El Tinglado 2 de la Marina de Valencia será el escenario, este miércoles 23 de octubre, del II Congreso Internacional de Economía Azul. Enmarcado dentro de Valencia Boat Show, este congreso de carácter bianual abordará, de la mano de expertos en políticas marítimas, biotecnología marina y financiación de la economía azul, cómo desarrollar una estrategia pública que adecue la tradición costera, marítima y emprendedora a los nuevos retos de sostenibilidad y protección del Mediterráneo.
De todo esto hablamos, en València Extra, con Fernando de Rojas, director de la Càtedra d'Economia Blava-UA-UMH-Generalitat Valenciana.
¿Cómo explicarías a la ciudadanía qué es la economía azul y de qué manera beneficia su impulso a la sociedad?
La economía azul es el término que a nivel mundial – y también dentro de la Unión Europea – se da a todas las actividades y sectores económicos que dependen directamente del mar. Esto comprende actividades clásicas que conocemos bien, como la pesca o las piscifactorías, los puertos y el transporte marítimo, la náutica deportiva, los varaderos y astilleros, la reparación naval, pero también otras más recientes, como la ecología marina y litoral, la protección y obras de defensa costera y marina, el turismo azul, las energías marinas (olas, corrientes, eólica offshore, etc.) incluso algunas emergentes como la biotecnología marina. Esto conforma un entramado muy potente en continua innovación y con grandes retos de sostenibilidad y de renovación por la ciencia. El Banco Mundial la valora en más de 24 billones de dólares. El mar es esencial para la vida, para la alimentación, para el clima y para nuestro progreso.
¿De qué manera se está trabajando en esta línea en la Comunitat Valenciana?
La Comunitat Valenciana es una tradicional región pesquera, con pesca además de calidad en especies muy apreciadas, pero es también sobresaliente en piscicultura, donde somos de los primeros; en turismo costero como es obvio y conocido por todos; en transporte marítimo contamos con puertos de primera magnitud – el de Valencia es el quinto en tráfico de Europa –; y en náutica y puertos deportivos y clubs tenemos uno de los mayores músculos del Mediterráneo. Sin embargo, estamos aún lejos de renovar, actualizar y sumarnos a las nuevas demandas, de aprovechar los fondos y programas europeos que están beneficiando a otros países y regiones. Nos falta creernos y crearnos una política azul propia, unificar y racionalizar todo este sistema tan variado que compone nuestra economía azul, no la cuidamos.
¿A qué desafíos se enfrenta?
Se enfrenta a un montón de retos: racionalizar y aprovechar mejor la pesca; ordenar el mar y compatibilizar usos; valorar sus piscifactorías y facilitar que no caigan en manos foráneas; hacer más reservas marinas y pesqueras, que está demostrado que aumentan la riqueza y productividad de nuestros mares; tener una náutica potente, limpia. Tenemos un clima estupendo y vemos que hay países que no disfrutan del mismo y nos multiplican en deportes náuticos y de mar, en número de embarcaciones de todo tipo, pequeñas, medianas y grandes. Pero además, nuestra biotecnología azul es punta de lanza en farmacia, cosmética, alimentación, pero apenas está en el visor de las Administraciones; hemos de proteger la costa de malos usos, pero no tenemos por qué dejar de usarla, hay que utilizar criterios científicos. En fin… el reto es perfectamente afrontable pero grande. Requiere que nos pongamos manos a la obra.
¿Europa ha puesto ya el foco en la economía azul? ¿De qué manera y cómo nos beneficia?
Europa hace años que viene propiciando directivas, planes, fondos y programas para promover la economía azul y es uno de esos campos en los que no le va mal. Hay empresas europeas (y españolas) con la tecnología y el know-how, referentes en todo el mundo. El mar como fuente de energía, de investigación, de nuevas actividades. La Comunitat Valenciana no puede quedar al margen de eso, porque tenemos una larga costa, una vocación azul, de siempre. Sólo por poner un ejemplo: ya no hay turismo de tumbarse al sol y ya está, ahora se exigen actividades, tablas, kayaks, veleros, excursiones, disfrutar de terrazas y puertos, mejorar las ofertas y hacerlas más asequibles. Y al mismo tiempo tenemos que proteger el mar, la costa y el paisaje con celo, con convicción.
Apostáis por un crecimiento sostenible del litoral, ¿cómo sería posible?
Con una adecuada planificación y dejando que los expertos vean las compatibilidades reales, sin ideologías ni voluntades encubiertas. Hay que mimar a nuestra costa, existen cada vez más técnicas para ser mínimamente invasivos, para respetar el entorno, para buscar soluciones, para crear riqueza sin caer en pelotazos o errores que no tienen remedio. Hay que entender la riqueza de las aguas costeras, eliminar vertidos, la pesca incontrolada, la masificación, que además no aporta un valor añadido.
¿De qué manera afecta la ampliación del Puerto de Valencia en este crecimiento?
El puerto de Valencia es un recurso de primera magnitud. Nos puede gustar o no, pero es vital para una economía dinámica. Si no lo planificamos bien y buscamos soluciones para que pueda cumplir su función, otros lo harán y el nuestro irá quedando atrás y… no, no por ello será más sostenible, al contrario. Existen cada vez más técnicas de electrificación, de digitalización, de conexión intermodal, de regeneración de las aguas, de obra pública con nuevos materiales, de soluciones de almacenaje… La cuestión es ponerse a ello, sin dar pasos adelante y uno atrás, para que funcione de la mejor manera posible. No se puede impulsar un puerto de cualquier manera, pero tampoco paralizarlo.
Se pide que la Comunitat Valenciana desarrolle una Estrategia Marítima autonómica, ¿qué aspectos clave debe recoger y qué supondría?
Resulta que en la Unión Europea llevan esperando tiempo a que todo el litoral se ordene y proyecte con estrategias azules para impulsar y ordenar el crecimiento inteligente y sostenible de las economías azules. Canarias lo hizo hace tiempo con éxito, Cataluña también tiene estrategia propia, Andalucía se ha subido al carro con verdadero éxito y decisión, Murcia y Baleares están ya en puertas de definir su estrategia propia. Nosotros reclamamos que la Comunitat Valenciana tenga una Estratègia Blava de la Comunitat Valenciana, que no se quedé más tiempo atrás, que tenga una política propia y una coordinación entre sectores, entre intereses, entre Administraciones, entre las distintas competencias, y que tenga un plan y unos criterios bien fundamentados.
¿La Comunitat Valenciana tiene todos los factores necesarios para impulsar un hub de innovación marítima?
Sí, tiene todos los ingredientes, excepto en energías marinas que no tiene condiciones muy propicias para grandes instalaciones. Pero sí, para soluciones ad hoc, tenemos muchas cualidades muy buenas, como en aprovechar la pesca de calidad; aumentar las reservas y zonas protegidas, que aumentan la calidad y cantidad de nuestras especies; en la náutica podemos ser de los primeros del Mediterráneo, nuestro clima y nuestras instalaciones lo permiten, hay cada vez mejores soluciones para minimizar seriamente el impacto de piscifactorías (somos el numero uno en dorada, lubina, anguila, etc.), nuestras playas se llenan de gente que hace deportes de mar, desde paddle surf a escuelas de vela, hay centros de buceo con spots interesantísimos, la gente no puede creer lo que ve cuando se pone unas gafas y unas botellas, aquí mismo. Tenemos empresas que fabrican y reparan embarcaciones, que deberíamos reciclar y aprovechar al final de su vida útil, varaderos, talleres, profesionales de todo: electricidad naval, motores, fibra, etc. Y por último, unos clubs náuticos y marinos que están cada vez más vivos y bien gestionados. Somos puerta del comercio que viene de Asia, del canal de Suez, del Norte de África, lanzamos nuestras mercancías al Norte de Europa, nos falta el Corredor Mediterráneo… Si con todo eso no hacemos algo, si no lo innovamos y creamos industria, es que tenemos un problema, que cerramos los ojos a lo evidente.
¿Cuál es el futuro de la economía azul en el Mediterráneo?
La ciencia. Sí, la ciencia, el adoptar las innovaciones, los criterios técnicos y científicos, estar al día, ser cuidadosos con este Mare Nostrum que es un pequeño Titán, estar atentos a lo que se puede mejorar, arreglar, gestionar mejor, tener ambición sana y positiva para querer al mar, cuidarlo, sacarle rendimiento, pegarnos a él, actuar con inteligencia.
Estoy convencido de que entre la sociedad valenciana, los medios de comunicación que hagan de portavoces, los sectores económicos que viven del mar, los miles y miles y miles de habitantes que lo ven a diario y las ganas de crecer que tiene esta tierra, podemos pedirle al Gobierno Valenciano un pequeño esfuerzo y un poco de atención en este Congreso Internacional de la Economía Azul para que se haga una política pública azul común y una estrategia propia, como tienen los demás.