentación saludable en los centros educativos. "Que podamos implementar una alimentación saludable desde el principio va a ser lo más rentable porque el niño que lo aprenda lo va a tener adquirido a lo largo de su vida y además lo podrá trasmitir a otras generaciones", ha aclarado.
Las redes como herramienta de divulgación de la alimentación saludable
Son millones los usuarios y usuarias conectados a las redes sociales diariamente a nivel mundial. Por ello, la nutricionista
Elisa Escorihuela, que cuenta con más de 70 mil seguidores en su perfil de
Instagram dedicado a la nutrición y dietética, destaca el poder que tienen estas para difundir una alimentación sana y que el mensaje llegue a la población."Uno de los grandes retos de los sanitarios es no tener miedo a divulgar y usar las redes sociales", asegura la nutricionista. Del mismo modo, Juan Francisco Merino coincide en que las redes pueden ayudar a extender la recomendación de "dieta sana más ejercicio" para evitar la obesidad.No obstante, Escorihuela habla sobre la "preocupación por aquellos contenidos falsos que se puede encontrar el consumidor en las redes", ya que muchas veces no se encuentra información con rigor. Por ello, recuerda que "a pesar que las redes pueden ser un gran aliado, es recomendable recurrir siempre a un especialista".
El compromiso de Consum por ofrecer productos más saludables
Por su parte,
Ricardo Fabregat, ejecutivo de Seguridad Alimentaria y calidad de Producto de Consum, ha mostrado el compromiso de la corporación por mejorar la calidad nutricional de los alimentos y bebidas a través de un plan dentro de la Estrategia NAOS del Ministerio de Consumo.La pandemia ha acrecentado la preocupación social sobre lo que comemos y según Fabregat "a largo plazo esta preocupación se va a quedar". Esta tendencia ya se está trasformando en hábitos de consumo, ya que "se ha incrementado en un 15% la compra de productos saludables", ha agregado el ejecutivo.Dentro de la marca propia de Consum, se han llevado a cabo diferentes acciones de reformulación de productos como la eliminación de aditivos no necesarios, la sustitución de grasas por otras con mayor nivel nutricional; así como reducir tres nutrientes (las grasas saturadas, los azúcares y la sal) que se encontraban en exceso en muchos productos.Como resultado, y tras dos años de trabajo, se han reformulado más de 200 productos y Consum ha conseguido "reducir del mercado 200 toneladas de azúcar, 12 de grasas y 139 de grasas saturadas", comenta Fabregat.Otro reto de los supermercados es facilitar la lectura y entendimiento del etiquetado de los productos, ya que tal y como expresa el endocrino Juan Francisco Merino "el tamaño de la letra, la terminología y las siglas de los ingredientes" dificultan comprender la composición de un producto.Por esta razón, diversos países europeos han puesto en marcha el sistema de etiquetado
Nutriscore, que a través de los colores de un semáforo evalúa la calidad nutricional de los alimentos, por lo que el color verde indica que se trata de un alimento saludable y el rojo que no lo es. La nutricionista Elisa Escorihuela ve esta forma de indicar al consumidor si un alimento es sano o no, "una gran iniciativa", pero justifica que "aún se tienen que pulir algunos aspectos porque no es perfecto".