La DANA del pasado 29 de octubre de 2024 ha supuesto un desafío para numerosos comercios locales en València, que han visto afectada su actividad debido a inundaciones y daños en sus establecimientos. En total, son 8.106 los negocios pequeños perjudicados, el 70% de los cuales han sufrido grandes desperfectos, según datos aportados por la Confederació d’Empresaris del Comerç, Servicis i Autònoms de la Comunitat Valenciana (Confecomerç). Además, la riada también damnificó al 40% de los consumidores de la provincia, lo que tradujo en una disminución considerable de las ventas.
Ahora, con el reciente inicio de las rebajas, los comercios esperan poder recuperar una cierta estabilidad en su actividad tras una campaña navideña “muy desigual” y permitir que los consumidores puedan soportar la cuesta de enero. Los cambios de hábito en el consumo sumados a la disminución de la capacidad adquisitiva de los clientes explican la moderación en las ventas. No obstante, este decrecimiento se ha visto ligeramente mermado por el gasto de los turistas durante las vacaciones.
Se prevé que las compras aumenten intensamente en las 2 o 3 primeras semanas de descuentos, debido en gran parte a la retención de gasto acumulada desde el pasado noviembre. Además, se estima que, en las localidades damnificadas, los artículos más demandados serán los objetos de equipamiento para el hogar, los muebles y los electrodomésticos. El incremento de las ventas en estos ámbitos se presagia muy probable por la alta necesidad de recomponer los hogares y establecimientos. En esencia, el sector comercial se debate durante el inicio de este 2025 entre la incertidumbre por el futuro y la esperanza ante una posible mejoría de la situación.
Ayudas “insuficientes”
El Consell aprobó un presupuesto de 100 millones de euros para la recuperación del comercio local, con un importe mínimo de ayuda situado en 5.000 euros por empresa y con la posibilidad de incrementar esta cantidad en 1.000 euros adicionales por cada persona trabajadora contratada.
Por otro lado, el Ayuntamiento de València lanzó ayudas para los negocios del barrio de Faitanar y las pedanías de La Torre, El Forn d'Alcedo, Castellar-l’Oliveral, Pinedo, El Saler, El Perellonet y El Palmar que se han visto afectados por la DANA. Estas subvenciones pueden inyectar 4.000 euros en caso de haber sufrido daños materiales en los locales o 2.000 euros si la actividad económica se había visto perjudicada en cierta forma.
En total, la inversión destinada a la reconstrucción de los establecimientos damnificados no supone ni el 20% de lo que realmente cuesta reabrir. Según Rafael Torres, presidente de Confecomerç, “las ayudas públicas para comercios locales afectados son insuficientes, ya que el máximo que se puede obtener es de 20.000 euros cuando el presupuesto medio para crear un negocio”.
Cabe destacar, no obstante, que gracias a la iniciativa Alcem-se de Marina de Empresas, gestionada por Juan Roig, algunos locales recibirán un plus. Y es que el dueño de Mercadona puso a disposición de 4.600 negocios un total de 35 millones de euros a fondo perdido, cuyo objetivo es ayudar a pymes, comercios, startups y autónomos. Pese a esto, la cantidad continúa siendo escasa.
‘El comercio salva al comercio’
Los esfuerzos de reactivación de la actividad comercial local en la zona valenciana afectada por las inundaciones cuentan ahora con un nuevo impulso. Se trata de la campaña ‘El comercio salva al comercio’, una iniciativa llevada a cabo por Confecomerç para ayudar a la reapertura de los pequeños negocios de la provincia que aún continúan clausurados.
El proyecto cuenta con tres formas distintas de participación, permitiendo así a todo el mundo aportar su granito de arena. Por un lado, existe una vía orientada para los propios comercios – y de ahí el lema de la campaña –. Se trata de la venta de bolsas solidarias que se pueden adquirir al precio de un euro en cualquiera de los establecimientos adheridos al plan solidario. Aquellos negocios que lo deseen, podrán adquirir un mínimo de 250 bolsas biodegradables y reutilizables, y repartirlas entre sus clientes, destinando parte de los beneficios a las pequeñas empresas aún cerradas.
Una segunda opción está pensada para los grandes formatos y cadenas de producción. Así, los distribuidores y fabricantes pueden añadir su sello solidario en el packaging de sus productos. Parte del dinero que obtengan con esas ventas irá dirigido a los comercios damnificados. Aquellas empresas que quieran participar podrán realizar donaciones a partir de 5.000 euros. Según Confecomerç, esta idea surgió inspirada en los sellos que se lanzaron tras la riada de 1957 para financiar el Plan Sur de València y el nuevo cauce del Túria.
Una tercera línea de actuación implica realizar donaciones directas a través de la Fundación CEOE con el concepto Ayuda Dana Confecomerç. En este caso, el importe aportado se remitirá de forma íntegra a los comercios afectados. Con esto, la empresa creadora del proyecto busca expandir la campaña por el resto del país, para que “la solidaridad no solo se quede en los valencianos”.